VALENCIA. Josep María Pañella (Torreblanca, 1952) es el diputado más veterano del grupo Compromís. A sus 58 años, cumple su segunda legislatura en Les Corts Valencianes integrado en la Coalició Compromís. Forjado en el Bloc, este profesor de secundaria no puede reprimir aleccionar con afecto al parlamentario más joven de su grupo, Francesc Ferri (Canals, 1984), secretario general del Blocjove.
Valenciaplaza.com se reúne con ambos para que, de forma distendida, dibujen una radiografía sobre la cámara valenciana y repasen conjuntamente la actualidad económica y social en la Comunitat Valenciana.
-¿Pasó nervios usted con Rafael Maluenda (PP) dirigiendo la Mesa de Edad de Les Corts en su debut parlamentario?
Francesc Ferri. No, porque era un acto muy cuadriculado. Pasaré más nervios cuando me toque hablar por primera vez.
-Josep María Pañella. (sonríe) La primera intervención como diputado siempre pone nervioso...
-¿Ya tiene temática fijada?
-F. F. Todavía no. Lo decidirá el grupo.
-J. M. P. Cuando se inicie el proceso de convocatoria de plenario lo iremos viendo . A partir de los temas de actualidad y las proposiciones presentadas asignaremos los temas. Tú llevas Juventud...
-F. F. Sí, Industria, Comercio, Turismo, Nuevas Tecnologías...
-J. M. P. Pues cualquiera de esos temas que surja los llevarás tú...
-¿Le dio usted algún consejo, Josep?
-J. M. P. La verdad es que no. No creí que fuera necesario, Fran es una persona perfectamente preparada y no le hacía falta. De hecho, creo que el actual presidente de Les Corts, Juan Cotino, debería haberle pedido consejo a Fran porque no demuestra mucha soltura.
-Fran, ¿con Maluenda volvió a hablar? Creo recordar que hubo un pequeño rifirrafe...
-F. F. Sí. Volví a hablar con él cuando acudí en pantalones cortos a la comisión de senadores.
-Vaya... ¿y qué le dijo? ¿le reprendió?
-F. F. No. Sólo me contó cómo fue mi aparición vista desde el otro lado. Me aseguró que había recibido un mensaje al móvil de alguien que le dijo: "¡Hay un diputado en pantalón corto!". Él me explicó que no iba a interrumpir la interpelación de los diputados al senador pero que tenía intención en el receso de decirle al letrado que hablara conmigo. Pero no le di tiempo porque yo sólo estaba de paso en esa comisión y me fui.
-Josep ¿qué piensa usted de esos atuendos juveniles: le sorprenden, le escandalizan?
-J. M. P. Aunque no es habitual, la primera pregunta que hicimos fue: ¿si hubiera sido Mirella Mollá la que hubiera entrado en pantalón corto, hubiera pasado algo? (sonríe)
-¿Teme que se intente impulsar alguna norma similar a la adoptada en el Congreso de los Diputados para evitar que vista como quiera en Les Corts?
-J. M. P. (se anticipa) Bueno, nosotros les propondríamos que impulsaran alguna iniciativa para que las personas imputadas no pudieran entrar en la cámara tampoco. Eso ayudaría más al nivel moral de Les Corts.
-F. F. También recuerdo que vino Pedro Agramunt (PP) y me preguntó si podía hablar conmigo. En pocas palabras, me dijo que las instituciones ya estaban bastante devaluadas como para vestir como nos diera la gana. Y yo le respondí que venir con traje y corbata no daba más valor a las instituciones sino que lo daban las decisiones que se tomaran en ellas. Y añadí también que seguro que los imputados tampoco aportaban valor a la cámara.
-¿Tienen alguna empresa o negocio? ¿Han pensado en montar alguno?
-F. F. A mí sí que me llama la atención. Alguna vez lo he comentado con compañeros o amigos pero no ha llegado a surgir la idea o el proyecto concreto.
-J. M. P. Yo hace unos años ayudé a mi mujer a crear y mantener una empresita. Una librería-papelería. La cerramos al final más por cuestiones de convivencia familiar, teníamos una hija, y yo trabajando y metido en política... Pero lo recuerdo como una experiencia muy positiva. Aunque no descarto en el futuro que pueda renacer esa iniciativa en forma de autoempleo, una fórmula que está surgiendo con fuerza ahora ante la situación económica. Esto no es nuevo, en el País Valencià siempre había funcionado, por ejemplo en la agricultura.
-F. F. Yo tengo amigos que se han ‘tirado a la piscina' y han emprendido negocios. Uno de los obstáculos que se están encontrando es que les dan las ayudas pero no las cobran hasta muy tarde, 20 meses por ejemplo. Esas dificultades tiran para atrás a la hora de montar algo, porque esos retrasos asfixian a los emprendedores y los obliga a seguir endeudándose para continuar trabajando.
-¿Cree entonces que los jóvenes deben animarse a crear una empresa en estos momentos?
-F. F. Siempre puede ser buen momento para montar una empresa. Si tienes una buena idea, tienes constancia, y eres consciente de que no va a ser fácil al principio, tu empresa puede funcionar. A mi me gusta la filosofía japonesa que dice que la palabra ‘crisis' también implica ‘oportunidad'
-En cuanto al empleo, que es la principal preocupación sociedad. ¿Cuál fue el primer trabajo de sus señorías?
-J. M. P. Mi padre era agricultor y mi madre tenía un comercio. Les ayudaba cuando podía pero mi primer trabajo propio fue dando clases particulares. Impartía muchísimas... a todas horas. Y después preparé la oposición para maestro.
-F. F. Mi padre tenía una empresa de mármol y trabajaba con él muchos veranos. De ahí pasé también a dar clases particulares y después estuve trabajando los fines de semana en un restaurante chino. Luego pasé a un restaurante mejicano... pero al final, cuando terminé la carrera y el master, entré en una empresa del sector del automóvil, algo relacionado con la ingeniería que había estudiado.
-¿Recomendarían una carrera universitaria a toda costa? ¿Creen que es necesaria la reorientación en la formación para disminuir la tasa de paro?
-J. M. P. Es difícil. Creo que no hay que ‘regatear' en la etapa de formación. Hay que llegar al estudio superior relacionado con lo que tú elijas, llegar al máximo de formación, aunque eso no significa que tenga que ser una carrera universitaria. Tienes que ver tu aptitud, pero también tu actitud hacia el área a la que quieres dirigirte, tus inquietudes personales...
-F. F. Yo estoy de acuerdo con Josep...
-J. M. P. ¡Pobre de ti si no...! (ríen)
-F. F. Es que debes fijarte en lo que te gusta y no en el mercado laboral a la hora de estudiar. Recuerdo que cuando iba a entrar en la universidad, ‘teleco' era el ‘boom' y todo el mundo decía que era trabajo seguro estudiar esa carrera. Al poco tiempo eso cambió, por eso me alegro de haber escogido lo que me gustaba. Me ayudó mucho la orientadora de mi instituto con la decisión. También pienso que las carreras universitarias deberían estar más enfocadas a un camino más práctico. Tienes una carrera y luego llegas a una empresa y te das cuenta de que no sabes nada.
-J. M. P. Por esto que hablamos, recuerdo que un alumno me dijo una vez: "Yo quiero trabajar en la obra". Y yo le pregunté: "¿Qué quieres ser? ¿arquitecto?". Evidentemente era en la época del ‘boom', donde había trabajo y se ganaba dinero. Pero yo, como profesor, no quiero asumir que mis alumnos se conformen con estar en el último grado de una cadena, que un chico de 16 años te diga que toda su voluntad es ser peón de obra.
-Josep, ¿usted tiene plan de pensiones? ¿se lo recomienda a Fran?
-J. M. P. Sí, sí tengo. Aunque es difícil aconsejar ahora. Las cosas han cambiado mucho, antes había mayores ventajas y la situación era más benevolente para planteárselo.
-F. F. Yo creo que la pensión la debería garantizar el Estado. Me lo tendré que sacar, porque no hace mucho estuve contando los años cotizados y si me quedo un año en paro creo que ya no llego para lo que te exige el Estado. En la empresa en la que estaba por ejemplo estuve un año de becario y lo anterior tampoco me computa apenas.
-¿Cómo ven lo ocurrido con las cajas valencianas? ¿Han pensado invertir en acciones de Bankia?
.-J. M. P. A mi me llamaron de Bankia invitándome a participar, lo cual me hizo sospechar (sonríe). De todas formas, no lo contemplé. No me veo como inversor. Yo comparo lo sucedido con las antiguas cajas rurales, que ayudaban con sus fondos a desarrollar la población a la que pertenecían. Ahora eso se ha perdido, y ha ocurrido de una manera bastante similar a lo que ha ocurrido con estas fusiones o absorciones. Esas cajas rurales fueron un instrumento de progreso muy importante en los municipios. A otra escala esto es lo que ha ocurrido con Bancaja por ejemplo. Dentro de nuestra concepción territorial, hemos perdido la capacidad de tener una caja propia, de que nuestro dinero se invierta en cosas que puedan interesarnos. A día de hoy no controlamos el dinero de los valencianos. Hemos perdido la ocasión de tener una entidad propia dirigida desde aquí: ¿y si ahora, por ejemplo, se decide que el Corredor Mediterráneo pase por Madrid? Dependeremos de los demás y no tendremos voz de una entidad financiera de aquí.
-F. F. Yo, siendo el diputado más pobre, poco podía invertir (ríe). Lo que sí que puedo decir es que entre los jóvenes, por lo menos de mi entorno, la percepción es que hemos perdido un símbolo, nuestra caja que se aleja y se va a Madrid. Mi primer carnet jove, mi primer carnet de la universidad... Antes en Bancaja, los jóvenes no pagábamos comisiones y ahora las condiciones han cambiado. Varios de mis amigos han decidido cerrar sus cuentas en Bankia y yo estoy en trámites de hacerlo.
-¿Creen que debe cambiarse el ‘chip' y dejar a un lado la idea de comprar una vivienda para centrarse en el alquiler?
-J. M. P. La opción de alquiler debe promocionarse. Si tienes la capacidad de comprar, está claro que es una posibilidad más apetitosa. Pero la dificultad y el peligro de hipotecarse invita a la prudencia. Tampoco tenemos que cegarnos en la nueva construcción cuando en el centro de las grandes ciudades, por ejemplo, podrían rehabilitarse muchas viviendas y facilitar el alquiler en ellas.
-F. F. El problema es que tampoco son tan económicos los alquileres. Muchas veces te absorbe la mitad del sueldo. Si optas por comprar una casa como una inversión, el problema es que quedas encadenado a una hipoteca y a un lugar, algo difícil para un joven que puede depender de la movilidad laboral.
-¿La sociedad, y especialmente los jóvenes, se dan cuenta de la gravedad de lo que está pasando en países europeos como Grecia?
-F. F. El otro día me llamó la atención en Twitter que la gente bromeaba con la prima de riesgo, y el riesgo de su ‘prima'. La gente joven no está muy informada de lo que implica esto para nuestra economía. Hace falta mucha pedagogía para explicar esto. Por ejemplo, una asignatura como Educación para la Ciudadanía podría utilizarse para enseñar a los jóvenes cómo se organiza el Estado, lo que significa la deuda pública y otras cuestiones similares para que entiendan la situación actual.
-J. M. P. Yo lo que me pregunto es si los que nos gobiernan son conscientes de lo que ocurre. Estamos recortando el número de maestros, médicos y pagando 90 millones de canon de Fórmula 1. Luego dicen: "No hay dinero". A ver, el presupuesto de la Generalitat supera los 13.700 millones de euros: el problema es lo que se hace con el dinero.
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