VALENCIA. La consellera de Infraestructura, Medio Ambiente y Vivienda, Isabel Bonig, reconoció este lunes que su departamento tendrá que asumir la compleja situación económica general y la particular de la Generalitat en los próximos ejercicios. Bonig, que se reunió con el presidente del Consell, Alberto Fabra, afirmó que aún desconoce el recorte a que se verá sometido el presupuesto para la construcción de obra pública en el próximo presupuesto, aunque dio por hecho que existirá.
La responsable de las inversiones de la Generalitat aseguró que la prioridad de cara a la elaboración del presupuesto del año que viene serán las obras que ya están iniciadas, si bien apuntó a la necesidad de contar con el soporte de la iniciativa privada para concluir algunas, como el caso de la línea 2 de Metrovalencia en el tramo entre Natzaret y la Estació del Nord, un trazado que está prácticamente concluido, a falta de los elementos técnicos.
Bonig insinuó que la futuro colaboración entre la Administración y la empresa privada para desarrollar infraestructuras o ponerlas en marcha dependerá en buena parte de la autorización que tengan las empresa públicas que participen en estos consorcios para asumir un endeudamiento que permita acometer los proyectos. "Dependerá de si la deuda computa en la de la Generalitat y si se nos permite aumentarla", señaló la consellera.
El Consell, con los departamentos de Economía, que dirige Enrique Verdeguer, y Hacienda, con José Manuel Vela a la cabeza, está preparando una reestructuración de las empresas que componen el sector público, agrupándolas en un holding (del que se podría desprender Ràdio Televisió Valenciana), cuya deuda acumulada podría ser asumida por la Generalitat y dar entrada así a la participación privada en una empresa saneada.
Para realiza esta operación será necesario un proceso de concentración tanto de los activos como de los pasivos que aculan sociedades como Ciegsa, Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana, Ciudad de las Artes y las Ciencias o Sociedad Proyectos Temáticos, que aglutina las participaciones en Terra Mítica, Ciudad de la Luz o Aeropuerto de Castellón, por poner unos ejemplos. Si la Generalitat decide asumir la deuda, se dispararía su apalancamiento, el mayor en términos de deuda per cápita de todas las comunidades autónomas, si bien no afectaría al plan de estabilidad financiera a que está obligado el Gobierno vaenciano, según explicó hace unas semanas el conseller Vela.
En todo caso, la necesidad de controlar el techo de la deuda parece una obligación que el equipo económico del Consell tiene en mente para elaborar tanto la nueva estructura del sector público como su capacidad para atender inversiones en un futuro a corto plazo.
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