VALENCIA. Hace poco más de una semana que Alberto Fabra juró su cargo como presidente de la Generalitat y quince días han transcurrido desde que fue aupado a la dirección del PPCV. El nuevo jefe de Consell y partido ha llevado a cabo una serie de encuentros 'exprés' para escenificar un relevo dinámico y activar las políticas de Gobierno.
No obstante, las cuestiones orgánicas han ocupado si no la mayor parte, sí la más importante, de su agenda. "Para gobernar tranquilo, lo primero es poner orden en casa", aseguran fuentes de su entorno. Y en eso se ha centrado Alberto Fabra. Consciente de la coyuntura económica negativa, de la hipersensibilidad del PPCV tras un final de mandato de Francisco Camps muy irregular y de la cercanía de las elecciones generales, ha trazado un rápido trayecto con siete paradas para unificar el partido y consolidar su posición. El presidente ha actuado con celeridad para mostrar su liderazgo y se ha lanzado a resolver -o al menos allanar- las incidencias en el partido.
-Reuniones en Alicante. La zona de conflicto por excelencia en los últimos años para el PPCV ha sido la provincia de Alicante. El último pulso, dentro del enfrentamiento entre 'campistas' y 'zaplanistas', ha venido manteniéndose entre la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y el presidente provincial del partido, José Joaquín Ripoll. Éste último, no poder repetir al frente de la diputación, quedó relegado a segundo plano en el Ayuntamiento de Alicante, donde Castedo no le facilitó competencias ni le concedió la dedicación exclusiva, con lo que Ripoll sólo ingresa la asistencia a los plenos.
Una de las primeras reuniones de Fabra -siempre con apariencia de encuentro institucional- fue con Castedo. Pocas horas después lo hacía con Ripoll. El nuevo líder del PPCV se ofreció a mediar y a apaciguar, consciente de que a la dirección nacional del partido, situada en la calle Génova de Madrid, no le agrada que se deje en la ‘cuneta' a un presidente provincial.
La alcaldesa de Alicante no quiere transigir y, en la reunión con Ripoll, Fabra se comprometió a buscar una solución, aunque no pudo evitar que Ripoll acudiera el pasado lunes a las oficinas del Inem para escenificar su situación. A día de hoy, el dirigente afín a Eduardo Zaplana tiene un pie puesto en el Autoridad Portuaria de Alicante -decisión con la que Génova está de acuerdo- aunque Sonia Castedo todavía se resiste a permitir que su enconado rival tenga una salida. No obstante, parece que en los próximos días la situación quedará desbloqueada.
-Equipo de campaña. El siguiente paso de Fabra fue diseñar el grupo que coordinará las elecciones generales. Un organigrama con el que el líder del PPCV puso distancia con Camps al separar claramente Consell y partido. Así, apartó a la coordinadora de la anterior campaña autonómica y vicepresidenta del Gobierno, Paula Sánchez de León, quien según las fuentes consultadas de Generalitat y PP, ha quedado "relegada" a segundo plano, con tareas muy específicas de Gobierno.
-Vacío de poder en el partido. Para esta nueva etapa, y aunque la mayoría de fuentes consultadas lo considera una medida "temporal", Fabra ha decidido reforzar la figura del secretario general del PPCV, Antonio Clemente, quien fuera hombre del expresidente Camps en el partido, poniéndole al frente de la coordinación de campaña. Según las citadas fuentes, el número dos de la formación es un "peón" que "trabajará bien" de cara a los comicios en un puesto que siempre sufre un desgaste. De esta manera, Fabra se asegura un dirigente que cumplirá con su cometido de 'fontanería' pero que no representa ningún peligro por su escaso margen de progresión.
-Recuperar a Blasco y fijar estrategias en Les Corts. Por otro lado, Fabra ha seguido contando con Rafael Blasco, portavoz del grupo parlamentario, para la coordinación del programa electoral. Las muestras de afecto del nuevo líder al exconseller en los debates en Les Corts han sido constantes, incluso el portavoz asumió "errores" en la época anterior durante el debate de investidura de Fabra en sustitución de Camps. Lo que acentuó varios ejes diferenciadores que Fabra había dejado caer en su discurso.
-Comparecencia conjunta con Alfonso Rus. Otra de las reuniones clave de Alberto Fabra en esta semana ha sido con el líder provincial del PP de Valencia y presidente de la Diputación. Tras el enfado de Rus por no haber sido informado de los acontecimientos que se precipitaban el día de la dimisión de Camps, se había especulado con un conato de guerra que ambos dirigentes atajaron con una reunión y posterior rueda de prensa. Al término de la misma, y en un hecho inédito en los últimos años, Rus reconoció que había existido malestar, y Fabra aseguró que en el futuro pediría consejo al presidente provincial. Según las fuentes consultadas por este diario, la paz fue "sincera".
-Cambios en Presidencia. Aunque no son específicamente variaciones en el partido, en los últimos tiempos se ha confundido "demasiado", según asegura un dirigente del PP, al núcleo duro del presidente con los órganos de la formación ‘popular'. Algunos miembros del equipo del expresidente habían puesto a disposición sus cargos y Fabra ha tomado la decisión de hacer cambios en la sala de máquinas de Presidencia. Unos cambios que eran deseados por varios sectores del partido desde tiempo atrás.
-Mitigar el descontento en Castellón. Los nombramientos de Francisco Camps de consellers y cargos de segundo escalón dejó un mal sabor en esta provincia, que se vio poco representada en las designaciones. Este malestar fue reflejado públicamente por el propio presidente provincial del PP, Carlos Fabra. Ahora, las tres nuevas incorporaciones en Presidencia del nuevo presidente son de Castellón y se augura que llegarán más en el futuro. Pese a que Alberto Fabra y Carlos Fabra han tenido ‘rifirrafes' en el pasado, las fuentes consultadas por este diario consideran que no habrá mayores problemas ya que ambos coinciden en otorgar mayor peso a Castellón. Otro de los objetivos del barón provincial, es que su hija Andrea Fabra repita como diputada nacional, cosa para la que, a priori, no habrá obstáculo.
De esta manera, Alberto Fabra ha abordado siete problemas orgánicos en poco más de siete días con cierto éxito. Más complejo resultará ahora ponerse manos a la obra con la delicada situación económica de la Generalitat y los recortes que deberá afrontar el Consell después del verano. El presidente deberá, a buen seguro, poner a prueba las dotes de pacificación de las que ha hecho gala para resolver estos problemas de partido.
Buenos dias: Varias pregunta que podría tener unas cuantes respuestas 1.-¿Porque hay que darle un premio consolación a un politico?2.- ¿Porque hay que colocarlo en algún lado? 3.-¿No saben los politicos que su profesion tiene altos y bajos? Así nos vá poniendo personas en puesto que quizas ni conocen lo que deben hacer.- Perdonen Uds el termino pero esto se parece mas al "derecho de pernada" que a otra cosa.- Atte Alejandro Pillado Valencia 2011
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