WASHINGTON (EFECOM). La degradación de la deuda de EEUU por parte de Standard & Poor's, la primera en 70 años, ha desatado una andanada de ataques mutuos entre las filas demócratas y republicanas sobre cómo restablecer la salud fiscal del país a largo plazo.
Nadie sabe con certeza si esta pérdida de la calificación más alta, AAA, y su rebaja a AA+, desencadenará una subida en las tasas de interés para el Gobierno, las compañías y consumidores en EEUU, pero ambos partidos continuaron hoy sus recriminaciones.
La Casa Blanca afirmó hoy que el presidente Barack Obama continuará insistiendo en las próximas semanas en medidas para crear empleos y una mayor reducción del déficit.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo en un comunicado que Obama "alentará enérgicamente" tanto al comité fiscal bipartidista como a los líderes del Congreso a que dejen de lado sus "diferencias políticas e ideológicas" y trabajen por una mayor recuperación económica y una vía fiscal "más sensata" a largo plazo.
Carney se refería al "supercomité" incluido en el plan promulgado por Obama el martes pasado y cuya tarea es recomendar recortes adicionales de 1,5 billones de dólares al gasto público antes de fin de año.
Carney reiteró la postura de Obama de que la reducción del déficit pasa por una reforma tributaria para recabar más impuestos -algo que rechazan los republicanos-, y modificaciones a los programas sociales.
S&P, que ya había advertido de la rebaja de la calificación a mediados de julio, consideró que el plan aprobado por el Congreso -que estipula recortes iniciales de cerca de un billón de dólares en diez años- no es suficiente para estabilizar la dinámica de la deuda.
La agencia había dicho que EEUU requeriría recortes de unos cuatro billones de dólares como paso inicial para corregir sus finanzas.
En declaraciones a la cadena televisiva CNN, tanto John Chambers como David Beers, dos altos cargos de S&P, reiteraron hoy que el paquete de recortes no es "suficiente" y tampoco incentiva el crecimiento económico.
Beers dijo que S&P tomó esa decisión debido a "las incertidumbres de la política fiscal" de EEUU, y que, en adelante, todo dependerá de si Washington logra un consenso político y toma las medidas fiscales que verdaderamente necesita.
Aunque Carney no se refirió a la decisión de S&P, sí reconoció que las negociaciones para levantar el techo de la deuda "se prolongaron demasiado" y, a veces, causaron "muchas divisiones".
Por su parte, el legislador republicano de Nueva York Michael Grimm dijo hoy en el discurso semanal de la oposición que la alta cifra de desempleo -ahora del 9,1 por ciento- demuestra que las políticas económicas de Obama "no funcionan".
Grimm repitió la postura republicana a favor de más recortes fiscales y de una enmienda constitucional que exija un equilibrio presupuestario.
Tras la decisión de S&P, la legisladora republicana de Minesota y pre-candidata presidencial Michele Bachmann culpó a Obama de destruir "los cimientos de la economía estadounidense".
"Le pido que busque de inmediato la renuncia del secretario del Tesoro, Tim Geithner", dijo anoche Bachmann, quien votó en contra de subir el límite de endeudamiento.
Otros aspirantes a la candidatura presidencial republicana, entre ellos Tim Pawlenty, Rick Santorum y Ron Paul, también atacaron la gestión económica de Obama.
Mientras, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, acusó a los demócratas de evitar "las decisiones difíciles que se requieren para poner a EEUU en terreno firme".
"El excesivo gasto fiscal ha producido una incertidumbre económica que elimina empleos y ahora amenaza con causar un efecto dominó en nuestros mercados crediticios", se quejó Boehner.
Los líderes de la jerarquía demócrata, entre ellos el senador Harry Reid y la legisladora Nancy Pelosi, han reiterado su petición de un enfoque "equilibrado" para reducir el déficit.
Moody's y Ficht, las otras dos calificadoras de riesgo, mantienen la nota de AAA de EEUU.
Pero la decisión de S&P significa que los valores del Tesoro, hasta ahora considerados como la inversión más segura en el mercado financiero internacional, tienen una menor calificación que los bonos emitidos en otros países industrializados como Inglaterra, Alemania, Francia o Canadá.
La influyente Asociación Nacional de Manufactureros dijo hoy en un comunicado que la rebaja del crédito es "preocupante" porque un aumento en las tasas de interés frustrará la ya incipiente recuperación económica, e instó a la clase política a poner en marcha una agenda de crecimiento económico
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