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VALENCIA. "Ofrezco mi sacrificio a España y a Rajoy". Con esta declaración, más propia de un protomártir que de un alto cargo político, el ya expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, abandonaba ayer el puesto que ha ocupado durante ocho años.
El ambiente se había tornado irrespirable para el jefe del Consell. Las presiones de la dirección nacional del PP -ubicada en la calle Génova- para que Camps evitara el juicio parecían dar sus frutos. ayer por la mañana. Con Federico Trillo como asesor jurídico, el líder de los 'populares' valencianos parecía convencido de aceptar la condena por la 'causa de los trajes' y pagar la multa de casi 50.000 euros.
De hecho, en torno a un centenar de periodistas de medios locales, autonómicos y nacionales se agolpaban ayer en la sede del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) para esperar la llegada del presidente y de los otros tres acusados: Víctor Campos, Rafael Betoret y Ricardo Costa. Sin embargo, sólo aparecieron los dos primeros para asumir la culpabilidad. En un final surrealista que algún compañero, tal vez fruto del calor, calificó de 'campsiano', el presidente anunció su llegada a quince minutos del cierre del TSJCV para, un cuarto de hora después, anularla: el jefe del Consell no iba a firmar su condena.
Según informan fuentes de Presidencia, el presidente Camps siempre se había resistido a la opción de aceptar su condena, puesto que se considera "inocente" en la 'causa de los trajes'. Forzado por Génova, estuvo al borde de ceder y pagar la multa, asumiendo así su culpabilidad, como quedó claramente demostrado al anunciar que acudiría al TSJCV ayer a las dos del mediodía.
Sin embargo, según las citadas fuentes, en las últimas conversaciones con Mariano Rajoy, éste no le ofreció las garantías suficientes como para asegurar su continuidad en caso de que asumiera su condena. "Elegir entre la deshonra o la dimisión", llegó a afirmar el presidente nacional, según señalan desde su entorno.
Como ya explicó este diario, si el presidente hubiera aceptado la condena el relevo podría haber sido inminente puesto que su posición de debilidad sería manifiesta. Camps 'leyó la jugada', prefirió virar a última hora y hacer las cosas a su manera, manteniendo su inocencia hasta el final.
Poco horas después del amago en el TSJCV, a través de una convocatoria urgente de Presidencia, llegaba la noticia del lustro: la dimisión de Camps "por España y Rajoy". El expresidente regó su discurso con agradecimientos y amargas críticas a un "sistema brutal" que ha impulsado "una cuestión falsa que no han podido demostrar". "Dejo el cargo para defenderme donde corresponda contra estas mentiras", recalcó.
El presidente de la Generalitat subrayó que España "necesita de un gran líder" y defendió que su "sacrificio y decisión personal" se debía a su deseo de evitar ser "un obstáculo para Mariano Rajoy", para concluir con un "me voy con menos de lo que vine".
Según fuentes consultadas, desde Génova habrían preferido evitar el juicio pero poco ya le pueden achacar, puesto que ha dimitido como presidente y, según un cargo del partido, resulta "comprensible" que rechace firmar una condena con la que no está de acuerdo y prefiera defenderse en el juicio. Un proceso que, pese a la conformidad firmada por Víctor Campos y Rafael Betoret se celebrará igualmente para los cuatro imputados puesto que para ser anulado necesitaba de la aceptación de la totalidad de ellos.
ALBERTO FABRA, UN DIRIGENTE QUE SIEMPRE GUSTÓ EN MADRID
El sucesor de Francisco Camps será el alcalde de Castellón, Alberto Fabra, un dirigente que siempre ha gustado en Madrid y que mantiene un expediente impoluto. El primer edil, que fue cabeza de lista a Les Corts por la circunscripción castellonense, era uno de los sucesores que se anotaban en las quinielas. Ayer, pasó a convertirse en líder del PPCV -así lo designó la Junta Regional- y candidato a presidir la Generalitat.
Desde Génova, no se plantearon la opción de ascender a la vicepresidenta del Consell, Paula Sánchez de León, y señalaron al alcalde de Castellón como relevo con la intención clara de no permitir una prolongación del 'campismo' al frente del Gobierno valenciano. Alberto Fabra, quien actuó con tacto en la delicada situación, anunció que contaría con el equipo del presidente Camps para el futuro.
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