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-Siempre hay que hacer autocrítica y una reflexión poselectoral. Pero no percibo que el PP haya tocado al techo, porque, al revés, hemos incrementado nuestra mayoría parlamentaria.

-Pero han perdido votos y porcentaje. Han bajado cuatro puntos.
-Porque la situación general de descrédito de la clase política ha incentivado la abstención. Todo el mundo ha perdido votos, pero el PP ha aumentado su diferencia con la oposición al máximo. Hay 500.000 votos de diferencia. Y eso, por poner una referencia, es como la ciudad de Castellón.

-Sí, pero porque se los ha llevado Compromís y EU.
-Toda esta situación previa a las elecciones ha motivado dos cosas: que los partidos mayoritarios han recibido menos apoyos y han crecido los minoritarios. Compromís durante los meses anteriores a las elecciones llevaba un crecimiento pequeño pero constante. Al final es evidente que hicieron una buena campaña, porque ahí están los resultados. Se le dio un empujón al final. Algunos movimientos sociales que se produjeron esos días indujeron el voto hacia los minoritarios y consiguió pasar el listón del 5% y por tanto entrar con fuerza en las Corts.

-¿Qué opina de ese movimiento del que habla, del 15-M?
-El 15-M está dando un toque de atención y por tanto todos tenemos que reflexionar sobre cuál es el camino que tenemos que seguir en la próxima legislatura. Dicho esto creo que lo más importante es que los ciudadanos han dado un apoyo rotundo al PP frente a esa otra forma de hacer política no a través de las urnas sino de ese "vale todo" que se ha pretendido, a través de instancias judiciales, policiales, informes, contra informes, mentiras, etc. Los ciudadanos han sabido discernir perfectamente y recogemos ese mensaje.

-¿Y se puede interpretar que las urnas han absuelto a Francisco Camps?
-Se ha construido todo un montaje, una historia, sobre un hecho ni probado ni demostrado en el que la presunción de inocencia ha saltado por los aires, en la que se ha invertido más gasto del Estado que el hecho en sí mismo. Lo que han dicho los ciudadanos es que quieren que los políticos gestionen, no que utilicen las instituciones para hacer política para sus partidos que es lo que ha intentado hacer el PSOE. No ha influido en nada este montaje.

-Pero cree que las urnas han absuelto a Camps... moralmente, políticamente.
-Desde luego, políticamente, las urnas lo han revalidado. Tiene todo el respaldo de la sociedad. Lo que pasa es que este procedimiento judicial se puso en marcha para que en estas elecciones no volviera a ganar el PP y no lo han conseguido. Desde ese punto de vista, para ellos la parte de procedimiento que queda pierde valor en sí mismo.

-Ya ha dicho que si llega al banquillo no le invalida para gobernar pero ¿y si es condenado?
-Lo ratifico. Y lo entiendo como persona, política y jurista. No nos planteamos otra posibilidad que no sea la absolución. Estoy convencida de que esto no es un caso judicial sino un caso político. Si pasara tendríamos que pensar, como cualquier otra cosa inverosímil, pero no entra en nuestro plan de acción.

-He visto a Rambla animado presentando el plan de austeridad y a usted también... pero cuesta creer que tienen ganas con 35.000 millones de hipoteca de gasto como tiene la Generalitat y con las arcas extenuadas.
-Aunque resulte difícil de entenderlo, si cabe, tenemos más ganas todavía. Porque donde uno puede demostrar la talla política, el compromiso y la capacidad son en estos momentos. Y es donde de verdad los ciudadanos nos necesitan. El presidente Camps está dispuesto a dejarse la piel por trabajar, por sacar la CV adelante, por empezar a ver esa recuperación económica.

-¿Básicamente en qué consiste el nuevo plan de ahorro del gasto público?
-Es una hoja de ruta que el Consell próximo tendrá que seguir. Tiene cinco áreas: la reducción del gasto, reorganización del sector público, la modernización de la Administración, la simplificación de la normativa e impulso a la entrada de la iniciativa privada en el ámbito de los servicios y las infraestructuras. Por ley se fijará un techo de gasto y se reducirá el 15% del gasto corriente, como hemos hecho en este último ejercicio presupuestario y también en el anterior. Igualmente se rebajará el 30% de las subvenciones corrientes y el 15% del gasto energético en los edificios. Y ajustaremos los costes, al menos en un 5%, de todos los contratos de suministros de servicios básicos como agua, luz, seguridad, limpieza, etc. Reducción del gasto farmacéutico siguiendo la evolución positiva que se viene registrando en los últimos meses. Igualmente se pretende optimizar el patrimonio de la Generalitat con un plan de reorganización de alquileres, patrimonio propio e incluso venta de patrimonio.

-¿Cree que podrán reducir el déficit a un 6% como está mandado?
-Para reducir el déficit hay dos elementos claves: la contención del gasto, que la podemos garantizar, pero necesitamos el segundo elemento que es la de equilibrar los ingresos. Ahí vamos a seguir peleando porque se nos financie conforme nos corresponde, con un millón de habitantes más que hay en la Comunitat Valenciana y que la política de financiación no responda a aritméticas parlamentarias como ha ocurrido en estos últimos años con el gobierno de Zapatero y sí a las necesidades y a las capacidades de las comunidades autónomas. Pero estamos convencidos de que dentro de 8 meses gobernará el presidente Rajoy, porque no hay otra opción posible para España, así es que tendremos esa financiación y por tanto, sí, conseguiremos ajustar el déficit.

-En el plan de austeridad no aparece RTVV, ¿tienen ya decidido qué hacer con el ente?
-En RTVV se ha reducido el gasto en un 40% en dos años, aunque evidentemente queda mucho por hacer, porque el modelo de televisión pública valenciana, como el de otras autonómicas, responde a un modelo que era válido en el momento de la creación del ente, hace algo más de 20 años, y en este momento requiere una revisión. Y la vamos a hacer. Se está trabajando con auditorías de forma interna, pero siempre desde la premisa que hemos dicho: que la CV requiere de una televisión pública que es la única que puede garantizar nuestra vertebración cultural y el uso de la lengua vernácula y la vertebración social en todo el territorio y el fomento de nuestro sector audiovisual. Con esa premisa abordaremos las medidas necesarias... desde luego muchas de ellas no fáciles.

-¿Aunque suene a chocolate del loro, se va a restringir el uso de los teléfonos móviles, coches oficiales...?
-Esta va a ser la legislatura de revisión de muchas inercias del gasto. Dentro de un conjunto de leyes, vamos a hacer un decreto de buenas prácticas para controlar el uso y abuso de móviles, de internet, del parque móvil. Vamos a compartir recursos. Se va a hacer una revisión de verdad, seria, rigurosa, del uso que hacen los cargos públicos y los funcionarios de los recursos públicos.

-Sobre los impagos del Consell, le recuerdo que en septiembre del año pasado declaró a este diario: "¿Dónde están los que no cobran del Consell? Pongámosles nombre y apellidos." Pues, bien, parece que tenían nombre y apellidos y deudas. ¿Qué respuesta les dan?
-Este conjunto de medidas que ponemos en marcha tiene como objetivo fundamental equilibrar la tesorería pública en la que se han producido esos desajustes y el retraso en el pago de algunos proveedores. Ese es el objetivo fundamental. Volver a hacer que nuestras cuentas públicas funcionen de forma ordenada y sin desajustes. Por supuesto que los proveedores saben que van a cobrar. Van a cobrar todos ellos. De hecho ya están cobrando. Con aquellos a los que se le ha puesto cara y que han puesto cara nos hemos sentado, se ha hablado, se ha dialogado, se han llegado a acuerdos y están ya cumpliéndose.

-Pero la gente reclama que se ajusten las cuentas, que se sepa realmente cuánto se debe y a partir de ahí se empiece a pagar de verdad.
-El problema de la cuantificación es complejísimo. Cuando estamos hablando de deuda no sabemos si estamos hablando de los proveedores a los que se gira el pago a 30, 60 o 90 días o de los que no han facturado porque han tenido un problema. La casuística es muy diversa y muy compleja. Yo creo que a los casos más complejos como el de Sanidad es el que requiere esos planes específicos. Porque el retraso en el pago ordinario a algún proveedor se va a ir sustanciando de forma ordenada y normal, como hemos venido haciendo.

-Pero es que afecta a todas las conselleries.
-En todas hemos sufrido desajuste, porque una reducción de un 15% en nuestro capítulo 2, de funcionamiento, y de un 30% en el de transferencias corrientes te obliga a hacer ajustes muy importantes. Y eso provoca, en algún caso, retrasos en el pago o redefinición de contratos. Y a sacar algunos contratos o dejar otros sin convocar. El objetivo es ir ordenando toda esa convulsión. Y luego habrá casos en los que se requieran planes específicos como el de Sanidad, que se ha hecho un plan de pagos que se está cumpliendo... de ese conjunto de proveedores, que no son todos, hay que aclararlo.

-¿Entonces...?
-El mensaje que traslado a todos los proveedores y a las empresas de la CV y a las que trabajan con la CV que tengan la absoluta tranquilidad de que la prioridad absoluta que va a marcar el presidente Camps en el próximo gobierno que forme va a ser la de pagar la deuda.

-¿Qué le parece que los empresarios le pidan a Camps un gobierno fetén, fuerte?
-En estos momentos de formación de gobierno, como una carta de Reyes Magos, cada uno expresa cómo le gustaría que fuera, cómo lo quisieran. Los empresarios querrían un gobierno en clave empresarial, los sectores sociales en clave más social, en fin. La responsabilidad de buscar todos esos equilibrios y hacer un gobierno fuerte, que lo va a ser seguro, y potente es del presidente. Y la tarea no es fácil pero estoy convencida de que va a ser un gobierno fuerte.

-¿Y se puede hacer un gobierno fuerte cuando pende la justicia sobre la cúpula del PP? ¿No es un hándicap?
-No es que crea que no es un hándicap. Es que creo que todo esto nos da más fuerza moral para demostrar que el PP ha gobernado siempre con honestidad, rigor, seriedad. Y si hay problemas puntuales se resolverán puntualmente, pero no se puede convertir en un problema del gobierno ni del PP. Al revés. Todos los que formamos parte de este proyecto tenemos más fuerza que nunca ante la tremenda injusticia que se ha producido.