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La industria pierde un tercio de su peso en la economía valenciana en diez años

ESTHER G. CORONADO. 07/07/2011 El nuevo presidente de Cierval intentará recuperar la influencia de la industria transferido a un sector inmobiliario que ha dejado una masa de desempleados sin formación

VALENCIA (VP). La llegada de un empresario industrial como José Vicente González a los mandos de Cierval tiene una clara lectura de cambio productivo en la Comunitat. González representa para muchos la autonomía de un empresariado de base, hecho a sí mismo, independiente de los gobiernos, y defensor de la economía de producción, frente a la economía de especulación que ha representado la patronal autonómica durante tantos años.

Prueba de ello fue la declaración de intenciones del nuevo presidente de confederación en su discurso de toma de posesión el pasado martes. González señaló que la industria actualmente representa el 16% del valor total que generan las empresas valencianas, según el índice de producción industrial. Uno de los retos "ambiciosos pero alcanzables" será incrementar este porcentaje hasta el 20%.

De hecho, el reto no tratará sólo de otorgar a la industria productiva la importancia que el director general de GH Electrotermia y GH Group considera que merece. Primero deberá frenar la desintegración del tejido industrial que la Comunitat Valenciana lleva años padeciendo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la industria representa en la Comunitat sólo un 12,8% del PIB bruto a precios de mercado. En 2000, el porcentaje era del 19,5%, por lo que en 10 años la industria ha perdido un tercio de su peso en el total de la economía valencia. Si la cuestión son los puestos de trabajo, ha pasado de ofrecer 403.800 empleos, a ofrecer 330.100 (un 16% del empleo en la Comunitat).

En otras autonomías, como Cataluña, este sector supone un 15,6% del PIB y en País Vasco, un 20,8% . Cabe destacar que el proceso de desindustrialización a favor de la potenciación de servicios se da en la mayoría de regiones, pero en ninguna, la construcción adquiere el protagonismo que en la Comunitat, donde el ladrillo aporta un 9,5% a la riqueza. Un porcentaje que llega a niveles del 11,2% en los años de mayor esplendor del inmobiliario, previamente al estallido de la crisis.

La pérdida de tejido industrial en la Comunitat no responde a un descalabro propiciado por la crisis en el último par de años. La caída ha sido gradual, frente al fortalecimiento de la construcción y del sector servicios. Ningún ramo industrial ha conseguido mantener sus cifras de hace diez años. Según apunta Vicent Soler, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Valencia, "el creciente peso de la construcción enmascaraba el retroceso industrial porque las cifras agregadas eran positivas".

LA ENERGÍA, TAN ANECDÓTICA COMO LA AGRICULTURA

Además, el otro sector que liga con la industria, el energético (creador de trabajo cualificado, y producción de alto valor añadido) apenas experimenta un ligero crecimiento de tres décimas porcentuales en diez años. A pesar de las primas y ayudas públicas al sector, y de la bandera de las energías renovables que ha enarbolado en los últimos años el presidente Camps como baluarte del nuevo modelo productivo, las energías suponen un 2,1% del PIB de la Comunitat. Poco más del 1,8% que representaban en el año 2000.

Mantienen así el mismo peso anecdótico que la agricultura, ganadería y pesca, que si hoy aportan el 2,1% de la riqueza valenciana, hace diez años aportaban el 3%. Sin embargo, con el mismo valor en el producto interior bruto, el campo y pesca dan trabajo a 62.800 familias, frente a las 11.900 del sector energético.

La cuestión será si valió la pena el retroceso de la industria frente al crecimiento de la construcción. En 2006 y 2007 (cuando la construcción pesaba un 11,2% en la economía valenciana) se produjo una transferencia de trabajo de un sector a otro. En la industria disminuían de 406.900 puestos a 397.6000, mientras que en el ladrillo aumentaban de 297.800 empleos a 314.200 (en 2010 la cifra caía a 204.600). Ante este panorama, González destaca la masa crítica de trabajadores no especializados, sin formación (muchos de ellos, jóvenes que dejaron sus estudios por hacer dinero en la obra) a los que dio cobijo el boom inmobiliario (promocionado durante los años de Ferrando). Todos ellos, ahora, un núcleo sin salida en el mercado laboral o empleados en puestos de baja productividad. Y precisamente, para el nuevo presidente de Cierval, uno de los puntos clave será "incrementar nuestra productividad, causa de nuestra falta de competitividad".

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3 comentarios

llogos escribió
08/07/2011 00:11

Es una lástima que la gente solo vea el gran tirón de la F1, y no esta política autodestructiva y la increbile deuda. ¿Donde llegará el límite...?

Rope escribió
07/07/2011 21:50

Las cifras hablan por si mismas. Muy bueno. El nuevo patrón toma el relevo del que ha representado el ladrillazo valenciano y lo tiene difícil porque la productividad valenciana brilla por su ausencia.

Susana escribió
07/07/2011 14:50

Magnífico articulo. Industria y productividad frente a grandes eventos. A ver si este planteamiento tan objetivo y racional lo entiende el Consell aunque imagino q no..

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