MADRID (EFECOM). El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha encomendado al primer ministro, Vladímir Putin, la elaboración de un nuevo programa de privatizaciones que ponga fin en los próximos años al modelo económico de capitalismo de Estado vigente en Rusia.
Según informa el Kremlin en su página web, Putin y su Gobierno deben reducir la participación estatal en las grandes corporaciones por debajo del paquete de control.
El comunicado apunta que, en algunos casos, sería bueno que el Estado renunciara completamente a tener acciones en los consorcios de gran tamaño, siempre y cuando no se trate de monopolios.
Eso sí, el Estado debe mantener su presencia en las empresas que garantizan la seguridad nacional, como es el caso de la industria militar y aeronáutica.
Ahora Putin tendrá que presentar antes del 1 de agosto un nuevo plan de privatizaciones para el período 2012-2015 que permita al Estado ingresar más fondos de los previstos por el Gobierno para evitar el estancamiento de la economía.
La imperiosa necesidad de ampliar el programa de privatizaciones fue comentada por Medvédev durante el reciente Foro Económico de San Petersburgo, donde destacó que el actual plan es "muy modesto".
Medvédev ya había abogado en otras ocasiones por reducir el papel del Estado en la economía en el marco de su programa de modernización, pero nunca antes había delineado un plan concreto.
Además, en esta ocasión, en la nota oficial se responsabiliza directamente de la aplicación del programa a Putin y se pone como plazo para elaborar el nuevo plan el 1 de agosto próximo.
El Gobierno ruso aprobó el pasado año un multimillonario programa de privatizaciones para el trienio 2011-2013, en el que espera recaudar casi un billón de rublos (unos 23.500 millones de euros).
En el marco de ese programa, se prevé privatizar, entre otros, un 35,5 por ciento del banco VTB y un 7,58 por ciento de Sberbank, la mayor entidad crediticia rusa.
Este debía ser el mayor programa de privatizaciones desde que llegara al poder en 1999 el actual primer ministro, que quiere dedicar el dinero recaudado a reducir el déficit público y cumplir los programas sociales con vistas a las elecciones parlamentarias de este año y las presidenciales de 2012.
No obstante, Medvédev insistió en San Petersburgo que "la hegemonía de las compañías estatales" en la economía rusa "es un modelo económico peligroso para el futuro".
"El potencial de esa vía está agotado", dijo Medvédev, quien añadió que el capitalismo de estado "engendra corrupción y todo tipo de preferencias para las compañías estatales".
En el marco del nuevo programa, Rusia podría reducir a menos de la mitad su participación en la principal petrolera del país, Rosneft, que aporta casi una cuarta parte de la producción nacional de crudo, y vender todas sus acciones en el VTB.
Medvédev ya ordenó hace unos meses a ocho miembros del Ejecutivo, varios de ellos aliados de Putin, que renunciaran a sus puestos directivos en consorcios estatales, que deben ser administrados por gestores técnicos y no políticos.
El Estado ruso incrementó notablemente su presencia en las grandes corporaciones la pasada década tras la caótica privatización de los activos estatales que siguió a la caída de la Unión Soviética en 1991.
La privatización pos-soviética empobreció a la población y creó una nueva clase de ricos que se hicieron con el control de las principales compañías del país.
Ahora, tras la contracción de la economía rusa en 2009, el Estado ruso está de nuevo interesado en vender sus participaciones en las grandes corporaciones.
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