DEAUVILLE, FRANCIA (EP). El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, ha rechazado la posibilidad de una reestructuración en Grecia que implique que el país heleno no pague su deuda, pero no ha descartado que el sector privado comparta parte de la carga que conllevaría hacer frente a los problemas del país.
Durante la rueda de prensa posterior a la cumbre del G-8 celebrada en la localidad francesa de Deauville, explicó que si una reestructuración significa que un país no pague sus deudas, esa opción no es valida. "Esto es claro y preciso", advirtió.
En cambio, defendió que si una reestructuración significa compartir la carga con el sector privado no habría problema, porque "eso no es una reestructuración", e incidió en que es necesario converger hacia esa dirección. En este sentido, incidió en que la palabra reestructuración a veces está "mal empleada".
Asimismo, rehusó comentar más sobre este asunto al no estar Grecia presente en la reunión del G-8, al mismo tiempo que rechazó que exista un desacuerdo en Francia y Alemania sobre este asunto, y defendió que ambos mantienen una "colaboración indispensable". "La credibilidad de los países europeos es indispensable", remarcó.
Por otra parte, el presidente francés también incidió en que la situación de la zona euro es "estable", con un crecimiento repartido y una divisa con un alto valor respecto al dólar, lo que demuestra que el euro "no es frágil". Así, añadió que coincide con Alemania en su "apoyo total, completo y sin ambigüedad" a la moneda común europea.
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