La fusión de Caixanova y Caixa Galicia dará origen a una entidad equilibrada a base de consenso político en la que se establecen numerosos mecanismos de control para garantizar la paridad en la toma de decisiones. A excepción del nombre de la caja resultante, que sigue siendo una incógnita, prácticamente el resto de datos y decisiones han sido anunciados por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo

-La cuarta caja española

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VALENCIA (VP). El acuerdo alcanzado entre Caixanova y Caixa Galicia garantiza el mismo peso de ambas entidades a la hora de tomar decisiones, ninguna ejercerá una posición predominante sobre la otra gracias a las garantías en la paridad de los órganos de gobierno.

Su sede social y domicilio fiscal estará ubicada en A Coruña y tributará en esta provincia, pero el día a día de la caja se resolverá en Vigo, donde se ubicará la dirección de negocio y sede institucional. Ambas ciudades acogerán cosedes comerciales, representativas y operativas durante todo el proceso de fusión, aunque la ubicación de márketing, comunicación, riesgos y asesoría jurídica está todavía por decidir. Se prevé que la asamblea general se reúna en A Coruña y que el consejo tenga su base en Vigo, aunque pueda rotar.

EQUILIBRO TERRITORIAL Y EN LA TOMA DE DECISIONES

Los órganos de Gobierno serán totalmente paritarios, por un lado el consejo de administración (que será de 20 ó 22 miembros) seguirá una proporción al 50% entre las dos cajas, al igual que la asamblea general, la comisión de control y todos los órganos dependientes del consejo (comisiones delegada, de retribuciones, de inversiones o de obra social).

El voto de calidad del presidente se someterá en todos los casos a la decisión de una comisión de control en caso de que resulte decisivo, y esta comisión de control siempre estará presidida por un miembro de la otra entidad. Este mecanismo se aplicará en todos los órganos de Gobierno.

La caja resultante de la unión de Caixanova y Caixa Galicia no tendrá un único presidente, sino dos copresidencias con un ejercicio de poder rotatorio. Por un lado estará Julio Ganoso (Caixanova) y por otro probablemente Mauro Varela (Caixa Galicia). Uno de ellos -todavía por determinar- ejercerá las funciones de presidente los primeros 18 meses (con voto de calidad en la asamblea general, el consejo, la comisión delegada y las restantes comisiones dependientes del consejo)., mientras que el otro asumirá el voto de calidad de la comisión de control, encargada de filtrar todos los acuerdos. Los segundos 18 meses rotarán las responsabilidades.

EL SEGUNDO ESCALÓN DE MANDO NO ROTARÁ

En el segundo escalón de mando, es posible que el actual director general de Caixanova, José Luis Pego, dirija la nueva caja con Javier García de Paredes (Caixa Galicia) como director general adjunto ejecutivo, y estos cargos serán fijos durante todo el proceso de transición.

Además de las dos sedes, se establecerán sendos consejos territoriales en Vigo y A Coruña que acogerán a los actuales consejeros que no formen parte del consejo de la caja única. Aunque todavía no se han definido sus atribuciones, actuarán como apéndices del máximo órgano de Gobierno.

El periodo de transición hasta que se complete la fusión durará tres años (que se dividirán en los dos periodos de18 meses citados anteriormente). Pasado este tiempo se renovarán los órganos según la Ley de Cajas, cuyos artículos sobre la reforma de los órganos quedan sin efecto durante este tiempo.

CIERRE DE 204 OFICINAS Y JUBILACIÓN DE 990 TRABAJADORES

La fusión de las cajas gallegas implicará el cierre de 204 oficinas y la prejubilación de 990 trabajadores, una tarea para la que se pedirán 1.162 millones euros al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Las desinversiones (cartera industrial y venta en bloque de 235 sucursales) sumarán 12.000 millones en cinco años. Durante este tiempo se destinarán 260 millones a obra social.

El coste total de la reestructuración se estima en unos 627,8 millones de euros y deberá producirse prácticamente a "contra reloj", por lo que ambas cajas se encuentran trabajando ya en el protocolo de fusión y en su proyecto económico de integración, que tendrá que ser aprobado por las respectivas asambleas en ambos caso.

EL PRESIDENTE AUTONÓMICO, ABANDERADO DE LA FUSIÓN

A juicio del presidente de la Xunta de Galicía, Alberto Núñez Feijóo, "esta unión tiene un significado más allá de las consecuencias estrictamente financieras. Es la prueba de la fuerza del país y de la responsabilidad de sus representantes, y supone también un ejemplo de cómo debe combatirse la crisis económica ejerciendo el galleguismo y la cooperación entre entidades, instituciones y territorios", añadió.

También se refirió a las dificultades y tensiones generadas a lo largo del proceso. "No hay reproches que hacer, la fusión se hace para unir más a los gallegos, por lo que hay que pedir a los reticentes y a los que aún tienen dudas que colaboren en la tarea de consolidar una gran institución de Galicia y para Galicia".

"Ambas cajas tenían argumentos razonables para reclamar más, pero este acuerdo generoso, equilibrado y paritario es fruto de muchas renuncias y que desde ambas cajas entendieron que el argumento que más debería pesar es el interés general", concluyó.