VALENCIA (EP). Expertos del Instituto del Transporte y Territorio (ITRAT) de la Universitat Politècnica de València (UPV) forman parte de un consorcio de investigación liderado por la constructora valenciana OCIDE e integrado también por la consultora AMINSA, la empresa Intercontrol Levante S.A. y el Grupo Los Serranos cuyo objetivo es encontrar una nueva alternativa sostenible para la ejecución de las vías ferroviarias de alta velocidad.
El proyecto cuenta, además, con la colaboración de GTP (Ente Gestor de la red de Transportes y Puertos de la Generalitat Valenciana) y ha despertado el interés del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias del Estado (Adif).
Este consorcio multidisciplinar de investigación está trabajando en la sustitución del subbalasto granular convencional por una mezcla bituminosa fabricada utilizando polvo de caucho procedente de neumáticos fuera de uso. Los primeros resultados de las pruebas de ensayos de laboratorio y de la modelización matemática del comportamiento estructural del nuevo material han sido "altamente satisfactorios", al permitir una reducción del espesor convencional de la capa alrededor de 2/3. Además, este tipo de mezcla permite la reducción de vibraciones y ruido transmitido.
Según explican los investigadores, los materiales más usados actualmente como subbalasto son gravas o arenas, pero el granular presenta una serie de limitaciones, entre ellas, una elevada transmisión de ruido y vibraciones generadas por los vehículos. El empleo de las mezclas bituminosas utilizando polvo de caucho procedente de neumáticos fuera de uso permitirá amortiguar las vibraciones y reducir los ruidos generados por el ferrocarril,
"Ese amortiguamiento en medio de la nada no supone mucho, pero en un entorno urbano sí, sobre todo en las entradas a las grandes ciudades", ha destacado Julia Real, investigadora del ITRAT. Pero, además de esta reducción de vibraciones y ruido, la utilización de los neumáticos fuera de uso conllevará también un importante beneficio medioambiental.
Según ha apuntado, actualmente, en España hay proyectados más de 10.000 kilómetros de vías de alta velocidad o lo que también se denomina vía doble y ancho internacional. "Aproximadamente, un kilómetro de vía doble requiere 4.000 metros cúbicos de subbalasto, lo que supone que para la ejecución de los 10.000 kilómetros de vía de alta velocidad proyectada se necesitarían más de 40 millones de metros cúbicos de este material", ha dicho.
De ahí que el impacto ambiental que conllevaría la explotación de canteras para cubrir las necesidades de subbalasto de este ambicioso proyecto "tendría, muy probablemente, consecuencias incalculables para el medio ambiente". "¿Cuántas canteras sería necesario explotar para conseguir más de 40 millones de m3 de subbalasto granular?", se ha preguntado y ha señalado que el subbalasto hecho con una mezcla bituminosa fabricada utilizando polvo de caucho procedente de neumáticos fuera de uso "evitará esta sobreexplotación de recursos naturales que reducirá en más del 50 por ciento la explotación de áridos con los resultados obtenidos".
El proyecto está financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.
Las capas de subbalasto son capas colocadas por debajo del balasto y la plataforma de la vía, con la función de reducir o al menos repartir las cargas del tráfico, proteger del nivel freático y otros factores, y servir de filtro para evitar la contaminación del balasto.
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