X. AGUAR. 20/07/2011 Miembros del Consell han expresado en privado su deseo de que se ponga fin a la situación de inestabilidad que sacude a la Generalitat y poder contar con calma institucional para poder enfrentarse a sus muchos problemas. Existe consenso generalizado sobre la posición de manifiesta debilidad en la que quedaría el presidente Camps si termina aceptando su culpabilidad en el caso de los trajes para poder seguir al frente del Consell

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VALENCIA. "Esto no puede continuar. Así no podemos trabajar". Es la opinión de más de un conseller expresada en privado durante el último fin de semana. Un estado de desánimo que se extiende por los altos niveles de la Administración autonómica -incluidos los dirigentes recién instalados tras las pasadas elecciones autonómicas- y que está motivando su parálisis en un momento en el que son necesarios los esfuerzos de todos para superar la situación crítica que vive la Generalitat por la extrema delicadeza de su posición económica.

Del mismo modo y con la confidencialidad pertinente, empresarios y dirigentes empresariales muestran su impaciencia ante una situación que está retrasando la toma de medidas que al menos detengan el deterioro acelerado que están sufriendo las cuentas de la Generalitat. "Que dimita ya, por su bien y por el de todos" se remacha ya sin pudor en más de un despacho de la capital. Miembros de la oposición y representantes  partidarios procedentes de Madrid, como Cayo Lara, que ayer se reunió con la alcaldesa Rita Barberá, han mostrado del mismo modo su petición de una dimisión inmediata del presidente vlenciano.

Mientras, durante la últimas horas se han sucedido las reniones multilaterales en el Palau de la Generalitat para intentar alcanzar una solución que estabilice la crisis, en este caso, la política y judicial. Las alternativas se reducen peligrosamente para el presidente de la Generalitat, Francisco Camps. Los plazos marcados por la dirección nacional del PP, ubicada en la calle Génova de Madrid, se consumen a la espera de que el jefe del Consell tome una decisión acerca de la ‘causa de los trajes'.

Como ya informó Valenciaplaza.com ayer, desde Génova se quiere impedir por encima de todo que el juicio sobre la citada causa llegue a celebrarse: representaría el 'espectáculo' de ver a un presidente autonómico del PP sentado como acusado a las puertas de una campaña electoral. Esta situación, además, podría agravarse ante la perspectiva de que el juicio coincidiera con las elecciones generales si éstas fueran adelantadas.

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, estuvo reunido ayer con Federico Trillo para estudiar la propuesta de Génova: aceptar los cargos y pagar por ello una multa situada en unos 49.500 euros para de esa manera, poder mantenerse como presidente evitando el juicio. Sin embargo, fuentes del PP consultadas por este diario, califican esta posibilidad de "manzana envenenada".

"Aunque este medida se adopte en una época de menor repercusión mediática como son estas fechas, el siguiente paso de Génova iría encaminado al relevo de Camps: Rajoy no puede permitirse 'el lujo' de tener un presidente autonómico en el cargo que haya sido condenado y cuente con antecedentes penales", subraya un alto cargo del partido.

Así, fuentes del PP consultadas creen que si Camps paga la multa, su presidencia quedaría en una situación de "debilidad" debido a la caída de los propios argumentos de su defensa. "El relevo sería cuestión de tiempo, y seguramente poco", señala un parlamentario del grupo ‘popular'.

Uno de los argumentos del presidente de la Generalitat para mantenerse en el cargo es someterse a una encuesta que determine el grado de apoyo que tiene entre los valencianos para continuar al frente del Consell tras pagar la multa. De esta manera, trataría de continuar apoyándose en este argumento de discutible solidez.

EL FACTOR RICARDO COSTA

Una de las incógnitas más relevntes de esta encrucijada radica en la postura del exsecretario general del PPCV, Ricardo Costa, también imputado en la ‘causa de los trajes'. Para que Camps pudiera abonar la multa, los otros afectados en el proceso tendrían también que adoptar esa postura (Víctor Campos y Rafael Betoret).

Costa ya pagó con su dimisión hace meses los ‘platos rotos'  de la publicación de las escuchas de Gürtel. Y ahora tiene poco que ganar declarándose culpable porque, además, tiene también pendiente la causa de financiación irregular del partido, por lo que le tocaría afrontarla con un antecedente penal sobre sus espaldas. Fuentes consultadas por este diario aseguran que Costa está negociando "al alza" la posibilidad de asumir la culpabilidad en la ‘causa de los trajes'.

POSIBLES SALIDAS

Otra de las salidas para Camps consistiría llegar a un acuerdo para abonar la multa y tutelar su sucesión, situando a la vicepresidenta del Consell, Paula Sánchez de León, al frente del Gobierno valenciano. Esta vía, según fuentes del PP, podría ser asumida por Génova si la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, no quisiera optar al cargo. Con Sánchez de León como presidenta, Camps se aseguraría la pervivencia de su actual círculo de poder en la Generalitat. Otros hipotéticos candidatos del partido a la presidencia, así en Castellón como en Valencia, se mantienen no obstante en sus cuarteles en una tensa calma a la espera de acontecimietos...

Por otro lado, fuentes del PPCV creen que el jefe del Consell "todavía" podría intentar mantenerse en el cargo -si no prospera la negociación con Ricardo Costa- sin pagar la multa y buscar jugarse todo a la carta de un veredicto favorable en el juicio. Esta tesis es rechazada por los miembros del partido en Madrid, que la califican de "irresponsabilidad". "Rajoy está cerca de la victoria en las elecciones generales con mayoría absoluta; la situación de Camps está haciendo daño al partido en el ámbito nacional y podría hacer perder diputados fundamentales par la consecución de la mayoría holgada que busca el presidente del partido", subraya un dirigente del partido en la capital.

GÉNOVA CALLA, AUNQUE AVISA

Mientras Camps sigue sumido en sus reflexiones, desde Génova continúa el silencio -aunque con alguna estridencia aislada- sobre la ‘causa de los trajes'. El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, aseguró ayer que el presidente de los valencianos es "claramente inocente". Por su parte, la portavoz del grupo ‘popular' en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, auguró "decisiones" cercanas sobre el caso Gürtel.

Según fuentes 'populares', el silencio medido de Génova es "significativo", igual que lo son los artículos críticos en la prensa nacional conservadora con Camps. "Si hay orden de la dirección nacional, los presidentes autonómicos que han defendido la inocencia y honradez de Camps se pronunciarán en diferente sentido ante una culpabilidad ya suscrita por el jefe del Consell", sentencia un cargo del partido en Madrid, en lo que sería un elemento más de presión para el líder valenciano.

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