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LISBOA (EFECOM). El jefe del Estado portugués, Aníbal Cavaco Silva, se mostró este viernes contrario a la propuesta realizada esta semana por Francia y Alemania de introducir en la Constitución de los países de la eurozona un límite a su capacidad de endeudamiento.

El líder conservador hizo pública su opinión a través de una escueta declaración en las redes sociales en la que calificó de "teóricamente muy extraña" la idea de introducir en el ordenamiento legal "una variable endógena, es decir, no controlada directamente por las autoridades, como el déficit presupuestario".

Para el presidente luso, esta posibilidad "refleja una enorme desconfianza de los responsables políticos en relación a su propia capacidad de conducir las políticas presupuestarias correctas".

De esta forma, Cavaco Silva, que no tiene poder ejecutivo, pero sí capacidad de vetar leyes, criticó la posibilidad de marcar un techo de déficit en los 17 países miembros de la eurozona, un proyecto que Alemania y Francia quieren tener listo para verano de 2012 y que ha suscitado reacciones encontradas.

Incluso el propio Nicolás Sarkozy tendría dificultades para aprobar una enmienda en este sentido, debido a que no cuenta con la mayoría necesaria para hacerlo.

El Ejecutivo luso, por su parte, se limitó a señalar el miércoles a través de su ministro de Exteriores, Paulo Portas, que Portugal "acompaña con interés" las propuestas de Francia y Alemania.

El ministro subrayó que en virtud del acuerdo político alcanzado en junio por los socialdemócratas y los democristianos lusos para formar un gobierno de mayoría, el Ejecutivo conservador está abierto a "una discusión constitucional sobre los límites" al déficit público.

Además de este techo al endeudamiento, la propuesta franco-alemana recoge otras medidas, como la imposición de una tasa a las transacciones financieras de la que todavía falta conocer los detalles.

El encuentro celebrado entre la presidenta germana, Angela Merkel, y su homólogo francés el pasado martes concluyó con una declaración formal en la que ambos líderes apostaron por fortalecer la integración de la zona euro y controlar con rigor el gasto público para recuperar la confianza de los mercados.