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Todos por la financiación

LA ORTIGA / PEDRO MUELAS. 24/05/2010 "De forma insospechada todos los grupos de las Corts Valencianes han consensuado abrir un proceso para conseguir un acuerdo valenciano para reclamar del Estado más financiación autonómica..."

VALENCIA. De forma insospechada todos los grupos de las Corts Valencianes han consensuado abrir un proceso para conseguir un acuerdo valenciano para reclamar del Estado más financiación autonómica. Sinceramente, uno creía que ese capítulo de las reivindicaciones históricas del Consell de Francisco Camps frente al gobierno de Zapatero, una de las más justas y necesarias, se había olvidado. De tanto oír la retahíla, de tanto repetirla y de tanto hacerla sonar en radios y televisiones, parecía que ya no hacía efecto ni sumaba folios en los dossiers. Pero hete aquí que nos han dado la sorpresa los grupos parlamentarios a partir de una propuesta de Enric Morera, de Compromís, con una enmienda del PSPV. Rafael Blasco ha demostrado ahí su cintura parlamentaria. Se ufana de ello, para más señas. Y la ha acertado.

La Comunitat Valenciana está a la cola de las comunidades autónomas. Recibe 2.700 euros por habitante, con diferencia. El nuevo modelo de financiación autonómica aprobado el año pasado ha sido un desastre y en el momento de recortes por el que estamos pasando -y más que vendrán- la situación es aún peor.

No obstante, el pacto llega tarde, como las medidas del gobierno de Zapatero. Todo llega tarde en esta primavera. Pero sea bienvenido. El problema, ahora, es la tramitación. Si hemos tardado un año casi en llegar a ese acuerdo, ahora hay que mirar para adelante. ¿Y qué tenemos? Más trámites. Alcanzar un acuerdo en las Corts ya es algo, pero ejecutarlo, otra historia. Para que se haga una idea de cuánto puede tardar en llegar ese momento, ahora toca que los expertos, la patronal, los sindicatos, las universidades valencianas y ayuntamientos sean convocados al parlamento valenciano como representantes de la sociedad civil y de acuerdo con sus informes y redactar uno que, si cuenta con el voto de todos, desembocará en la reclamación de un nuevo modelo que supere la discriminación histórica en la financiación de nuestras competencias. Paciencia. Hasta puede quedar en un espejismo.

"ME MANTIENE LA VERDAD"
Francisco Camps estuvo potente, hasta de buen humor, en el último pleno de control al gobierno. Había quien hacía apuestas sobre si se inventaría o no un viaje para no comparecer. Compareció y con ello dejó en entredicho a los que han pensado alguna vez que huía del parlamento en sus viajes por todo lo largo y ancho del mundo, un servidor, por ejemplo. Desde luego la del jueves era una de las peores situaciones, sino la peor, a la que se tenía que enfrentar a la oposición: el regreso de la llamada causa de los trajes al TSJ de la Comunitat Valenciana. Y allí estuvo, tan fuerte, que dejó caer la frase que viene comentando entre los más próximos y que será sin duda la clave de la gestión política de este asunto que dura ya un año: "Me mantiene la verdad". Sonó imponente.

LAS FORMAS -MALAS- DEL RECORTE
Como no tengo ni idea de moda, no sabría decirles qué modisto o modista es el autor del traje que sacó la vicepresidenta Fernández de la Vega tras la última reunión del consejo de ministros en la que se decidió, a falta de muchos y jugosos detalles, el plan de ajuste de gasto del Gobierno, el más severo de cuantos se ha adoptado y que afecta, como saben, a funcionarios y jubilados entre otros muchos millones de españoles. No sé el modelo y, la verdad, no me importa pero chirriaba que la vicepresidenta primera anunciara todo aquello con esa puesta en escena, dejémoslo ahí. Y es que, al margen del contenido, de las aparentes improvisaciones en las medidas, de las aparentes contradicciones entre los numerosos portavoces económicos que tiene el ejecutivo de Zapatero, han fallado las formas. Y eso se paga.

La primera comunicación oficial se produjo en una sesión plenaria de las Cortes Generales en pleno debate parlamentaria, como una refriega política más entre Zapatero y Rajoy. El presidente del ejecutivo informó al portavoz de la oposición, cuando se debería haber hecho en otro formato, en un mensaje a la nación, antes o después de dar cuenta al Parlamento. Si todas las navidades lo hace el presidente del gobierno español, por qué no lo va a hacer cuando se trata del anuncio más grave y el recorte social más severo que se conoce. Sólo una escueta petición al esfuerzo que toca hacer ahora y una pasada de mano por el lomo de los funcionarios aportaron el contenido "humano" del discurso de Zapatero en esta torpe estrategia comunicativa.

El remate fue la puesta en escena de la rueda de prensa en la Moncloa, con notable retraso, de De la Vega y Salgado. Ante un proyecto histórico, una rueda de prensa tediosa y común, con una vicepresidenta que parecía salir de fiesta y otra, de una intensa reunión de trabajo de ejecutivos. Y, luego, las sonrisas. ¿Daba el asunto para reír?

EL PUERTO DE TODOS
José Blanco debería vender su fórmula, o regalarla, pero estamos muy necesitados de políticos como él. De acuerdo que es el ministro de los dineros - oera tras el parón en 6.000 millones anunciado de la obra púbica en su ministerio, el de Fomento... no lo olvidemos- pero resulta especialmente llamativo el consenso que despierta allá donde va entre políticos de cualquier bando y de cualquier zona. Hasta en Valencia, la aldea gala de Astérix y Obélix para las legiones romanas de Zapatero.

Recordarán su puesta en escena de la estación del AVE en Valencia, su conferencia en la ciudad, su paso por Castellón... Ahora ha sido capaz de conseguir un consenso desconocido en las Cortes Generales con la nueva Ley de Puertos, la ley que mayor apoyo parlamentario ha conseguido en la democracia española. Una norma que, por otra parte, le vendrá muy bien a nuestro puerto ya que apuesta por la intermodalidad y la sostenibilidad, pero también "premia la buena gestión y bonifica la superación de los niveles de productividad actuales". Muchos empresarios celebrarán que se superen la productividad, dejarán, si se cumple, de lamentarse por las esquinas y de hacer amargas comparaciones con otras instalaciones de nuestro ámbito. Rafael Aznar tendrá una nueva herramienta.

Como no todo puede ser perfecto, finalmente los estibadores se han llevado, con perdón, el gato al agua y continúan siendo poseedores de una exclusividad que ya no se lleva en cualquier actividad que no sea en la de los portuarios.

Blanco alardeaba, con sobradas razones, de este gran acuerdo en el Congreso de los Diputados de una forma gráfica: el texto no tendrá más apellido que el del consenso y el del interés general. Un consenso que va más allá del arco parlamentario. También cuenta con el respaldo del sector, de las autonomías y de los sindicatos. Más que una aprobación histórica, es un milagro. Y no lo tomen como un elogio simplón para el que dijeron en su día que podría ser el sustituto de Zapatero. El elogio, en cualquier caso, va para todos. No es fácil, es improbable, al parecer, conseguir el acuerdo global hoy en día. Los partidos están muy separados, un océano hay entre ellos, pero ya ven que es posible el encuentro.

Así es que, lejos de ser un elogio, es una queja, una reclamación: ¿por qué no se consigue en otros asuntos de mayor trascendencia, como el que reclama todo el mundo para superar la crisis económica y las medidas que se han de adoptar para rebasarla.

El brote verde de la semana
La empresas valencianas Oria Orfebrería y Gironés-Vila termina de hacer una muestra de sus productos en el hotel Hilton, antes de que cerrara, coincidiendo con este mes de la Virgen, tan valenciano, de la dançà, del traslado, del besamanos. Este sector también tan valenciano se sigue moviendo, se aguanta. La joyería inspirada en los aderezos del siglo XVIII y la seda, aunque el Colegio del Arte Mayor se esté hundiendo y no dé ni para escenario de exposiciones como esa, siguen ayudando a la economía valenciana. El nicho de negocio está vivo. En la especialización, la alta calidad y la búsqueda en la historia están su futuro y su fundamento. La coquetería -un valor que no entra en ningún estudio económico- se mantiene viva y busca la renovación del armario en esos círculos sociales y culturales, además cerrados, que requieren de un perchero bien nutrido para no hacerse reiterativo. Es un caso peculiar de I+D+D, de investigación en nuestro pasado, más desarrollo, más diseño.

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