VÍCTOR JIMÉNEZ (Londres). 07/05/2010 Conservadores: 283, Laboristas: 229, Liberal-Demócratas: 50 (resultados parciales a las 08:30 de hoy). Valencia Plaza ha seguido la noche y la jornada en que el país de Isabel II decidió cambiar las reglas del juego. Este es la crónica de unas horas que han cambiado el futuro político de Downing Street y marcarán sus expectivas de supervivencia económica contra la peor y más contagiosa crisis financiera que Europa haya conocido

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LONDRES / Víctor Jiménez. Jueves 21:00 horas. El próximo gobierno británico ─señalan las encuestas previas─ será el primero en minoría desde 1974, si las negociaciones del Partido Liberal-Demócrata llegan a puerto alguno con Laboristas o Conservadores. De otra manera, habrían de celebrar nuevas elecciones.

Mientras Wall Street sufre la mayor caída en el volumen de compra-venta en más de veinte años y manifestantes anti-capitalistas cercan con cócteles Molotov el Parlamento griego en Atenas, 560 colegios electorales a lo largo y ancho de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte se preparan para recibir los votos de última hora antes de iniciar el recuento.

Heidi Moore, reportera del blog The Big Money en Nueva York, me explica que las escenas ante la pérdida de 998,5 puntos del Dow Jones le recuerdan lo que ocurrió en 2008, cuando Lehman Brothers se declaró en bancarrota y su plantilla de 26.800 agentes y asesores comenzaron a guardar carpetas en cajas de cartón. La libra, mientras tanto, se mantiene incólume, estática.

21:15 horas Cierro la puerta de mi apartamento en Vauxhall y cruzo la estación de tren. Me dirijo a Saint Annes Catholic Settlement Hall, un edificio de ladrillo rojizo y enredaderas donde voy a votar por el concejal del distrito local de Oval, en Londres. Cuando el interventor que tacha mi nombre en su lista me alcanza la papeleta de las elecciones locales, se disculpa porque no puede alargarme también la de los comicios generales ─los ciudadanos de la Unión Europea sólo podemos emitir nuestro sufragio para los ayuntamientos. Dibujo tres cruzes y eligo tres opciones de entre ocho candidatos.

21:22 horas Decido dar un paseo hacia el South Bank, por la orilla del Támesis, a unos minutos del colegio electoral y a la altura del Parlamento, me detengo frente al reloj del Big Ben con la boca abierta (más tarde, la cadena pública BBC informa en su programa especial de elecciones que, por primera vez, el gobierno de Londres le ha concedido permiso para proyectar imágenes de los resultados sobre las paredes neogóticas de la famosa e icónica torre. Cortinas de luces de color rojo, azul y amarillo representan los porcentajes de los principales partidos políticos británicos. Acabáramos).

22:00 horas Las encuestas a pie de urna que ofrecen BBC y la cadena rival privada, Sky News, coinciden: 307 diputados conservadores, 255 laboristas y 59 liberal-demócratas (otros, es decir, ecologistas, unionistas, republicanos y independentistas escoceses y galeses, 29). Para ganar la mayoría absoluta real hacen falta, al menos, 321.

Simon Hays, de Barclays Capital, declara: "este resultado probablemente disparará la volatilidad de los valores bursátiles hasta que el gobierno en Westminster se forme y demuestre su habilidad para trabajar con eficacia".

22:05 horas La libra esterlina cae un céntimo contra el dólar norteamericano y otro céntimo contra el euro ─eso, el día en que la moneda comunitaria ha padecido la insurgencia griega y la negativa del Banco Central Europeo a incrementar su oferta de dinero en caso de más rescates para otros países miembros, si lo necesitaran, claro está...

22:37 horas El Instituto de Estudios Fiscales recuerda que, a pesar de las promesas de devolver la salud a la economía británica sin recortar los servicios sociales, el programa laborista deja sin explicar en un 87% de dónde conseguirá el dinero para cumplir con el compromiso, y lo mismo ocurre en el caso de los planes conservadores (en un 82%) y liberal-demócratas (en un 74%). Los denomina "agujeros".

Y sean cuales fueren los datos finales, estos "agujeros" continuarán abiertos. Pero la paciencia de los mercados del capital se esfuma, y la jornada vivida hoy en la City de Londres y Wall Street pone la carne de gallina. Los intereses que los inversores piden a cambio de comprar bonos del Tesoro se han disparado entre 80 y más de 120 puntos, según estimaciones de Markit Research.

22:50 horas Las tres primeras demarcaciones en hacer públicas las cifras oficiales, entre ellas la de Washington, se mantienen Laboristas. Los números serán ahora los protagonistas hasta la madrugada.

Durante los últimos 25 años, el Partido Laborista y el Partido Conservador han reducido su capacidad de atracción de voto en un 30%. Las perspectivas para que Nick Clegg, el líder liberal-demócrata, resurja fortalecido de estas elecciones eran enormes; sin embargo, las prospectivas que dibujan las opiniones de los votantes a la salida de los colegios, parecen extramente cortas después de haber saltado a la palestra y al estrellato en los debates televisivos. Veremos.

23:00 horas "Caos". "Estamos muy, muy enfadados". "Esto es discriminación". Reportajes de electores que no han podido introducir su papeleta por falta de tiempo recorren Internet, llegan a la televisión y a las emisoras de radio. Colas de gente en Manchester, Ranmoor, Islington, Newcastle, Hackney... no se trata de casos aislados y las autoridades prometen investigaciones. Si las votaciones fuesen reñidas, estos sucesos podrían tener una relevancia nacional.

Geraint Anderson, un ex-broker, explica que los liberal-demócratas han aseguardo que prohibiran pagas extras a los bancarios y agentes financieros superiores a los 2,75 millones de euros, así como dar a conocer los nombres de quienes disfruten de un salario de 220.000 euros anuales en adelante. Además, han sugerido un nuevo impuesto del 10% sobre sus beneficios, que equivaldría a 28.500 millones por ejercicio. Es una idea.

Viernes 00:00 horas Financial Times informa de que "centenares de ciudadanos no han podido votar". La Comisión Electoral no había instruído a las mesas de intervención para instancias especiales y se han cometido irregularidades en Londres, Birmingham y Leeds, que son algunas de las ciudades con mayor población del país. Hay una página de discusión abierta en Facebook, pero es imposible confirmar la veracidad de los comunicados que aparecen.

01:39 horas El primer ministro Gordon Brown afirma en su demarcación, Kirkcaldy, que "aquí he aprendido el valor real de la amistad. Gracias a todas y todos los presentes por vuestra presencia y vuestro apoyo en estas horas". Ha obtenido 5.000 votos más que en 2005. Brown sabe que ha perdido como Primer Ministro, pero que en los próximos días todavía podría salvar el cuello, si no el suyo, de su partido. Agradece a su mujer que le haya acompañado durante la campaña.

"No os fallaré", dice con un gesto brusco, antes de retirarse. La ley le da la primera oportunidad para formar gabinete en caso de que no haya ningún partido con mayoría suficiente, aunque haya quedado en segunda posición, por ser el partido del último gobierno.

02:01 horas "Hasta las ocho de la madrugada no vamos ha ver acción, te lo advierto", me aconseja un reportero veterano por correo electrónico. Ahora hay 52 diputados laboristas, 36 conservadores y 5 liberal-demócratas, lo que significa... que todo está en el aire. No obstante, se observa un aumento del voto conservador de entre el 7% y el 12%, lo que está poniendo muy nerviosos a los portavoces laboristas.

02:36 horas El grupo de de protesta en Facebook llega a su fan número 1005.

El Primer Ministro de Irlanda del Norte ha perdido su escaño Londres. Su partido, el Demócrata Unionista, mantiene lazos estrechos con el Partido Conservador, así que es un aliado perdido.

03:07 horas "Cualquiera que sea el resultado final... pienso que ha quedado claro ya que el gobierno Laborista ha perdido el mandato de nuestro país". El líder del Partido Conservador, David Cameron, vence de nuevo en Witney pero reconoce que la victoria nacional queda todavía lejos de su mano, y muestra un rostro fatigado y marcado por la pesadumbre de un 'gran cambio' que sólo asoma la patita. "En todo momento", discursea ante una audiencia poco amable (se escuchan abucheos sordos), "pondré el interés nacional primero para asegurar un gobierno estable y fuerte para el Reino Unido". Pronto lo descubriremos.

Segundos más tarde, es el actual ministro de Economía, Alistair Darling, quien renueva asiento en la Cámara de los Comunes ─con un 12% de déficit nacional a sus espaldas, su sonrisa es de héroe de batalla.

05:56 horas Nadie sabe qué pasa en Sheffield Hallam, la demarcación del político que había irrumpido en el bipartidismo británico. Sería la oportunidad de la noche de Nick Clegg para endulzar la implosión de la burbuja liberal-demócrata (que el diario progresista The Guardian insufló con su adhesión): ¿cuál será su mensaje?, ¿dará a entender subliminalmente que un acuerdo con Gordon Brown está fuera de lugar o que David Cameron nunca conseguirá residir en Downing Street si depende de él?

07:34 horas Clegg habla, por fin, una vez que el recuento de votos en su circunscripción le devuelve el escaño. "Decepción" es una de las primeras palabras que expresa. "La gente a votado pero no enfáticamente por nadie. Así que nadie debería reclamar para sí nada demasiado a la ligera. Ahora, es el momento de que cada uno de nosotros se tome su tiempo".

Traducción: la Cleggmanía se ha fundido como un cubo de hielo en la playa de la Malva-rosa baj el sol de agosto. Pero también cualquier las esperanzas de cualquiera de los otros dos partidos mayoritarios de consolidar su bicefália en la escena política del Reino Unido.

Un ínfimo detalle más. Clegg es el único candidato que hace referencia a "el trasbalse por el que han atravesado los mercados financieros durante las últimas 24 horas". La Bolsa de Londres ha abierto un 4% por debajo del nivel al cierre de ayer.

08:30 horas Tras 13 años de mayorías laboristas, el proyecto conservador de David Cameron se ha quedado corto, a pesar de haber superado al partido de Gordon Brown. Laureles amargos, cuando se debe compartir el trofeo... ¿Cuánto horror llegó a causar Margaret Thatcher? Sólo los británicos y las británicas lo saben.