VALENCIA / CRUZ SIERRA. El presidente de la patronal de la provincia de Valencia, CEV, uno de los pesos pesados del empresariado autonómico, no se muerde la lengua. Apoya las duras medidas del Gobierno, pero pide que ahora aborde el programa de reformas que necesita la economía del país. Y tampoco se detiene con la Administración valenciana, a la que plantea esfuerzos para recortar gastos inútiles (Foto: Eva Mañez.
No es un dirigente empresarial al uso. Le gusta llamar a las cosas por su nombre y decir lo que piensa... casi siempre. José Vicente González aceptó sin remilgos una 'entrevista exprés' con Valenciaplaza.com para comentar los importantes acontecimientos económicos que inundan la actualidad de este pais.
-¿Cual es su impresión global sobre el plan de ajuste anunciado por Zapatero?
-Positiva. Es lo que había que hacer, independientemente de si se debía haber hecho antes. Pero ahora y con la misma urgencia, corresponde realizar reformas estructurales. Entre ellas, lograr una mayor y mejor financiación para las pymes, sacar adelante la reforma laboral, la jubilación a los 67 años, promover la natalidad mediante guarderías, contratos a tiempo parcial, en definitiva, hacer que tener hijos sea más cómodo que en la actualidad. Son todos asuntos muy urgentes.
-¿Son tan extremadamente duras esas medidas como dicen los sindicatos? En definitiva, ¿benefician o perjudican al bienestar de la población?
-Seamos claros. Es obvio que van a perjudicar especialmente a los funcionarios y a los jubilados. Son medidas muy duras, pero necesarias. No olvidemos que el fin de semana pasado la Unión Europea en su conjunto se encontraba al borde de la quiebra. Se ha detenido ese peligro, pero son necesarios sacrificios para remontarlo.
-¿Esperaba la convocatoria sindical de huelga general?
-Los sindicatos ejercen un derecho constitucional, aunque el país no se saca adelante a base de huelgas, sino a base de consensos y de que rememos todos en la misma dirección. Por otra parte, era una convocatoria previsible.
-Los funcionarios se sacrifican, se sacrifican los asalariados del sector privado, cierran miles y miles de pequeñas empresas. ¿Cuándo le toca al sector financiero y al resto de sectores que aún no lo han hecho?
-Antes aún falta otro ajuste, el de la Administración Pública, a todos los niveles, la estatal, la autonómica y la local. Tenemos una Administración cara e ineficiente que no nos podemos pagar y que debe ser racionalizada. Ya casi no quedan empresas públicas estatales por privatizar, pero ¿y las autonómicas y municipales? La mayoría dan costes pero no beneficios y es en esos términos en los que hay que abordar su existencia.
-¿Qué actitud deberían seguir los gobiernos autonómicos, el valenciano por ejemplo, ante los recortes aprobados por el Gobierno central?
-Pues la misma que el Gobierno. Es el momento de mirar euro por euro y de prescindir de todo aquello que no añada valor. Y creo que la Administración autonómica valenciana no lo está haciendo. La mayor parte del presupuesto se va a Sanidad y Educación y también en estos sectores habrá que recortar gastos introduciendo el copago y reduciendo el gasto farmacéutico, entre otras medidas. Ya sé que estas cuestiones no son muy populares, pero es que no nos lo podemos pagar...
-Entonces, estará de acuerdo con la propuesta de Rajoy de suprimir también las subvenciones a sindicatos y patronales...
-Las organizaciones empresariales estamos prestando unos servicios que debería cubrir la Administración. Me refiero a la formación empresarial, que produce innegables beneficios para el país. Ahora bien, otra cosa es estudiar qué servicios necesitan realmente recibir ayudas y objetivarlos para que no dependan de la voluntad de los gobiernos, sino de la ley. Y me refiero también a las ayudas a los partidos políticos.
-¿Opina usted como la mayoría de los empresarios que se debería haber retrasado la subida del IVA o tal vez ni siquiera haberla aprobado?
-En diciembre de 2008, la CEV propuso en su decálogo de medidas bajar un 10 por ciento la contribución de las empresas a la Seguridad Social. Y para no perjudicar al Estado, debería ir acompañada de una subida de dos puntos del IVA, lo cual daría de mayor competitividad al sector exportador. Lo que no puede ser es que se apruebe sólo una de las medidas, la del IVA y no la otra. No es equilibrado.
-La CAM podría acabar en brazos de Caja Madrid. ¿Puede ser considerada esta operación un fracaso financiero de la Comunidad Valenciana? ¿Hay tiempo y oportunidad de reconducir la situación?
-No sé nada de Caja Madrid, pero tengo claro que preferiría que la CAM se fusionara con Bancaja, y esto no quiere decir 'caer' en brazos de Bancaja, como sí ocurriría si la alianza fuera con Caja Madrid. La Comunidad Valenciana obtendría así un instrumento financiero potente y cercano. Ya sé que la fusión originaría muchos costes, pero vale la pena. Al canciller Khöl no le preocuparon los elevadísimos costes de la fusión de las dos 'alemanias', que aún estan pagando, pero existen algunas cosas hay que hacer por interés de estado sin fijarse tanto en los costes, y la fusión CAM-Bancaja es una de ellas...
-Según lo dice parece fácil, pero ¿cómo convencer a los sectores de Alicante que históricamente vuelven la espalda a Valencia?
-Lo primero es decir claramente que eso es lo que queremos. Y una vez que lo tengamos claro, hay que ponerse a trabajar para convencer a los que no lo ven así, que lo hacen con todo el derecho del mundo, claro. Es una cuestión de pedagogía... y de imagen. Y si al final no sale no me atrevería a calificarlo de fracaso, sino de una gran oportunidad perdida.
-¿Tiene sentido en estos tiempos seguir hablando de industria, como hace usted contínuamente, cuando existen otras zonas del planeta mucho mas competitivas que España, como Brasil, India, Corea, China, México, países en los que, por cierto, tiene filiales la empresa que usted preside?
-Se ha olvidado de mencionar Estados Unidos (allí acabamos de comprar otra), Alemania, Francia, Italia, Reino Unido... grandes potencias industriales. Y muy competitivas. Podemos recuperar el tiempo perdido, pero hay que aplicarse en la renovación de productos, en mercadotecnia, en obtener tamaño empresarial y en todos los elementos que favorecen el desarrollo de las industria. Téngalo claro: no seremos nunca una sociedad avanzada si no contamos con una sólida industria. Están bien los servicios y el turismo, pero no sólo. En la Comunidad Valenciana hemos sido muy fatalistas con la industria.
-¿Y no es usted muy optimista sobre lo mismo?
-No. Mire, el crecimiento de la industria en esta comunidad se detuvo con el desarrollo desenfrenado de la construcción, un error que todavía estamos pagando. Yo no me planteo metas industriales, sino 'políticas industriales'. Éste es el camino y luego ya vendrán los números. Una políticas industriales que deben ejecutarse desde las Administraciones Públicas y desde las propias empresas.
-Siempre se dice que los grandes culpables de la crisis han sido los bancos y los gobiernos. ¿Nadie más?
-La responsabilidad ha sido de todos. Hubo una época en la que los ciudadanos confundían la inversión con la especulación. Pedían créditos (que los bancos daban fácilmente) pero olvidaban que había que devolverlos. Por otro lado, muchos empresarios abandonaron sus industrias para arrojarse a la construcción. El Banco de España pudo haber mostrado mayor firmeza con la irresponsabilidad de bancos y cajas. En fin, por no hablar de las agencias de rating. La responsabilidad de la crisis es global y por eso hay que pensar en cómo salir de ella y no en tirarnos piedras.
-¿Y la industria turística regional? ¿No teme que otros países del Mediterráneo acaben siendo igual o más competitivos que nosotros?
-No, siempre seremos competitivos mientras sepamos poner en valor algo fundamental que tenemos: el modo de vida mediterráneo. Puede que ya seamos más caros que otros países ribereños, pero qui hay algo que otros no tienen. Le das al interruptor de la luz y funciona. El teléfono funciona. Los trenes llegan a su hora, los hospitales funcionan... Obtengamos rendimientos a este tipo de factores. Y sigue habiendo muchos turistas a los que le gusta el sol y playa. Y también el turismo de interior, los deportes, la cultura. Segmentemos el mercado y apostemos por esa filosofía. Para ello, claro está, se necesitan grandes consensos. ¿Por qué es tan difícil alcanzarlos? No es una cuestión de izquierdas o de derechas...
-No, pero tampoco se alcanza el consenso en otrs cuestiones tan importantes como la educación...
-Es cierto. Tenemos un problema y nuestros políticos no son capaces de ponerse de acuerdo. A todo lo más que llegan es a bajar el nivel para que disminuya el índice de fracaso...
-¿Nos merecemos la clase política que tenemos?
-Claro que sí. No son marcianos, proceden de nosotros. Y les votamos. Pero deberían tener más sentido de Estado y menos intereses electorales...
-¿Y los líderes empresariales? ¿Piden las patronales valencianas, como las asociaciones de la empresa familiar, la dimisión del presidente de CEOE, Díaz Ferrán?
-Es una cuestión delicada. Desde luego no ayuda a la imagen de la CEOE la situación de sus empresas. Pero la CEOE mantiene intacta su capacidad de negociación, que al fin y al cabo es lo prioritario. Y lo demás ya irá por su camino. Primero, lo que es importante.
Estoy de acuerdo con la visión del Sr. González, en el planteamiento general, aunque con matices. Echo en falta algún comentario sobre fiscalidad aplicada a grandes beneficios, pero la visión global es coherente. Ahora bien, González no es un recién llegado. Muchos de estos comentarios dirigidos a la administración autonómica, o al abandono de la industria frente al ladrillo, deberían haberse realizado por parte de la patronal algunos años atrás. Lamentarte no te dará camellos en recompensa.
El señor Gonzalez en uno de los pocos presidente patronales coherentes y que dice las cosas como las piensa. Al no proceder del mundo del ladrillo, toda su actividad ha sido productiva y no especulativa. Lamentable que otros Presidentes patronales que si son del sector inmobiliario, no se atrevan a plantar acra a nuestros gobernantes autonomicos exigiendo de verdad lo que hace falta y no lanzando mensajes obsoletos, propios de epocas de bonanza pero no de crisis.
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