VALENCIA. Desde que el Banco de España intervino el pasado 22 de julio y destituyó al equipo directivo, incluído el consejo de administración, solo uno de sus empleados ha visto mejorada su situación laboral. O al menos incrementadas sus funciones. Es Carlos Moyano, el nuevo director de Comunicación Corporativa y de la Obra Social de la caja, nombrado hace unos días por los administradores de la entidad. "Es el enlace entre los administradores y el entorno histórico de la caja", explicaron fuentes de la entidad con sede en Alicante a ValenciaPlaza.com.
Moyano, que lleva en la casa desde 1998, cuando se incorporó a la cúpula directiva de la entidad procedente del Abbey National Bank. No fue un fichaje. Moyano formaba parte de la plantilla de la filial del banco británico en España cuando una entonces voraz y boyante Caja de Ahorros del Mediterráneo compró por unos 175 millones de euros de la época (en pesetas se estimó en 29.000 millones) su negocio en la península.
Tras la operación, que supuso un salto cuantitativo de CAM en el panorama financiero español al incorporar 1.600 millones de euros en activos, Moyano, que era director de desarrollo de negocio del Abbey, pasó, precisamente, a ocupar un puesto destacado en la dirección de la Obra Social de la caja.
No es la única coincidencia con su cargo actual. Unos años después de su entrada en la caja, el directivo (formado en Banco Comercial Español y posteriormente en Caixa Catalunya) también ocupó la dirección de Relaciones Institucionales. Todo antes de ser nombrado en 2007 director territorial de la Obra Social de CAM en la zona centro de España: Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Canarias.
Esa experiencia previa, y aprovechando la jubilación del anterior director de la Obra Social, Jorge Ribera, es la que ha pesado en la decisión de la tripleta de administradores que ahora dirigen CAM.
Su nombramiento no hay que limitarlo a las escasas funciones que formalmente tendrá en sus manos, si bien todas las decisiones que se adoptan ahora y en el futuro se generan y aprueban en los despachos que ocupan José Antonio Iturriaga Miñón, Tomás González Peña y Benicio Herranz Hermosa, los tres administradores nombrados por el Banco de España.
Sin embargo, Iturriaga y González, los dos hombres fuertes de Miguel Ángel Fernández Ordóñez que ya dirigieron la intervención de CajaSur a los que se ha sumado el auditor Herránz, son perfiles de despacho, documentos, calculadora... y tijeras.
Alejados de focos públicos y de reuniones de las que no haya que sacar provecho, los administradores necesitan un contacto con el exterior que supla esa cierta necesidad de atender al entorno histórico de la caja de ahorros. Ahí es donde Moyano entra en juego.
Su tarea, por una parte, es dirigir la Obra Social. Este ejercicio aún cuenta con un presupuesto que hay que cumplir. Deberá dar cuenta a los administradores del cumplimiento de los objetivos y, seguramente, informarles de compromisos a más largo plazo adquiridos por la entidad y que habrá que plantearse en el momento en que se ponga sobre la mesa la venta de la caja ahora convertida en banco.
En esa tarea será también la cara visible de CAM en aquellos actos que aún financia. No es un trabajo que resulte desconocido para Moyano, habitual en actos sociales representando a la entidad.
Pero la otra parte de su trabajo, la que le sitúa como director de Relaciones Institucionales, supone ser en la práctica el interlocutor de los administradores con la sociedad. Alrededor de una entidad como una caja de ahorros hay muchos intereses que ahora están en el alero y sobre los cuales los afectados necesitan información.
Moyano será, por tanto, el encargado de trasladar opiniones de uno a otro lado. Y si en uno está el Banco de España, en el otro están desde cargos públicos de ayuntamientos, diputaciones o Gobiernos autonómicos, a exdirectivos de la entidad o incluso los medios de comunicación. Los técnicos del regulador delegarán en él esas funciones de representación y contactos oficiales que, de no estar en la actual situación, tendrían los órganos de gobierno de la caja.
Pero como es sabido, CAM solo mantiene de su estructura a una reducida comisión de control, la única a la que los administradores dan cuenta (por obligación y sin necesidad de recabar su apoyo) de los pasos que dan. El consejo de administración que presidía Modesto Crespo fue destituido y la sociedad se rige directamente con un administrador único: el Fondo de Reestructuración Ordenada Banaria (FROB). Con su nuevo cargo y responsabilidades, Moyano se convierte en la cara visible de una entidad que, tras 135 años de historia, está pendiente de una valoración de urgencia para saber cuánto costará su venta.
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