WASHINGTON (EFE). El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha anunciado que los líderes del Congreso y la Casa Blanca han llegado a un acuerdo para elevar el techo de la deuda y evitar así que el país entre en suspensión de pagos el 2 de agosto.
El plan, que debe ser votado en ambas cámaras del Congreso, fue considerado por la Casa Blanca "un triunfo para la economía y la disciplina presupuestaria", y no está desprovisto de elementos polémicos, como el primer gran recorte al presupuesto de Defensa desde los años 90.
El presidente autoriza al Congreso a elevar el techo de la deuda por un valor mínimo de 2,1 billones de dólares.
Esto garantiza que el límite no deberá alzarse de nuevo hasta 2013, para evitar nuevas luchas bipartidistas en el tramo final de la campaña electoral y no perjudicar la recuperación económica.
El acuerdo impone inmediatamente un recorte del déficit por valor de 1 billón de dólares, basado en varios ejes:
Antes que nada, el ahorro de más de 900.000 millones de dólares a lo largo de una década en gastos domésticos no imprescindibles. Esto reducirá el gasto doméstico anual al nivel más bajo desde la presidencia de Dwight Eisenhower (1953-1961).
También señala un recorte de 350.000 millones de dólares al presupuesto base de Defensa, que supone el primer golpe a las arcas del Pentágono desde los años 90 y que se implementará de acuerdo con una revisión de las misiones de Estados Unidos.
Y finalmente, un nuevo comité bipartidista en el Congreso se encargará de presentar antes de noviembre un plan que reduzca el déficit en 1,5 billones adicionales. El Congreso deberá votarlos antes del 23 de diciembre de 2011. Asimismo, el acuerdo incluye un mecanismo para asegurar que antes de 2013 se consigue al menos una reducción del déficit de 1,2 billones de dólares.
Esa cláusula contempla un recorte dividido entre programas civiles y de defensa y no afectará a la Seguridad Social. Además, incentiva las negociaciones en el comité bipartidista para encontrar nuevos medios para reducir el gasto y actualizar el plan. De no tomar ninguna acción, el mecanismo agregará automáticamente otros 500.000 millones en recortes al presupuesto de Defensa, y recortará programas de infraestructura y educación, entre otros.
El mecanismo entra en vigor el 1 de enero de 2013, el mismo día que caducan los recortes de impuestos a los altos ingresos que aprobó George W. Bush y que Obama extendió el pasado diciembre. En caso de que el presidente considere que el plan no es equilibrado, decidirá no extender esos recortes de impuestos y sumará así alrededor de un billón de dólares a la reducción del déficit, según la Casa Blanca.
En la segunda fase de la reducción del déficit, el comité bipartidista considerará poner en marcha una reforma fiscal para poder aumentar los impuestos, algo que rechazan los republicanos, al tiempo que considera cambios a programas sociales, a lo que se oponen los demócratas.
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