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La Unión Monetaria, al límite

VALENCIAPLAZA.COM. 16/05/2010 Por segunda semana consecutiva, el esfuerzo de los gobiernos del área euro por estabilizar la confianza de los inversores en los títulos de deuda soberana y en propia la moneda europea se han saldado con un fracaso

MADRID. Las bolsas europeas, con aquellas de los países como Portugal, España o Grecia que se encuentran en el ojo del huracán a la cabeza, experimentaron el viernes una nueva severa corrección. El euro, mientras tanto, caía frente al dólar estadounidense por debajo de 1,24 (1,2365) con una nueva depreciación del 1,25%, un nivel que no se alcanzaba desde noviembre de 2008.

Entre los diferentes mercados bursátiles, el español IBEX 35 fue el más afectado por los recortes del viernes con una caída del 6,64% seguido de MIB italiano que se contrajo en un 5,26. Sin embargo, casi todas las bolsas a ambos lados del Atlántico experimentaron una severa corrección ante la nueva oleada de desconfianza en la gestión de las dificultades por parte de los dirigentes políticos europeos.

El secretario de Estado de EE UU, Timothy F. Geithner, tuvo que salir a realizar declaraciones el mismo viernes reiterando su confianza en que "Europa resolverá la crisis de la deuda" y que la fortaleza de la economía de los Estados Unidos evitará que ésta sea afectada por la misma. Una situación a la que probablemente no favorecerá las declaraciones de Trichet que realizadas al semanario Der Spiegel este sábado 15 en las que constata que "desde septiembre de 2008 nos estamos enfrentando a la situación más difícil desde la Segunda Guerra Mundial, quizá incluso desde la Primera Guerra Mundial- y estamos experimentando tiempos verdaderamente dramáticos"

La nueva tormenta de desconfianza
Los motivos que han provocado esta nueva oleada de desconfianza, tras el plan de prevención contra el efecto contagio de la crisis articulado el fin de semana del 7 de mayo por los jefes de Estado y de gobierno de la eurozona y BCE por importe de casi un billón de euros, han sido diversas.

Su origen último remite a los intentos de los grandes inversores de beneficiarse del clima de incertidumbre y desconfianzaa en todo el mundo por la forma en cómo se está abordando por parte de la UME y de los gobiernos nacionales el desbocado crecimiento del déficit en un grupo de países de la Unión, conocidos como los PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España). Su elevado endeudamiento y la brutal caída de los ingresos fiscales paralela a la expansión de su gasto público ha provocado dudas tanto de su capacidad para hacer frente al pago de las deudas a corto plazo (Grecia), como de la sostenibilidad de esta situación a medio plazo (Portugal, Irlanda y España). Y de la ayuda que se les debe prestar por parte del resto de los miembros de la eurozona.

La forma de afrontar esta situación ha provocado discrepancias destacadas principalmente entre el presidente francés Nicolás Sarkozy y la cancillera alemana Angela Merkel, lo que aumenta la desconfianza de que efectivamente se acaben adoptando medidas claras contundentes para corregir la situación y evitar que se repita. Algo impensable en EEUU a pesar de la situación de suspensión de pagos de California.

Las discrepancias entre Merkel y Sarkozy son un hecho conocido, aunque siempre negado. Pero el mismo viernes 14 se tuvo nueva evidencia de la mismas gracias a la irresponsabilidad de un alto cargo socialista español que filtró a la prensa otro detalle de la misma. Su indiscreción permitió conocer el ultimátum que, según Rodríguez Zapatero, habría lanzado Nicolas Sarkozy amenazando sacar a Francia del euro ante la resistencia alemana a aprobar el Fondo de estabilización de las economías del área como se hizo el fin de semana previo.

A ello se sumó la declaración del consejero delegado del Deutsche Bank, Josef Ackermann, acerca de la dificultad de Grecia para hacer frente a su deuda. El ejecutivo de una entidad financiera que se ha mostrado particularmente beligerante en contra de la concesión de capacidades fiscales a la UEM y al BCE afirmó textualmente en una entrevista en la ZDF tener dudas de que "Grecia tenga en el próximo futuro potencial económico suficiente para hacer frente al pago de lo que debe". En su opinión, el país necesita ser estabilizado para evitar un efecto contagio, que podría afectar a Portugal y España a pesar de la capacidad de ambos, en su opinión, para hacer frente a sus obligaciones financieras con el exterior.

El tercer elemento de la nueva tormenta de desconfianza están siendo las dudas acerca del contenido real del plan de saneamiento emprendido por el gobierno español. El hecho mismo de que no fuera aprobado en el consejo de ministros debido a "problemas técnicos" y las contradictorias declaraciones de miembros del gobierno sobre su alcance y las medidas complementarias a adoptar no ayudaron a mejorar la desconfianza en la capacidad del Gobierno de Rodríguez Zapatero para afrontar las dificultades.

Todo lo cual ha favorecideo a los euroescépticos que, muy numerosos entre los inversores estadounidenses, nunca han ocultado su rechazo a considerar al euro como una alternativa plausible al dólar.

 

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