El tributo que el Gobierno aplicará a los ricos podría ser similar al que se mantiene en Francia respecto a las grandes fortunas o el desparecido Impuesto de Patrimonio español, que fue suprimido por el actual Ejecutivo en 2008

-Los expertos advierten del riesgo de fuga de capitales

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VALENCIA (VP). Es probable que la nueva figura impositiva tenga muchas similitudes con el desaparecido Impuesto sobre el Patrimonio, una de las pocas tasas que no podían eludir los propietarios de las grandes fortunas y cuya supresión dejó prácticamente desfiscalizados a los españoles más ricos.

El Ejecutivo español podría girar la vista en esta ocasión hacia el vecino francés, uno de los pocos miembros de la UE que todavía mantiene una tasa similar al Impuesto sobre el Patrimonio, de modo que se marcase un mínimo alto de exención para que no afectase a la clase media alta y a partir de este volumen patrimonial (todavía sin decidir) entraría en vigor un impuesto proporcional o progresivo que podría estar limitado en función de la renta.

Más allá de su efectividad medida en aportaciones a las arcas del Estado, la reactivación de este impuesto, aunque de forma temporal, recuperaría el sometimiento de todos los ciudadanos a la fiscalidad, pues las rentas más altas tienen mecanismos para eludir el pago del IRPF (Sicav) pero no el del Impuesto sobre el Patrimonio.

La supresión del Impuesto sobre el Patrimonio se aprobó a finales de 2008 con el argumento de que se trataba de una tasa "desincentivadora del ahorro y la inversión, y que ya no existe en casi ningún país desarrollado". En aquel momento se calculó que suponía unas pérdidas para el Estado de 1.800 millones al año a partir de 2009.

También sería posible subir la tributación de las rentas del capital, pero otras alternativas novedosas, como incrementar el gravamen a las Sicav siguiendo los pasos del Gobierno vasco, que hace unos meses subió la tributación del 1% al 28%, plantearían problemas similares a los que ya sufre el País Vasco, es decir, la ‘fuga' de más de la mitad de estas sociedades a otras autonomías, y por tanto se consideran poco probables.

Además, el presidente de la CNMV, Julio Segura, ya realizó hace escasas jornadas una clara advertencia al Gobierno en este mismo sentido, subrayando la ‘sensibilidad' de los grandes capitales y la enorme facilidad que tienen para emigrar.

"La fiscalidad es un coste más de cualquier transacción, el capital es un bien escaso que se mueve constantemente allá donde se le remunera mejor, o donde se le penaliza menos. Los países compiten por atraer estos capitales con atractivos fiscales, a pesar de la existencia de mecanismos técnicos que permiten gravar territorialmente los capitales españoles que se vayan del territorio", explica a Valenciaplaza.com Luis Trigo, socio y director del área fiscal de Broseta Abogados.

LOS REALMENTE RICOS APENAS PAGAN

"Ahora mismo es más fácil gestionar el patrimonio y asesorar a una persona que tiene cien millones de euros que a una que tiene uno. Sería muy fácil conseguir que el primero apenas pagase impuestos", añade Trigo.

Esta disparatada realidad es uno de los factores que ha impulsado al Ejecutivo a buscar mecanismos legales para gravar las rentas más altas y ofrecer así una imagen de Justicia frente a los recortes impuestos en otros muchos frentes, aunque la efectividad real de no se haya cuantificado y nazca ya con la vitola de "excepcional".

Sólo el 4% de los declarantes de renta en España declaran más de 60.000 euros al año (algo más de 750.000 personas en 2007), pero sus aportaciones a las arcas del Estado son el 40% del total del IRPF, y el 16% en el caso de los que perciben más de 150.000 euros al año.

En estos momentos Hacienda aplica el mismo tipo a todos los ingresos superiores a 53.407 euros anuales, y a partir de esa cantidad, el tipo es del 43%, de modo que lo más probable es que se cree un nuevo tipo para quienes obtienen ingresos mucho más elevados con un gravamen superior al 43%.

"Es evidente que las rentas más altas no tributan por este impuesto. Se utilizan las Sicav y sólo se pagan impuestos por la renta anual, es decir, el dinero anual que se extrae de la sociedad para el consumo", explica Luis Trigo.

En este mismo sentido el Gobierno ya anunció que no habría una modificación del IRPF, porque se asume que las grandes fortunas no tributan con este impuesto, y prácticamente descartó modificaciones en la fiscalidad de las Sicav, que sólo tributan al 1% (y al 19% o al 21% cuando reparten plusvalías).

En España hay alredor de 3.300 Sicav que gestionan un patrimonio cercando a los 26.000 millones de euros en las que participan unas 443.509 personas.