VALENCIA. Un español se da cuenta de que los Reyes Magos son los padres entre los 3 y los 6 años, pero de que el fútbol es un negocio, "sólo dinero", cuando ya se encuentra en la otra vida perfectamente asentado en las dependencias celestiales. Sin embargo, hay excepciones, como es el caso de Javi Poves, el jugador del Sporting de Gijón que aprovechando que su club quería desprenderse de él ha envidado a grande y directamente ha dejado el fútbol echando pestes. Su caso ha llegado hasta El Acento de El País, el editorial más mordaz de este periódico, pero más por las declaraciones que por el hecho en sí. Al ‘diario global' no le parecía gracioso que Poves invitase al 15M a "ir a los bancos y quemarlos" y "cortar cabezas".
Entre la literalidad o no de esas palabras se debatía la nación, pero como las tragedias en esta época nunca vienen solas, al día siguiente, zas, huelga de futbolistas. Los jugadores quieren un fondo de compensación que les asegure a todos que cobrarán sus salarios en caso de impago de los clubes. Las alarmas han saltado porque se ha duplicado en un año el número de profesionales afectados. Este caso ha ido directo al editorial de El Mundo del viernes 12, que califica la movilización de los jugadores como una "afrenta para los cinco millones de trabajadores en paro".
Es lo que tienen las prisas del periodismo moderno, que a veces a las esdrújulas les pone el acento en la última vocal, o que en un intento de rentabilizar el odio natural de cada español a quien cobra más que él -en este caso, los futbolistas que no son de su equipo-, te puedes encontrar con la teoría de que ya lo que le faltaba a los parados es que les quitasen tres días de fumbol. ¿Se puede soportar tanta crueldad en el mundo Occidental por esta dichosa crisis?
La política y el fútbol es una suma equivalente a la del I+D en España: igual a cero. Quede para el recuerdo la foto de los capitanes del intervenido Atlético de Madrid leyendo un comunicado a favor de los Gil, como aquellos spots de la familia Ruiz Mateos con trabajadores que parecían encañonados. Decían al Gobierno que por favor se andase con cuidado, que "un club de fútbol no es una empresa normal". El máximo responsable entonces del deporte en España, Mariano Rajoy, replicó que no quería que la intervención del Atlético tuviera consecuencias deportivas y que no había que preocuparse porque las declaraciones de los gestores que iban a administrar el club le habían dejado "muy tranquilo". En fin, tan sólo decir que a lo que ocurrió después lo llamaron "El infierno".
No obstante, no todas las iniciativas políticas que han querido meterle mano al fútbol han tenido motivaciones extrañas, objetivos dudosos y resultados catastróficos. A veces sólo resultados catastróficos. Hace una década, aunque más bien convendría escribir 'en los albores del siglo' por lo lejanos que resultan los discursos, la ministra de Deportes francesa, Marie-George Buffet, que también dirigía el Partido Comunista, puso de manifiesto que era intolerable la situación de miles de futbolistas menores de países lejanos que eran trasladados a Francia por intermediarios, quienes se lo llevaban crudo con un marketing de VHS bien nevado. Y luego, si el jugador no valía, los más, se quedaban en un país extranjero, sin conocer el idioma y abandonados a su suerte sin dinero y sin poder volver con sus familias. Buffet exigía poner fin a toda transacción que afectase a menores de edad.
A su vez, la Unión Nacional de Futbolistas Profesionales Franceses alzó la voz para apoyar una propuesta de la Unión Europea: abolir el sistema de traspasos. Lo que denominaban "un modelo moderno de esclavitud". En resumidas cuentas, criticaban ese procedimiento por el cual una empresa pudiera comprarte pagándole a otra, o retenerte en caso inverso. Un sistema "contrario a las libertades individuales", donde "la venta de jugadores es simple mercantilismo", que "genera riesgos para los clubes", y que "provoca una inflación en los salarios", decían los pobres diablos.
El presidente del sindicato español, la AFE, que dimitió el año pasado, Gerardo González Movilla, se unió a los camaradas franceses y reivindicó el "derecho del jugador a rescindir su contrato". La Unión Europea le echó todo un pulso a la patronal balompédica, dijo que las federaciones y clubes lo que pretendían era ni más ni menos que "escapar a la normativa laboral europea", que el G-14 defendía criterios financieros y los sindicatos de futbolistas, normativa laboral. La citada ministra francesa proponía un modelo "más racional, justificado en bases económicas y deportivas" porque éste era "inaceptable". El País citaba la opinión de "un alto funcionario de Bruselas" que no se andaba con chiquitas: "no estamos dispuestos a legalizar lo ilegal, los jugadores se han convertido en un objeto de especulación, tenemos que evitar el abuso de poder por parte de los que lo detentan y garantizar la libre circulación de los futbolistas profesionales porque son trabajadores que tienen derechos como los demás".
La Unión Europea obligó a la UEFA y a la FIFA a negociar un nuevo modelo. Las reacciones no se hicieron esperar. El Presidente de la UEFA, el sueco Lennart Johansson, dijo que se produciría "un caos total" si la Comisión Europea "permitiese a los futbolistas ignorar los contratos". Blatter, presidente de la FIFA, lloriqueaba "¡no le impongan reglas europeas a nuestro deporte!". El Financial Times llegó a decir que los clubes se comportaban "como sus peores hinchas al luchar contra la prohibición de los traspasos". Pero la cosa iba tan en serio que la UEFA se vio obligada a pedir ayuda a "los Gobiernos" en "apoyo del fútbol". Y la ayuda llegó.
Les sonará su nombre porque era amigo personal del presidente Aznar. Además, su corriente ideológica dentro del laborismo británico, la Tercera Vía, inspiró la llamada Nueva Vía que Zapatero paseó por el XXXV Congreso del PSOE y que poco después hubo que meter sigilosamente en un cajón ¡qué desperdicio de Powerpoints! Sí, es Tony Blair. El premier británico se opuso a todo intento de ponerle el cascabel al gato. Convenció a Schröder y más tarde tuvo el apoyo de Chirac. Emitieron un singular comunicado conjunto los dos primeros: "El sistema no es perfecto, pero una reforma radical puede tener un impacto negativo". Estaban "preocupados por los clubes pequeños, que tendrían que luchar para sobrevivir". Ese era el problema, los modestos, se dijo que sin traspasos se abriría "un abismo" entre grandes y pequeños.
Menos mal que tuvieron éxito, sino en España el agujero que existe entre Madrid y Barça y los demás sería tal que desviaría la luz del Sol y se nos hundiría también el turismo. Por supuesto, la UE negoció con la mano tendida. La cosa quedó en que los contratos no podrían ser de más de cinco años y se crearon los ‘costes de formación' de jugadores. Todos los líderes europeos firmaron un balón de fútbol para celebrarlo.
Luego vino el hundimiento de dos televisiones alemanas y al Bayern le temblaron las canillas. Cuando el Mundial de 2006 en ese país, se contaba que sus clubes ya no podían pagar lo que españoles y británicos. A los italianos, que en 2003 debían entre todos mil millones de euros, Berlusconi les tuvo que aprobar las medidas 'salva calcio' que permitían presentar las deudas a diez años. Es decir, si en uno perdías 50, en realidad eran 5. El Comisario de Competencia Mario Monti, en una rueda de prensa, le sacó una tarjeta amarilla ante las risas de los periodistas, que se reían de la performance y no precisamente de que hubiera sido nombrado para ese cargo por el propio Berlusconi. Y aquí, al Real Madrid, la UE le investigó la recalificación de la Ciudad Deportiva, aunque lo archivó.
Resultado final, miren lo que han costado recientemente Torres o Cristiano. Y según Cinco Días: en España, en 2010, en torno a 3.500 millones de deuda entre todos los clubes; en Inglaterra, 4.500. Con Hacienda, otro cantar. Ahora los futbolistas van a la huelga porque empiezan a no cobrar. Pedro Jota en el citado editorial, esta vez con más tino, cita la palabra mágica: "burbuja". El chico del Sporting ha dicho también que si hiciera falta haría las maletas para ser libre nada menos que en Birmania ¡Myanmar! No quiten la mano del ratón por la taquicardia porque lo saben ¿de verdad él es el loco?
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Gracias por aclarar el asunto de Poves. 1º Fue el Real Sporting quien se deshizo del jugador y no al reves. 2º durante año y medio se le buscó un equipo de 2ª om 2B sin éxito 3º El jugador cobró hasta el dinero de la próxima temporada a pesar de su bajo rendimiento (reconocido por él) Así tambín yo soy antisitema y quemo bancos pero con vagos como él dentro. Gracias de nuevo
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