VALENCIA. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha finalizado con fuegos de artificio una intensa semana política en la Comunitat y, especialmente, en el Partido Popular. El dardo de la referente municipal sobre la posibilidad de autoproponerse como diputada nacional conlleva una lectura muy crítica con el líder nacional del partido, Mariano Rajoy y con la cara visible del PP valenciano en Madrid: el vicesecretario de Comunicación y diputado, Esteban González Pons.
Barberá lo tiene claro: poca presencia de Mariano Rajoy en la Comunitat y descuido de Génova hacia unas siglas, las valencianas, que otorgaron al partido casi 1.250.000 de votos -se prevé una subida el 20-N- en las anteriores elecciones generales. La dirección nacional del PP no estuvo presente a altos niveles en la investidura de Alberto Fabra como presidente de la Generalitat, tampoco existe sintonía en cuanto a infraestructuras como el Corredor Mediterráneo o el trasvase Tajo-Segura -aquí se nota la influencia de María Dolores de Cospedal o Esperanza Aguirre- y en el acto de inicio de curso en Benicassim los 'pesos pesados' de Génova prefirieron otros destinos.
La gota que colmó el vaso fue la fecha elegida para la convención programática del partido, que coincidía de pleno con la festividad del 9 d'Octubre, Día de la Comunitat, lo que complicaba la presencia de Alberto Fabra y otros cargos valencianos en las jornadas del PP. Finalmente, el líder del PPCV consiguió que Rajoy cambiara el calendario, pero Rita Barberá ya había expresado su disgusto en la cena de inicio de curso político a González Pons y Federico Trillo advirtiendo sobre la posibilidad de entrar en la lista al Congreso de los Diputados para que los 'populares' valencianos incrementaran su fortaleza en Madrid.
De esta iniciativa de la alcaldesa de Valencia se desliza un sentimiento de reproche a la dirección nacional del PP y, en segundo término, a Esteban González Pons, el principal responsable y encargado de llevar el estandarte de los ‘populares' valencianos en la capital. El número tres de Rajoy, que tiene opciones de ser ministro, no se ha ‘mojado' en cuestiones que causan conflicto de intereses del PPCV con Génova, en lo que sería otra de las causas por las que Barberá baraja dar el salto a la capital.
No obstante, de cara al público, la alcaldesa señaló ayer su deseo de formar "un equipo" con González Pons y remarcó que su decisión no obedecía a "ningún calentón". "El PPCV necesita que se reconozca su fortaleza. Quiero esta consideración, que se respete cierta política aquí y la normalidad de relación con Génova que tienen otras comunidades", subrayó. Además, recalcó que la militancia valenciana "merece un reconocimiento, de cercanía, de saberse reconocida por la dirección nacional" y, sobre esto, remachó, "he echado de menos el cariño y el apoyo" de Génova.
Barberá subrayó además, que la posibilidad de encabezar la lista al Congreso era una "reflexión" cuya decisión final dependerá de "si afecta" a su dedicación como alcaldesa de Valencia, que matizó, es una "prioridad".
TUTELAR LA SUCESIÓN
No parece que Rita Barberá, por tanto, pueda abandonar la alcaldía. Sí delegaría más gestión y agenda en su número dos Alfonso Grau y, por otro lado, prepararía la sucesión en el consistorio. El favorito siempre ha sido Jorge Bellver, concejal de Urbanismo, que deberá esperar, no obstante, a ver resuelta la causa pendiente por el caso de los Jardines de Monforte. Existen otros ediles que la alcaldesa mira con buenos ojos, como Marta Torrado, quien también ha ejercido de diputada en Madrid esta legislatura, o Félix Crespo.
SEMANA COMPLICADA PARA GONZÁLEZ PONS
La semana no ha sido fácil para el vicesecretario de Comunicación del PP, quien también se vio envuelto en la polémica a raíz de unas declaraciones en las que avanzó que su formación, si vencía en las elecciones, crearía "3,5 millones de puestos de trabajo". Los partidos rivales salieron en tromba a criticar un compromiso que consideran inviable. Las matizaciones se sucedieron a lo largo de la jornada siguiente por parte de miembros del PP, incluido el propio González Pons, quien aclaró que se refería a un "deseo" y una "intención" no un compromiso.
Ahora, la posible presencia de Rita Barberá en la lista al Congreso puede relegarle al número dos de la lista y, quién sabe, si suponer un obstáculo de cara a su carrera por alcanzar un cargo ministerial si Rajoy alcanza La Moncloa.
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