VALENCIA. El consejo de administración de Caja Mediterráneo "tomó conocimiento" en su reunión de este jueves de que su exdirector general y hombre fuerte durante la última década, Roberto López Abad, ha dejado la entidad acogiéndose al plan de prejubilaciones. El que fue nombrado director general honorario y vitalicio de la caja el pasado mes de noviembre, poco antes de incorporarse al frustrado proyecto de fusión con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, abandona en un llamativo silencio su puesto en la caja en la que ha jugado un papel clave.
Abanderado en la lucha contra la fusión con Bancaja, navegante en las luchas políticas de la entidad y protagonista del encuentro y posterior desencuentro con Cajastur, López Abad ha sido un elemento clave el pasado reciente de CAM. Nacido en Alcoy en 1955, entró en la cúpula de la caja en 1980 como director de Planificación. En 1992 pasó a ocupar el cargo de director general adjunto, para después saltar a la dirección general en 2001. Ahora estaba llamado a jugar un papel destacado en el nuevo escenario financiero y, por tanto, en el futuro de CAM.
Sin embargo, las cosas no salieron como él las planeó. Su imagen quedó seriamente dañada durante el proceso de búsqueda de socios para CAM, tanto que en circulos financieros se puso en duda que pudiese volver a ocupar un cargo de responsabilidad en la entidad, ya que se le consideró en parte responsable de la ruptura del pacto con Cajastur (el enfrentamiento con su presidente, Manuel Menéndez fue muy sonado), algo que el Banco de España acogió con notable malestar.
López-Abad dejó su puesto en la dirección general de CAM el pasado 9 de noviembre de 2010 para incorporarse a Banco Base, la entidad que había creado en común CAM, Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura. Estuvo dedicado en exclusiva al banco unos seis meses. Pero la ruptura del acuerdo le dejó en el limbo.
Él, junto al exsecretario general de la caja, José Pina, fueron los únicos que se incorporaron al proyecto conjunto de las cuatro cajas dejando sus trabajos anteriores. Los que aportaron Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura mantuvieron sus vínculos laborales con sus respectivas entidades.
Al romperse el acuerdo a principios de abril, todos los directivos dejan Banco Base, con la excepción de López-Abad y Pina. CAM adquiere la ficha bancaria a sus ya excompañeros de viaje y le cambia el nombre y la sede social de Madrid a Alicante. A los pocos días recupera a Pina para el nuevo organigrama, pero no a López-Abad. Formalmente, al menos, López-Abad fue el único empleado de Banco CAM, con el cargo que tenía cuando llegó, director. Desde ese puesto, según distintas fuentes, ha colaborado en la búsqueda de inversores para poder seguir en solitario y sin que el FROB tomara todo el poder, así como en el complejo traspaso de todo el negocio financiero a Banco CAM.
Pero su salida acogiéndose al plan de prejubilaciones da a entender que López Abad mantuvo durante ese tiempo algún tipo de acuerdo de regreso a la plantilla de CAM, de la que formaba parte. La entidad no ha desvelado si, al margen de lo marcado por el acuerdo de salida para los mayores de 55 años con más de 10 años de antigüedad, el exdirector ha percibido alguna indemnización.
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