MADRID (EFECOM). Maite Ballester considera que, a pesar de que en los últimos años se ha avanzado mucho en igualdad laboral, las empresas deben fomentar el acceso de mujeres a los mandos intermedios y éstas "no tienen que autoexcluirse".
La también consejera delegada de la firma 3i reconoce que España es un ejemplo de igualdad y ve acertado que se impongan cuotas en los consejos de administración de las compañías para lograrla.
Pero Ballester lamenta que muchas mujeres se autoexcluyan de una promoción laboral apostando más por la vida familiar, al entender que debería poder conciliarse con la ayuda de las compañías.
Al ser preguntada si en materia de igualdad el sector público va por delante del privado, asegura que sí y destaca que este Gobierno "ha dado un clarísimo ejemplo" en favor de la igualdad, al tiempo que valora la incorporación de la mujer a la Administración.
Sin embargo, aunque subraya que el sector privado ha evolucionado mucho en los últimos años, asegura que lo ha hecho a un ritmo más pausado que el de países del norte de Europa y pone como ejemplo a Noruega, donde el 38 % de los consejeros de las empresas son mujeres.
"Si piensas en el sector privado, lo máximo para una mujer es ser consejera de una empresa del IBEX 35 y eso en España es un 8%", agregó Ballester. A su juicio, en esta circunstancia tienen un papel importante varios factores, entre ellos, que las empresas no están "apoyando suficientemente la subida (de las mujeres) a cargos medios".
Por eso argumenta que para romper determinadas barreras, ayudaría un sistema de cuotas por imposición que funciona en otros países y obliga a que las empresas tienen que ocupar un determinado número de puestos de su consejo de administración con mujeres.
En cualquier caso, piensa que "el problema es mucho más cultural y estructural", ya que en las universidades se graduan muchas más mujeres que hombres, aunque éstas no se promocionan y en muchos casos acaban optando por el funcionariado.
Ballester asegura no entender por qué una trabajadora "no quiere ganar mucho dinero y ser la directora general" y apuesta por su vida personal y su familia, sin intentar compaginarlas con su trabajo. En su opinión, las empresas privadas "tienen que dar más oportunidades para trabajar desde casa" y fomentar las tecnologías en este sentido.
Además, "muchas mujeres nos estamos autoexcluyendo. Mujeres que han optado por quedarse en casa para no tener que viajar y porque quieren estar con sus hijos", por lo que debemos "enseñar a las niñas" a que se puede compaginar vida laboral y familiar, circunstancia que necesita un mayor apoyo empresarial, agregó.
Puso como ejemplo que en un mundo muy comprometido como el del capital riesgo, la presidenta y la directora general de la patronal ASCRI sean mujeres (ella y Dominique Barthel, respectivamente).
Además destaca que en su carrera no se ha sentido nunca discriminada y valora haber sido la primera mujer que fichó 3i en Europa continental en 1995 y haber encontrado siempre "grandes compañeros que son amigos". "Al final, independientemente del sexo, vales o no vales" resumió Ballester.
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