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VALENCIA. En la memoria de muchos valencianos de la comarca de La Ribera están grabados aquellos trayectos de domingo hacia la playa en coches repletos con las ventanillas abiertas. Si el destino eran las arenas de Tavernes de la Valldigna, las caravanas y la estrechez de aquella carretera comarcal, hoy la CV-50, permitían contemplar un paisaje que, durante varios kilómetros, dominaba un muro que marcaba los límites de una gran finca agrícola. "L'Hort de Sos", repetían pequeños y mayores cada domingo cuando el utilitario recorría ese tramo.
Situada en el término municipal de Alzira, en plena Vall d'Aigües Vives, la finca sigue como entonces. Detrás de aquellos muros, las filas de naranjos alcanzan los pies de la sierra que nace en La Murta. Una plantación de 765.000 metros cuadrados propiedad de la empresa Sucesores de Vicente Sos Romeu, uno de los tres hermanos que heredaron en l919 el negocio arrocero fundado en Algemesí por José Sos.
Esa extensión agrícola, fruto de la diversificación del negocio iniciada precisamente en ese momento, puede tener los días contados. El pasado domingo, representantes de los propietarios de ese suelo se reunieron en Alzira con el conseller de Medio Ambiente, Juan Cotino, el concejal de Promoción Económica del consistorio, José Luis Palacios, y, aquí está la clave, representantes de un fondo de inversión saudí.
"La reunión tenía como objetivo conocer las garantías jurídicas y la viabilidad de invertir en un complejo turístico-residencial sobre esa zona", explicó Palacios a ValenciaPlaza.com.
El Ayuntamiento de Alzira ya tuvo sobre la mesa una propuesta de PAI sobre la finca de Sos. Y en dos ocasiones. Corría 2005, y después 2007, cuando Sucesores de Vicente Sos Romeu plantearon el desarrollo de un campo de golf y de cerca de un centenar de viviendas.
"El proyecto no acabó de concretarse, después llegó la crisis y no salió adelante, pero ahora se quiere retomar", explicó Palacios. Según el concejal, la iniciativa surge de la familia propietaria. "Son ellos los que han buscado a los inversores para poder desarrollar el plan", aseguró el regidor. Este periódico se puso en contacto con la empresa valenciana, pero no obtuvo respuesta.
La Generalitat, en una nota de prensa que lanzó el domingo, afirmó que en la reunión participó como representante de los inversores interesados Osama Aminen, consejero delegado de un fondo identificado como Prince Turki Bin Sa'ad al Saud Trade Co. Este periódico no ha conseguido más datos sobre esta compañía.
Se trataría de un fondo forjado a base del negocio petrolífero controlado por las distintas familias que controlan los países del Golfo Pérsico. "Tienen interés en un proyecto que va más allá de un campo de golf con viviendas, como demuestra el hecho de que estuviera presente en la reunión un representante de la cadena hotelera Hilton en España", señaló Palacios.
De hecho, la propuesta actual difiere de la que se estudió en el pasado. "Incluiría una especie de resort gestionado por Hilton, además del campo de golf y las viviendas", explica Palacios.
De momento no hay propuesta formal, según el edil. "Querían saber sobre los requisitos legales, los plazos y la viabilidad", señala. Eso explicaría también la presencia de Cotino en la reunión, responsable de la cartera de Medio Ambiente, Agua y Vivienda, y, por tanto, responsable de autorizar promociones urbanísticas de este calibre, que supondrían la recalificación del suelo, actualmente rústico, o la necesidad de garantizar que cuenta con recursos hídricos.
Palacios se mostró optimista sobre el proyecto. Incluso fijó en pocos meses el tiempo que sería necesario para autorizar, al menos, el campo de golf.
Mientras, los Sucesores de Vicente Sos Romeu también deben estar cruzando los dedos para cambiar naranjos por los petrodólares. No en vano, según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, la sociedad registró en 2009 unas pérdidas de 0,13 millones, con unos ingresos de 0,8 millones procedentes, al menos en teoría, de la cosecha citrícola. Aunque los tiempos de los pelotazos urbanísticos posiblemente aún tarde en volver, la mera posibilidad de reeditar, aunque sea en parte, aquellas rentabilidades, resulta muy atractiva.
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