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MADRID (EP). El 26,7 por ciento de los directivos de la Comunitat Valenciana considera que sus ventas netas crecerán este año, mientras que más de la mitad (53,3 por ciento) opina que se mantendrán en términos similares a 2010, y el 33 por ciento es pesimista y cree que su actividad comercial habrá disminuido a cierre de año.

Así se desprende del informe España Empresas, elaborado por KPMG, que contiene un análisis de las cuentas anuales individuales de los ejercicios 2008 y 2009 de 150 grandes empresas españolas, agregando sus principales magnitudes, así como una encuesta a otros tantos directivos que analizan la situación actual y exponen sus perspectivas para 2011.

En concreto, respecto a la situación actual de la economía, el 46,7 por ciento de los directivos valencianos califica la coyuntura como "mala", seguido del 38,3 por ciento que tiene una visión algo más positiva y la define como "regular".

Asimismo, la mayoría de los directivos encuestados en la Comunitat coincide en señalar la dificultad de acceso a la financiación -53,3 por ciento- y la paralela disminución de su facturación -46,7 por ciento- como los mayores retos a los que han tenido que enfrentarse desde la aparición de la crisis.

Sin embargo, el principal reto para el 26,7 por ciento de los encuestados ha sido la pérdida de clientes y proveedores, y para también el 26,7 por ciento de los mismos el principal problema durante la crisis ha sido el endurecimiento de las condiciones para la concesión de un crédito.

Para combatir estas dificultades, el 40 por ciento de los directivos valencianos tuvo que realizar ajustes en 2010, aunque sólo el 27 por ciento tiene previsto continuar con las medidas este año, lo que parece indicar una mejoría en la situación.

PERSPECTIVAS OPTIMISTAS

A nivel nacional, las perspectivas de los directivos encuestados a nivel nacional son optimistas respecto al progreso de la economía en lo que queda de año, ya que el 44 por ciento considera que la situación será "regular", el 40 por ciento que será "buena", el 13 por ciento que "mala" y el 2 por ciento que "muy buena".

La crisis económica ha afectado también a la actividad diaria de las empresas, cuyos directivos se han visto obligados a mejorar su capacidad de reacción y gestión para afrontar la recesión.

La crisis, que alcanzó en 2009 su punto álgido en España con una caída del PIB del 3,7 por ciento, ha dejado patente la necesidad de una transformación del modelo productivo, que según los directivos españoles encuestados, pasa por una apuesta firme de las empresas nacionales por la I+D+i y por una mayor atención a la formación cualificada.

Así, para los directivos, la salida de la crisis y la clave de la recuperación se encuentran en una decidida internacionalización y una mayor especialización que les permita ser competitivos en los mercados globales.