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VALENCIA (EP). La Comunitat Valenciana se encuentra entre las comunidades autónomas con un mayor número de instalaciones autorizadas a valorizar energéticamente residuos, junto con Andalucía, Cataluña, Castilla La Mancha y País Vasco. La sustitución de combustibles tradicionales por alternativos en esta comunidad fue del 27,9 por ciento en 2009 -143.000 toneladas-, el más alto de España.

Así se desprende de la actualización del estudio realizado por el Instituto Cerdá 'Reciclado y valorización de residuos en la Industria Cementera en España', a cargo de la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (Fundación CEMA).

En el conjunto nacional, la valorización de residuos en 2007, 2008 y 2009 supuso un 5,2 por ciento, 6,8 por ciento y 11,2 por ciento respectivamente, una cifra todavía muy alejada del 22 por ciento de media alcanzado en Europa en 2009, donde la sustitución energética se sitúa en algunos países por encima del 50 por ciento, como en los casos de Alemania, Bélgica y Holanda.

En opinión del director gerente de la Fundación CEMA, Dimas Vallina, las características propias del proceso productivo de las fábricas de cemento, supone "la mejor alternativa desde un punto de vista técnico y ambiental, para aprovechar el poder calorífico de aquellos residuos que no se puedan reutilizar ni reciclar y lo que es más importante, que se consigue sin ningún riesgo añadido para la salud de los trabajadores o personas que viven en el entorno de la fábricas".

La evolución del uso de combustibles alternativos en España, según pone de manifiesto el estudio del Instituto Cerdá, se alinea con la Estrategia Europea 2020. Según ésta la utilización más eficiente de los recursos ayudará a Europa a alcanzar muchos de los objetivos ya fijados en distintas áreas para el crecimiento y el empleo, y será un elemento clave para avanzar en la lucha contra el cambio climático.

La eficiencia por el uso de residuos como combustible en las cementeras ha sido destacada por la Comisión Europea (en el informe 'A resource efficient Europe Flagship initiative under the Europe 2020 Strategy'), como una de las mejores prácticas de la industria para el ahorro de emisiones pues, además de reducir las emisiones de CO2 ahorra costes energéticos y recude la producción y vertido de residuos.