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Margarita Albors: "Ayudamos a transformar ideas en empresas que mejoran el mundo"

NUEVA ECONOMÍA VALENCIANA (II). 22/06/2011 Es la fundadora de la incubadora Socialnest, que apoya a los emprendedores sociales

VALENCIA (ESTHER G. CORONADO/ Fotos: EVA MAÑEZ). Margarita Albors tiene una firme convicción: un mundo mejor es posible. No se trata de una romántica utopía, sino de un plan de negocio. Y muy viable. Para llevarlo a la práctica, esta valenciana de 30 años ha creado Socialnest, la primera incubadora española de empresas sociales, que nace en Valencia.

"En Socialnest ayudamos a transformar ideas en empresas que mejoran el mundo". No son palabras de una joven estudiante que cómodamente regresa a casa de sus padres cada tarde. Socialnest es un sólido plan hecho realidad tras la experiencia de una ingeniera que ha trabajado en grandes multinacionales, estudiado en reputadas universidades y experimentado un modelo de negocio solvente.

Margarita AlborsLa historia de Margarita Albors es paralela a la de Muhammad Yunus, el Premio Nobel de la Paz que definió la empresa social como aquella que prima el impacto social sobre la maximización del beneficio pero capaz de generar ingresos para ser económicamente autosuficientes.

Albors se formuló la misma pregunta que Yunus: "¿En qué puedo ser útil? El creador del Graamen Bank llegó a esta cuestión recién llegado de Estados Unidos a Bangladesh, para enseñar economía en la universidad. El país sufría una gran hambruna hacia 1974 y vio a ciudadanos pidiendo créditos de 20 dólares a los usureros.

En el caso de Albors, la duda apareció a las puertas de la Universidad de Harvard, cuando la joven ingeniera se dirigía a las clases del máster en Gestión de Empresas que cursaba. "Ya había comenzado la crisis en Estados Unidos y me sorprendía ver a multitud de grupos de indigentes en las puertas de la facultad. Me di cuenta de lo injusto que era: yo había sido muy afortunada naciendo en mi familia y habiendo podido estudiar donde había querido, pero yo no era más lista ni mejor que esas personas para merecer mi suerte. No podía quedarme de brazos cruzados".

Tras estudiar ingeniería industrial en la Universidad Politécnica de Valencia, trabajó dos años en la sede de Inglaterra de la multinacional farmacéutica GlaxoSmithKline. De allí fue a Estados Unidos. En Silicon Valley, California, tuvo su primera experiencia en empresa social en Women's Initiative, la que inspiró el modelo de empresa social que importó a Valencia. La compañía ayudaba a mujeres inmigrantes y de bajo poder adquisitivo, en peligro de exclusión social, a que emprendiesen su propia microempresa.

Socialnest es una incubadora de empresas sociales, es un centro innovador donde profesionales, estudiantes, emprendedores, y todas aquellas personas con inquietud de mejorar el mundo encuentran oportunidades, estímulo, formación y apoyo.

"Valencia era un lugar tan bueno como cualquier otro para montarla, aunque en España el sentimiento de colaboración y organización ciudadana es totalmente distinto a Estados Unidos". Explica que la falta de protección social pública en el nuevo continente alimenta el espíritu emprendedor de los ciudadanos para las agrupaciones sociales. "A algunos les resulta paradójico ese clima asociacionista popular en el país del capitalismo más desgarrador, pero todo ello, más la crisis lo convierte en un caldo de cultivo perfecto para la empresa social".

NEGOCIO Y UN POQUITO MÁS

La empresa social surge como un nuevo actor que articula la creación simultánea de valor social y valor económico. "Su fin principal es lograr un impacto social, teniendo la rentabilidad y estructura empresaria como medios antes que como un fin último", considera la valenciana. Esta nueva cultura organizacional se caracteriza por su intento de fusionar conceptos que tradicionalmente parecían ser irreconciliables, como el compromiso social y profesionalismo; eficiencia y horizontalismo; interés privado e interés público; y, finalmente, transformación sustentable y competitividad.

Afirma que las empresas sociales tienen un gran potencial de impacto social, "canalizando las energías de multitud de personas y emprendedores comprometidos con un progreso solidario y sostenible, y que la utilización de los métodos de gestión empresarial que han demostrado su eficacia en otros ámbitos puede ayudarles a la consecución de su misión social".

A partir de una simple idea de mejora de un problema social o medio ambiental, Socialnest apoya a los emprendedores sociales con talleres de formación, asesoría legal y financiera, búsqueda de fondos, espacio de oficina y contacto con mentores y emprendedores que presenten perfiles complementarios. El objetivo es acompañar al emprendedor social desde una fase inicial para que pueda hacer de su idea una realidad. Para ello involucran a empresas, universidades, investigadores, medios de comunicación e inversores.

La incubadora no sólo acogerá los proyectos innovadores de emprendedores, también plantea ideas al ecosistema de empresas valencianas tradicionales para mejorar su repercusión social. "Creemos que podrían implicarse e involucrarse en las comunidades en las que operan e incluso ayudar con su know how a las compañías y emprendedores sociales. De hecho en Socialnest queremos canalizar y trasladar esas experiencias, conocimientos y mejores practicas existentes en el sector empresarial hacia el sector del emprendimiento social". Se trata de desarrollar la responsabilidad social corporativa 'un paso más allá'.

La otra peculiaridad de estas empresas se inicia desde dentro fomentando un clima laboral al que Albors anima a las compañías tradicionales que se unan. "Deben tratar a su empleados de manera justa, promover la igualdad dentro de la empresa; no dañar el medio ambiente; también aportar valor a sus clientes y no limitándose a obtener beneficio a cualquier precio. Las empresas pueden y deben ser éticas, la mayoría lo son, les importan sus clientes y sus empleados. Desde luego, esto debe ser necesariamente así en las empresas sociales."

ÉXITO EMPRESARIAL

Para el usuario o cliente, este tipo de empresas no significan ningún esfuerzo extra en su economía o en la calidad. Así, Albors cita el caso de compromiso social y éxito empresarial de La Fageda. Se trata de la tercera compañía de postres lácteos de Cataluña cuya peculiaridad es la contratación exclusiva de discapacitados. "Sus yogures comparten estantería con otras marcas como Danone, están igual de buenos o más y los precios son similares".

La recién nacida incubadora cuenta con una decena de emprendedores. La mayoría de ellos se encuentran en fase de desarrollo de su plan estratégico, pero existen casos como el de Alimenta, una empresa social que vende menús diarios a 1,5 euros para personas con bajos recursos.

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3 comentarios

Jose escribió
22/06/2011 17:33

Hay una presentación en vídeo de esta iniciativa tan interesante en http://www.youtube.com/watch?v=HUxygNrWJZk

La Fageda escribió
22/06/2011 14:20

Gracias por la difusión amigos! Un abrazo desde la Garrotxa!

Eva escribió
22/06/2011 09:51

Me parece estupendo que existan este tipo de empresas en España. Y la filosofia de empresa tambien "tratar al empleado de forma justa", que hay mucho jefe que va de "pogre" y luego es un autentico machista.

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