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VALENCIA. El cara a cara entre la alcaldesa de Alicante y candidata del PP, Sonia Castedo, y la aspirante del PSPV, Elena Martín, no auguraba una noche divertida frente al televisor. Sin embargo, sorpresas te da la vida, la cosa tuvo su miga y, si nos ponemos (que para eso nos pagan), hasta se le puede sacar jugo.

Lo primero que quedó claro es que Elena Martín iba a pagar la novatada con un naufragio en espontaneidad. Cuando digo "socialistas" sonrío, cuando digo "alicantinos y alicantinas" sonrío, cuando digo "pero" levanto la mano izquierda para reforzar, cuando afirmo o voy a prometer algo, abro las manos, cuando quiero dar fuerza a mis palabras, cabeceo de izquierda a derecha. Digo dos frases, miro el papel, y digo dos frases más, miro el papel. Y si me trabo, me trabo dos veces porque estoy pensando en cómo me he trabado antes. ¡El PSPV había presentado al debate a un robot, un androide venido del futuro...o del pasado!

A Sonia Castedo se la vio más relajada, más convincente, con menos ‘tics'. Estratégicamente, fue muy solvente. Evitó la referencia directa al Gobierno central y a Rodríguez Zapatero en tres cuartas partes del debate, reforzando la idea de responsabilidad del ayuntamiento por ser la administración "más cercana". Además, insistió en que no era tiempo de "grandes obras" sino de luchar contra el desempleo. En el bloque de propuestas, no tuvo problema en sacar su programa y leerlo, eso sí, con más gracia que Martín.

Llegó el turno de réplica y, ni corta ni perezosa, Castedo se lo saltó. "Yo no voy a replicar porque sería bajar a la altura del insulto y se me ganaría por experiencia". Y continuó narrando con fluidez su programa electoral. Bien es cierto que la solidez de su discurso se tambaleó un instante cuando prometió "un cementerio de mascotas" para Alicante. No es que yo sea insensible a los animalitos, pero con la que  está cayendo... pues, qué quieren que les diga, me dio la risa.

El turno de réplica le vino a Martín como un balón botando listo para chutar. Pero no supo qué hacer. Se limitó a seguir su guión, enseñar unos cuantos papeles y hacer unas referencias muy blandas a José Joaquín Ripoll y al urbanismo (ni siquiera se escucharon las palabras "guerra" ni "zaplanistas").

Le tocaba concluir a Elena Martín y comenzó su alegato agradeciendo que se pudiera haber celebrado el debate (no debería, dado cómo le iba), para continuar con una serie de frases que no podría reproducir ni creo que el -intuyo 2% de audiencia- pueda. Al final, expresión de alivio. "Qué bien me ha quedado".

Ahora sí que emergió agresiva la figura de Sonia Castedo. La candidata del PP utilizó la conclusión como si fuera un turno de réplica (sabiendo que Martín poco podía hacer ya) y se cebó de lo lindo. "Debería haber traído un gráfico del desempleo señora Martín, de los cinco millones de parados que ha provocado su partido. Me da vergüenza el PSOE y más aún que desde su formación en Alicante no hayan hecho ninguna declaración criticándolo". Artillería pesada marca PPCV.

"Han echado la culpa del desempleo a todo el mundo menos a ellos mismos y han destruido el país". Ahí queda eso.

Castedo siguió, mirando esta vez a su rival (aunque no se enfocó a Martín). "Los datos de su primera intervención se los ha inventado, pero no entraré a replicarla más porque, como ya he dicho, a insultos me ganaría por experiencia", machacó. Un poco feo, sin duda, lo de rebatirle las cifras cuando ya no podía contestar pero, desde luego, efectivo sí resultó. Total, estamos aquí para ganar elecciones y no para hacer amigos.

La candidata del PP terminó enviando un recado al equipo de Martín y cambiándole el nombre al PSOE por Partido Sin Obreros Españoles... y a casa. Pues eso. Castedo alcaldesa.