VALENCIA. El nefasto resultado de las elecciones del 22-M para el PSOE en el ámbito nacional y autonómico ha tenido consecuencias inmediatas. El relevo de Rodríguez Zapatero como candidato a la Moncloa ha ocupado las portadas nacionales y ha ofrecido un respiro a los maltrechos secretarios generales autonómicos, entre ellos, Jorge Alarte, líder del PSPV.
En un escenario convulso entre los socialistas valencianos, la designación del vicepresidente primero y portavoz del Gobierno Rubalcaba como candidato a la presidencia ha beneficiado a Alarte, alineado con el ministro del Interior vía José Blanco, quien le ha echado un cable para apaciguar las revueltas del PSPV.
Por el momento, Alarte gana tiempo para gestionar los peores resultados de los socialistas valencianos de la historia. El líder del PSPV se ha apresurado a buscar acuerdos con Ximo Puig, cabeza visible del llamado ‘lermismo', para evitar alzamientos de cara al futuro inmediato. Esto no le librará de las críticas en el Comité Nacional de mañana, posiblemente a cargo de los afines a Leire Pajín, algún miembro de Izquierda Socialista -esta corriente ya ha pedido un congreso extraordinario-, el propio Francesc Romeu, quien encabeza un importante grupo de críticos y descontentos y, es probable que también algún ‘lermista' se descuelgue para lanzar dardos envenenados, aunque habrá que ver si alcanzan a exigir medidas de choque. A priori, se espera que Jorge Alarte se limite a seguir la hoja de ruta que enviaría el congreso a después de las elecciones generales.
La cita de mañana estará, no obstante, marcada por la previa del Comité Federal en Ferraz. La rueda de prensa de Carme Chacón el jueves en la que anunció su renuncia a luchar por ser candidata a la Moncloa ha movido los cimientos del socialismo en toda España. Interpretaciones hay para todos los gustos: desde que la ministra de Defensa no tenía apoyos suficientes hasta que las presiones del entorno de Rubalcaba la han hecho desistir.
La realidad es que Chacón ha obrado inteligentemente ante una situación límite del partido. La dirigente catalana ha frenado su ambición y ha optado por dejar pasar a Rubalcaba. Si, como se espera, el PSOE pierde las elecciones, pocos le podrán achacar a ella la derrota, por lo que su imagen quedará impoluta -o por lo menos no tan expuesta- como la del vicepresidente primero.
Chacón cuenta a día de hoy entre sus apoyos con el PSC, una parte importante del PSOE de Andalucía con José Antonio Griñán a la cabeza, Tomás Gómez y parte del Partido Socialista de Madrid y la simpatía de José María Barreda y parte del PSOE manchego. Además, tendría respaldo en otras autonomías en porciones más reducidas como, por ejemplo, en el PSPV, donde todo apunta a que los ‘pajinistas' la apoyarían. Es evidente que resta mucho tiempo para un Congreso Federal del PSOE pero, a día de hoy, Chacón es una aspirante con mucho que decir con una tropa detrás.
APOYOS DE RUBALCABA
Por su parte, Rubalcaba cuenta con la vieja guardia socialista, con Guillermo Fernández Vara, líder del PSOE en Extramadura, Patxi López y el PSE, Galicia a través José Blanco y parte del PSPV. También se inclinan por el vicepresidente primero los secretarios generales de Murcia, La Rioja, Castilla-León y Cantabria. Además, la vieja guardia socialista con José Bono (una parte de Castilla-La Mancha) y Manuel Chaves (una parte de Andalucía) también terminarían respaldando a Rubalcaba. Marcelino Iglesias, del PSOE aragonés y secretario de Organización, se mantendrá fiel a Zapatero hasta las elecciones y las fuentes consultadas señalan a que basculará hacia Rubalcaba "probablemente".
Los ‘zapateristas' puros, por otro lado, como Alonso, Miguel Sebastián o Trinidad Jiménez -que tiene una porción de Madrid- esperarán a los resultados de las generales y, si pierde Rubalcaba, apoyarán Chacón posiblemente. Desde el entorno de la ministra de Defensa también esperan el respaldo de Francesc Antich, secretario general de los socialistas baleares, dada la tradición de proximidad con el PSC.
Con el anuncio de Chacón de renunciar a las primarias, el panorama y -las alianzas- pueden variar dado que una derrota de Rubalcaba en las elecciones, llevarían a un congreso muy abierto. De hecho, también se habla de otros posibles aspirantes con las miras altas como el vasco Eduardo Madina.
El ‘baile' en Ferraz influirá también en los movimientos que se produzcan en la Comunitat Valenciana. A priori, la ministra de Sanidad y exsecretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, es una de las más interesadas en descabalgar a Jorge Alarte de la dirección socialista. Aunque todo apunta a que en el Comité Federal de hoy se instará a la tranquilidad, el tiempo y la disminución de poder de Zapatero, valedor de Pajín, corren en su contra de cara a fijar una posición de fuerza de la dirigente en territorio valenciano. Las fuentes socialistas consultadas sitúan a la ministra de Sanidad en la órbita de Chacón, por afinidad y por pura antagonía con José Blanco.
A Alarte, por otro lado, le conviene apoyarse en su valedor a día de hoy, el propio José Blanco, y respaldar a Alfredo Pérez Rubalcaba dado que esta opción retrasará un Congreso Federal y, probablemente, también los autonómicos. Será este un tiempo de oro para el líder de los socialistas valencianos de cara a intentar apuntalar los apoyos suficientes para mantenerse como secretario general. De cumplirse estos plazos, será fundamental, llegada la gran batalla del PSOE en el futuro congreso, que Alarte juegue a caballo ganador en el cónclave federal. De momento, ayer Zapatero puso firme al partido y gran parte de los 'barones' autonómicos salieron aplaudiendo la opción de Rubalcaba. Un panorama que cambiará por completo si hay derrota en las generales.
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