Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• Economía incumple con Unión Gremial el criterio que aplicó para excluir a Anged del Observatorio
• El 'problema valenciano' se cuela en Madrid
• A quién le sube y a quién le baja los impuestos Joan Ribó

VALENCIA. Se esperaba que ganara el PP por abrumadora mayoría -deuda, impagos, Gürtel, Brugal, etc.- y se ha confirmado, aunque con una bajada; se esperaba que el PSOE se hundiera -Zapatero, un candidato desconocido, la falta de credibilidad- y se ha confirmado, pero no estaba en los programas de mano la irrupción en las Corts y mucho menos con esa fuerza, de la Coalición Compromìs, liderada por Enric Morera (Bloc) y Mónica Oltra (Iniciativa), la pareja parlamentaria resultante de la ruptura de la Coalición de 2007 del Bloc con Izquierda Unida a mitad de legislatura.

Coalición y EU recogen casi matemáticamente la pérdida en porcentajes del PSOE respecto de las elecciones anteriores de 2007, pero su subida es, además, espectacular porque se repartían entonces poco más de un 7% y ahora suman el doble. EU se lleva el descontento en clave nacional, el recuerdo desde Valencia de lo que se dice en Madrid, pero Compromís crece a lomos del voto valenciano que sale del PSPV. Y gracias a la actitud de sus dos líderes ha conseguido algo transcendental para el futuro y es que se haya perdido desde la izquierda el miedo, como hasta ahora, a tirar el voto si se deposita en ese segmento que hasta este momento se debatía en cada concurso electoral con el techo del 5%.

La coalición Morera-Oltra ha acertado en su gestión política en las Corts en el poco más de año y medio que han unido sus fuerzas, tras la salida de Gloria Marcos. Han sabido dar la de cal, fundamentalmente, en el asunto Gürtel, sobre todo Mónica Oltra y sus visitadísimas en You Tube intervenciones, y la de arena con una imagen de formación política capaz de negociar. Pero sobre todo, Morera ha sabido lanzar un mensaje "centrado" de valencianismo.

No asusta el Bloc a determinadas capas y parece, como el propio secretario general reconocía en la entrevista concedida a Valenciaplaza.com, que, incluso, es contemplado con complacencia y cierta complicidad por buena parte del empresariado valenciano, como una opción futura para lanzar unas políticas valencianistas -el llamado nacionalismo no radical- que reclamen para la Comunitat Valenciana lo que, si Rajoy llega a la Moncloa, no hará Camps con tanta solvencia y ruido como ahora con (contra) Zapatero.