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El tabaco, fuente energética y arma de descontaminación para la valenciana Abba Gaia

E.G.C.. 06/07/2011

VALENCIA (VP). La genética puede ser una gran aliada en el emprendimiento. En el caso de Juan Pedro Navarro, los genes han sido prósperos por doble partida: el gen emprendedor familiar y el gen que atribuye a las plantas resistencia a los metales pesados. Este segundo gen, aplicado a una planta -la Nicotiana glauca- ayuda a descontaminar suelos de forma más barata y natural y así recuperarlos. En esta idea se apoya Abba Gaia.

Juan Pedro Navarro, directorLa pyme valenciana lidera el proyecto europeo Ecoglauca Ergon que desarrolla parcelas experimentales en las localidades de Enguera y Fontanars dels Alforins, recuperando la salud y fertilidad de terrenos de cultivo yermos y abandonados de secano, que son foco de inicio de incendios forestales. Gracias a él, se compatibiliza la mejora ambiental con la mejora en las rentas de los agricultores con la explotación de la biomasa como recurso. El proyecto cuenta con un presupuesto de más de 1.300.000 euros, la mitad, financiado por la Comisión Europea.

Aunque la constitución de Abba Gaia data de 2008, su primera línea de negocio nació en 1998. Navarro, doctor en Ciencias Químicas Químicas acumula más de 20 años de experiencia en distintos centros de investigación nacionales además de en la Universidad de Davis en California. Con el desastre ecológico de Aznalcóllar (producido por un vertido de residuos tóxicos en el Parque nacional y natural de Doñana), Navarro participó en el grupo interdisciplinar del CSIC desplazado al terreno para estudiar la recuperación del suelo contaminado. De allí surgió el proyecto de primera mejora por ingeniería genética de la Nicotiana glauca (conocida como tabaco moro).

La planta acumula metales pesados, por ello sólo crece en lugares áridos o contaminados. El equipo del doctor Navarro, potenció sus capacidades mediante biotecnología. "Con el 90% de métodos utilizados actualmente, simplemente se traslada el suelo a un vertedero autorizado, a dos millones de euros por hectárea", explica Joaquín Fayos, gerente de Abba Gaia a Valenciaplaza.com. Descontaminar por esos métodos un terreno del tamaño de un campo de fútbol cuesta 5 millones de euros entre el desplazamiento de maquinaria, personal y logística. Utilizando una planta modificada genéticamente, la capacidad de secuestrar metales pesados se multiplica entre 40 y 100 veces. "Con este proyecto cosechamos un gran éxito en la Exposición Universal de Hannover en el año 2000 y sobre él hemos ido trabajando y mejorando". Hoy, la compañía tiene su plantación experimental en Valencia, cerca de Benimamet.

Joaquín Fayos, gerenteLa otra línea de negocio que explota la pyme es el de las plantaciones energéticas. "Observamos que este mismo gen también consigue ampliar la capacidad calorífica de una planta", apunta Fayos. Como la planta que encontró Navarro sobrevive tanto en Villena a 18 grados bajo cero como en el desierto de Israel, se cubre todo el mundo sin necesidad de invertir 7-8 años en cultivar nuevas plantas para conseguir modificar una especie para adaptarla a un lugar para producir biomasa. Además, según recuerda Fayos, "se está potenciando las energías renovables en el PANER (Plan de Acción Nacional de Energías Renovables) 2010-2020 y especialmente la biomasa, que es la que más alta prima tiene ahora".

Con una plantilla de 13 personas y radicada en el Parque Tecnológico de Paterna, la firma valenciana provee sus servicios a compañías que colaboran con grandes energéticas como Acciona, Iberdrola y Gestamp, que están promoviendo plantas de biomasa y evaluando los cultivos energéticos. De hecho, el trabajo de Abba Gaia "no es vender plantas" como explica Fayos. La pyme gestiona todo el proceso de descontaminación de un terreno o producción energética en terrenos confinados, de acceso restringido.

Como en tantos otros casos de empresas de base tecnológica (esta pertenece al Club de Empresas del CEEI Valencia), el CDTI y el IMPIVA han sido sus principales fuentes de financiación, y para quienes desarrollan proyectos actualmente.

En la línea de su negocio sostenible a partir del respeto a la naturaleza, la compañía se muestra orgullosa también de hacer pública su cláusula de conciencia. Esta "desliga ipso facto a Abba Gaia de sus representantes en el caso de que se detecte el pago de comisiones no honestas por los mismos para conseguir la realización de un proyecto". Así, Fayos explica que por principio no quieren "trabajar con gente que utilice el tráfico de influencias para facilitarnos un contrato ni admitimos la compra deshonesta de nuestros servicios". Por todo ello, la compañía pionera en fitorremediación es también una de las primeras biotecnológicas con un código ético tan transparente.

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3 comentarios

ABBA Gaia escribió
11/07/2011 15:49

Me remito como responsable de ABBA para puntualizar y dejar claro a la gente en general algunos aspectos que creo no han quedado claros, probáblemente porque no hay espacio suficente para explicar bien un tema complejo. 1.- ABBA es una empresa y como tal busca clientes, no financiación pública, la cual puede ayudar puntualmente, pero no es un fin ensímismo de la Empresa. 2.- ABBA surgió con un ánimo no lucrativo pero evidentemente tiene que generar riqueza para poder pagar a sus trabajadores, proveedores, patentes, etc. Su visión y misión es integrar mejor al hombre en la Naturaleza, entendida desde un punto de vista humano y como madre Naturaleza (planeta vivo "Gaia"). 3.- ABBA considera, coincidiendo con las nuevas políticas de Bruselas, que almacenar la toxicidad no es una buena política, y sobretodo, más importante, no es una solución. Acabaríamos con un planeta ocupado de residuos. Los actuales vertederos de residuos tóxicos no son más que un aplazamiento de la solución al problema de la contaminación, en el espacio y en el tiempo. Es como si en nuestra casa dejáramos las bolsas de basura almacenadas en el balcón, llegaría un día sin espacio mientras nos exponemos a problemas de salud. Sellar un vertedero no es una solución aceptable. Las plantas que propone ABBA acumulan la contaminación y luego se pretende tratarlas para eliminar el componente tóxico, liberando sólo a la Naturaleza aquello que la Naturaleza utiliza como fuente de materia prima. Es decir, cerrando el ciclo. Lo que puede costar 5 millones es utilizar técnicas clásicas, maquinaria, lavando in situ el suelo, vitrificándolo, precipitándo la contaminación, electromigrando, etc. No la tecnología propuesta por ABBA, que además consume anhídrido carbónico y recupera la fertilidad del suelo, es decir, devuelve al suelo todo un Universo de vida, que no vemos, pero que se encuentra debajo, en el subsuelo, alrededor de las raíces. ABBA pretende hacer un planeta mejor, en un mundo mejor, cualquier otra cosa que se diga, no se ajusta a la realidad.

Amparo González Bosch escribió
07/07/2011 22:13

Acabo de leer este artículo y me parece interesantísimo. Le doy la enhorabuena al Doctor Navarro y sus colaboradores por llevar a cabo una labor tan importante en la salvaguarda de la naturaleza y sobre todo por el hecho de realizar un trabajo tan importante, con tanta profesionalidad y eficacia. Espero que sea valorado como debe en beneficio de todos, ya que puede hacer mucho bien a la tierra, evitar enfermedades y dejar a nuestros hijos un mundo mejor. Enhorabuena a Abba Gaia.

07/07/2011 18:22

Buenas tardes: he podido comprobar que nadie ha opinado sobre el tema en cuestión y por ser parte interesada en otro proyecto empresarial(que no experimental) he de decirle a Uds que la "gracia" es realizar actuaciones medio-ambientales con financiación propia ahí se puede ver cuan independienet es uno. "Sellar" un vertedero en la Comundiad Valenciana cuesta aproximadamente 1.200.000 euros (no pesetas) "sellar ese mismo vertedero de forma que tenga al menos una cubierta de 5 metros de tierra fertil permite convertir el paisaje en "verde" pero, no se hace.Se pone cemento y mas cemento y 60 cm de tierra que con el tiempo y las lluvias se pierde solo podrán crecer hierbajos.-Hay otras plantas y arboles que absorben Co2 y que además regeneran los suelos sin necesidad de gastarse 5 millones de euros en una superficie similar a un campo de futbol.- Atte Alejandro Pillado Valencia 2011

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