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BERLÍN (EFECOM). La canciller alemana, Angela Merkel, trató este martes de ahuyentar al fantasma de la quiebra griega y las especulaciones más agoreras de su propio gobierno con el talismán de la aprobación parlamentaria del segundo rescate a Atenas.

La jefa el gobierno germano aseguró sentirse "muy optimista" al respecto y destacó que los expertos de la zona del euro "están trabajando" para lograr una solución que satisfaga a todos, incluida Finlandia, que ha exigido garantías adicionales a Grecia para aportar su contribución al segundo rescate.

"Queremos y encontraremos una vía. En eso estamos trabajando", afirmó Merkel, que negó poco después que este martes se vaya a publicar un comunicado franco-alemán sobre la situación de Grecia pese a los crecientes rumores al respecto.

Tras entrevistarse en Berlín con el primer ministro finlandés, Jyrki Katainen, la canciller aseguró que la quiebra de Grecia "no va a suceder", pero subrayó que la recuperación de la competitividad en el conjunto de la zona euro y el saneamiento de las cuentas públicas va a ser un proceso "largo", "lento" y "laborioso".

Agregó que la estabilidad no se alcanzará con una sola medida, sino con "una cooperación más estrecha" y unas reglas y objetivos "más claros", entre los que destacó la flexibilización del fondo de rescate europeo (EFSF).

No obstante, Merkel reconoció que el Gobierno federal contempla todas las opciones posibles cuando estudia la situación financiera de Grecia y de la zona del euro, y que una potencial quiebra helena tendría "severas consecuencias" para toda la eurozona.

A este respecto, añadió que es "necesario" que su gabinete tenga previstos todos los escenarios y baraje todos los conceptos en boga, independientemente de su opinión o valoración sobre ellos, ya sean los eurobonos o la posibilidad de la suspensión de pagos griega.

Horas antes, Merkel rechazó en una entrevista en la emisora pública rbb-Inforadio las especulaciones de su ministro de Economía y vicecanciller, el liberal Philipp Rösler, sobre una posible declaración de insolvencia de Grecia.

"Creo que el mejor favor que podemos hacerle a Grecia es no especular, sino alentarle a cumplir con los compromisos que ha adquirido", afirmó la canciller.

A su juicio, es necesario "hacer todo lo posible para mantener unido el espacio del euro", ya que de no hacerlo "podría darse con suma rapidez un efecto dominó" en absoluto deseado, así como "procesos incontrolados" que amenacen la estabilidad de la moneda única.

"Por eso el primer mandamiento debe ser evitar una insolvencia incontrolada, ya que ello no solo afectaría a Grecia, sino que existe el gran peligro de que afecte a todos, por lo menos a unos cuantos países", advirtió Merkel.

"Todos deben medir ahora sus palabras con suma precaución. Lo que no necesitamos es nerviosismo en los mercados financieros. La inseguridad es ya demasiado grande", comentó Merkel, para la que la política económica y financiera tiene un 50 por ciento de psicología.

Sin citar nombres, la jefa del Ejecutivo germano llamó así al orden a los líderes de los partidos minoritarios de su coalición de Gobierno, Rösler, presiente del FDP, y al presidente de la Unión Socialcristiana (CSU), Horst Seehofer.

Rösler no descartó ayer en declaraciones públicas "una insolvencia ordenada de Grecia si se dan los instrumentos necesarios", mientras Seehofer llegó a exigir la expulsión de la zona euro de aquellos países que no consigan controlar su deuda y presupuestos.

El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, cargó también contra Rösler argumentando que los mercados financieros reaccionan "exageradamente nerviosos" a las declaraciones políticas, por lo que "no tiene sentido incrementar el nerviosismo con palabrerías".

"La condiciones que debe cumplir Grecia son muy severas, pero inevitables. Depende de Grecia cumplir los compromisos. Deberíamos evitar especular mas allá de esta simple certeza", señaló Schäuble.

Pese a las claras llamadas de atención de Merkel y Schäuble, Rösler volvió este martes a la carga pidiendo, en una entrevista que publica íntegra mañana el periódico "Rheinische Post", que en el tema de la crisis griega no debe haber "tabúes", en una evidente alusión a una potencial suspensión de pagos.

Rösler afirmó asimismo que el objetivo final es que Grecia permanezca dentro de la eurozona, pero añadió que hay que estudiar qué hacer con los países que no sean capaces de implementar sus medidas de ajuste.