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La crisis económica coloca a las empresas familiares valencianas en la cuerda floja

13/05/2010

VALENCIA (LIDIA MASERES). La situación por la que atraviesan las empresas familiares valencianas no es la más deseable, según concluyen cinco expertos a preguntas de Valenciaplaza.com. La crisis económica las  ha golpeado con dureza, lo que ha provocado que parte de los cimientos del tejido empresarial valenciano se tambaleen. En la Comunitat hay más de 300.000 pequeñas empresas,  en su mayoría familiares y muchas con varias generaciones de emprendedores a sus espaldas.

Los números rojos que arrastran estas empresas desde hace meses por la morosidad, la notable caída del consumo, y la reducción de sus márgenes de beneficios las ha colocado en la cuerda floja. Además, y según los expertos, los propietarios llegan a poner en juego su patrimonio para poder salvarlas, lo que empeora más si cabe su situación. Por otra parte, el reducido porcentaje de ventas en el exterior tampoco ayuda.

Tomás González Cruz, director de la Cátedra de la Empresa Familiar de la Universidad de Valencia;  Mario Mariner, presidente del Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar (IVEFA); Eduardo Navarro, director de Improven; Jorge Ponzoda, director comercial de Sociedad Textil Lencera;  y Alejandro Almenar, consejero delegado adjunto de Grupo Cyes, analizan la situación de las empresas familiares valencianas.

 

Tomás GonzálezTomás González Cruz, director de la Cátedra de la empresa familiar de la Universidad de Valencia

-¿En qué situación se encuentran las empresas familiares valencianas?

-En términos generales son empresas con una edad promedio de 40 años y que en muchos casos ya han superado con éxito un proceso de sucesión en la dirección.

Son empresas con una fuerte orientación a la continuidad. Las diferentes generaciones de la familia propietaria suelen mostrar una fuerte voluntad de mantener tanto la propiedad como la dirección de la empresa en manos de la familia. Son en su gran mayoría empresas de propiedad y dirección familiar.

En cuanto a su actividad internacional estimamos que un 40% tienen una actividad internacional relevante. La tendencia que se espera es que el porcentaje de empresas con actividades en el exterior crezca, ya que la internacionalización se ha convertido en una condición necesaria para el crecimiento y supervivencia de la empresa.

Se trata de empresas que presentan un grado satisfactorio de profesionalización en la gestión y en el gobierno de la empresa. Así una gran mayoría de las EFV tiene establecidos Consejos de Administración y Equipos del Alta Dirección. Así mismo se aplican las técnicas de gestión generalmente aceptadas. Este hecho se debe especialmente a que los familiares al frente de estas empresas, especialmente los de la segunda generación, ya han tenido acceso a formación académica.

En cuanto a la relación entre la familia y la empresa está organizada y regulada. Así existe un gran número de EFV que han establecido criterios de incorporación de familiares a la empresa, si bien es cierto que todavía son una minoría los que han formalizado dichos criterios en algún tipo de documento.

-¿Cómo les ha afectado la crisis?

-El impacto ha sido doble, en el ámbito empresarial y en el familiar, en la medida en que el patrimonio familiar está invertido, en su mayor parte, en la empresa. Son empresas que han financiado su crecimiento con recursos propios y con exigible a medio y largo plazo.

En la actualidad están tratando de hacer frente a la situación renegociando la deuda, aportando patrimonio familiar y aceptando sacrificios en términos de dedicación, remuneración y asunción de riesgo patrimonial y empresarial. Igualmente las EFV están aplicando su capital social (reputación y relaciones con proveedores, clientes y otros grupos de interés) para acceder a los recursos necesarios para afrontar la situación actual.

En resumen las familias propietarias están realizando una fuerte inyección de capital financiero, humano y social para lograr la supervivencia y continuidad de las empresas familiares.

-¿Están preparadas las nuevas generaciones para gestionar dichas empresas?

-En términos generales sí. En primer lugar la familia propietaria ha establecido criterios objetivos que regulan el acceso de las nuevas generaciones a los cargos de responsabilidad. Los más habituales son una formación académica adecuada, conocimiento de la empresa y del sector y en muchas ocasiones haber demostrado valía profesional en una empresa ajena a la familia.

Sus retos serán dotar a la empresa del tamaño mínimo eficiente que requieren los mercados globales. Para ello deberán articular estrategias de crecimiento que, en ocasiones pueden chocar, con creencias y principios profundamente arraigados en la cultura de la familia, nos referimos a la aversión a abrir el capital de la empresa a agentes ajenos a la familia.

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Eduardo NavarroEduardo Navarro, socio fundador de Improven

-¿En qué situación se encuentran las empresas familiares valencianas?

-Por un lado, las empresas familiares tienen la ventaja de la cercanía con el negocio en la toma de decisiones lo que les hace más ágiles para los cambios estratégicos y operativos necesarios en tiempos de crisis. Por otro lado, tienen cierta desventaja en cuanto a la profesionalización y a la objetividad de sus equipos directivos.
Generalmente, la situación actual es complicada aunque los empresarios valencianos están asumiendo los cambios que tienen que hacer en sus empresas para afrontar esta crisis.

-¿Cómo les ha afectado la crisis?

-El impacto de la crisis ha sido muy importante en las empresas familiares valencianas. En muchos de los sectores típicos de la Comunitat las cifras de negocio han caído un 30%, los márgenes se han estrechado y además la morosidad ha crecido de manera importante.

-¿Están preparadas las nuevas generaciones para gestionar dichas empresas?

-En un estudio que hicimos en Improven señalábamos que sólo un 47% de los directivos tenían experiencia en gestión de crisis. Sin embargo, este no es un elemento clave para gestionar en situaciones complicadas sino que las dos variables importantes son la velocidad de la toma de decisiones y la capacidad de tomar decisiones de cambios relevantes.

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Jorge Ponzoda, director comercial de Sociedad Textil Lencera (Alcoy)

-¿En qué situación se encuentran las empresas familiares valencianas?

-En la misma situación que las demás, creo. A mi entender, esta situación te afecta de una forma u otra dependiendo, además de los problemas que pueda tener cada sector, del tamaño de la empresa, no de si la cúpula directiva está formada por familiares o no.

En nuestro caso, el ser una microempresa ayuda bastante porque los gastos fijos a soportar son mínimos. Aunque por otra parte también es muy difícil reducirlos.

-¿Cómo les ha afectado la crisis?

-Por suerte tenemos un buen mercado en el extranjero y esto nos ha hecho soportar un poco mejor la situación nacional. En general, las ventas en España han descendido alrededor de un 40%, y lo que es peor, la morosidad ha aumentado hasta límites insospechados.

-¿Están preparadas las nuevas generaciones para gestionar dichas empresas?

-Creo que sí. O por lo menos espero que así sea. Son situaciones diferentes. Nuestros familiares empezaron con empresas que trabajan casi en exclusividad en España y muchas de ellas pasaron el momento en el que ‘todo se vendía'. Gracias a la poca competencia, crearte un buen nombre y aumentar tus ventas era mucho más fácil hace unos años, bastantes años.

Ahora mismo todo es diferente. Nadie puede permitirse el lujo de vender sólo en el mercado nacional. La competencia es feroz a nivel mundial. Y cada vez la gente utiliza más sus pocos beneficios, en ocio y si le queda algo en ahorro. Luego queda muy poco para nosotros.

Pero hemos crecido al lado de los emprendedores, y hemos sido preparados para poder ampliar todos los campos de la empresa. Desde la aparición del marketing en pequeñas empresas como la nuestra, hasta la venta on-line, pasando, como no, por los mercados globalizados.

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Mario MolinerMario Mariner, presidente del Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar (IVEFA)

-¿En qué situación se encuentran las empresas familiares valencianas?

-Desde el punto de vista empresarial las necesidades son las mismas que requiere el conjunto del tejido empresarial. Si nos centramos en la tipología específicamente familiar de la propiedad, hay dos aspectos en los que siempre, pero más en coyunturas como la actual, es necesario incidir.

En primer lugar, es imprescindible adoptar políticas activas que fomenten el redimensionamiento de las pymes familiares, tanto en cuanto a su capitalización y capacidad de inversión, como a la disponibilidad de recursos humanos y materiales y a su volumen de negocio.

En segundo lugar, destacaría la necesidad de adoptar estructuras de gobierno y gestión profesionalizadas y eficaces que permitan adoptar y ejecutar las decisiones estratégicas que una situación como la actual requiere. Es necesario contar con una propiedad sólida y estable que se proyecte en el ámbito del gobierno y gestión de la empresa, para evitar que las tensiones o conflictos familiares puedan dar al traste con las expectativas de futuro y continuidad de la empresa.

-¿Cómo les ha afectado la crisis?

-Desde la óptica estrictamente empresarial las empresas familiares no son distintas de las empresas no familiares. Los retos, y las dificultades a las que nos enfrentamos en esta difícil situación que estamos atravesando, son esencialmente las mismas y también lo son las oportunidades. Lo cierto es que las familias propietarias han sido y son un ejemplo de compromiso con la empresa, hasta el punto de poner en juego su patrimonio personal para favorecer su continuidad, siempre con una actitud de "capital paciente", esto es, sin esperar una rentabilidad de la inversión con expectativas cortoplacistas.

Esa actitud y ese concepto de la actividad empresarial no siempre es reconocido y, desde luego, sería necesario favorecer ese compromiso patrimonial mediante estímulos fiscales, por ejemplo, deducciones tributarias finalistas en la imposición personal ligadas a la inversión directa en las empresas realizadas por las familias empresarias para inyectar capital e incrementar los recursos propios.

-¿Están preparadas las nuevas generaciones para gestionar dichas empresas?

-Por supuesto, aunque hay que reforzar más el espíritu emprendedor. Desde nuestro Instituto hemos intentado concienciar a las familias empresarias de la necesidad de llevar a cabo un renacimiento estratégico en nuestras empresas y de generar consenso entre las distintas generaciones respecto a la visión de futuro de la empresa y el compromiso con ese futuro, recuperando valores como el trabajo, el esfuerzo, la austeridad y la constancia.

Es importante que recuperemos, en todos los órdenes, la cultura del consenso para definir el futuro y la forma de alcanzarlo, unido a la voluntad de aunar esfuerzos y mirar al horizonte de los intereses generales por encima de los particulares de cada individuo.

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 Alejandro Almenar, Consejero Delegado Adjunto de Grupo Cyes


-¿En qué situación se encuentran las empresas familiares valencianas?

-Las empresas familiares del levante español se encuentran, en general, en una situación bastante difícil. Son varias las circunstancias que han confluido para que se produzca esta situación:

En primer lugar, el tejido empresarial valenciano está formado mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas. Esta tipología de empresa tiene una capacidad financiera limitada, y por tanto, es la que más está sufriendo la caída de ventas como consecuencia del menor consumo, y más concretamente, la restricción del crédito.

Adicionalmente, y de manera no menos importante, una parte muy substancial de este tejido empresarial se ha centrado en atender la demanda inmobiliaria que ha existido como consecuencia del gran atractivo de nuestro clima y nuestra costa. Toda esta industria que hemos desarrollado en esta región, como la inmobiliaria, la de construcción residencial, la azulejera, la del mueble, etc... estaba dimensionada para una actividad muy superior a la actual y sufriendo mucho la componente inmobiliaria de esta crisis.

Es decir, que se está dando la circunstancia de que están confluyendo dos situaciones diferentes en una misma región, con una parte del tejido empresarial que está sufriendo la crisis de demanda por la bajada del consumo, y la otra parte que está sufriendo una crisis de oferta como consecuencia de tener poca diversificación en los productos o servicios que sabemos producir.

-¿Cómo les ha afectado la crisis?

-En primer lugar, ha habido una caída de producción que ha absorbido los márgenes. Lo anterior, unido a los retrasos en los periodos de cobro que no se están pudiendo atenuar por dificultad de acceso al descuento comercial o al crédito, está produciendo, en las empresas familiares, una situación financiera delicada que, en algunos casos, las está llevando al concurso de acreedores. Desgraciadamente nuestra región lidera el crecimiento del año en situaciones concursales en el país.

Pero la peor parte se la está llevando el empleo, ya que la mayor parte de las empresas se han visto obligadas a redimensionar sus plantillas y acomodarlas a la demanda actual como única alternativa para su supervivencia.

-¿Están preparadas las nuevas generaciones para gestionar dichas empresas?

-Sí, afortunadamente el nivel de desarrollo alcanzado en el país ha democratizado mucho el acceso a la formación y se cuenta con nuevas generaciones bien preparadas. Además, esta crisis va a imponer a las siguientes generaciones la disciplina de pensar en nuevas fórmulas de competitividad, ya que han cambiado las normas de juego.

No obstante, es necesario ofrecer todo el apoyo a las empresas para que se preserve el patrimonio empresarial y que las nuevas generaciones puedan llegar a liderar un cambio en nuestro modelo productivo.

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