VALENCIA. Los partidos políticos inauguraron anoche la campaña electoral para las elecciones locales y autonómicas del próximo 22 de mayo. Una apertura que debería iniciar una frenética e incansable carrera en la búsqueda del voto pero que, sin embargo, en esta ocasión se percibe más lenta y sosegada que nunca debido a la campaña de baja intensidad propuesta por la formación política dominante, el PP de la Comunitat Valenciana.
El tradicional acto inaugural de la ‘pegada de carteles', convertido en las últimas citas en un creciente evento de carácter festivo se mesuró por parte de las formaciones más potentes en pos de la austeridad, uno de los conceptos más esgrimidos por Gobierno y oposición desde que la crisis económica y el desempleo azota a los hogares valencianos y españoles. Está de moda.
El inicio de la campaña no prevé grandes variaciones en la óptima estrategia trazada por,el PPCV para reeditar su triunfo en las autonómicas: controlar la agenda política, trasladar el debate al ámbito nacional, evitar el exceso de exposición de su candidato Francisco Camps y, con todo esto agitado, servir un cóctel que deje un margen muy estrecho a las sorpresas. Los sondeos les otorgan una victoria clara -el barómetro del CIS publicado ayer es una prueba más- por lo que la premisa en la formación ‘popular' es clara: no arriesgar.
Así. las consignas más repetidas anoche por Francisco Camps, Rita Barberá, Alberto Fabra o Sonia Castedo, fueron en la misma dirección: situar la cita electoral autonómica como paso previo a una victoria electoral de Mariano Rajoy en 2012. Todo lo contrario expresó Jorge Alarte en su discurso de inicio de campaña, focalizando su mitin en el ámbito valenciano con temas como la Ley de Dependencia, la Educación y, cómo no, la corrupción.
PAUSA Y CONTROL EN LA PRECAMPAÑA
Buena prueba de la baja intensidad pretendida por el PPCV son los movimientos efectuados en precampaña: la ausencia de Francisco Camps por motivos de salud -tuvo que operarse de una hernia- les ha propiciado una coyuntura favorable durante varios días para evitar la confrontación con el candidato socialista, Jorge Alarte, quien a marchas forzadas se ha visto obligado a lograr un aumento de su visibilidad -las encuestas señalan que le conoce entre el 40% y 50% de la sociedad valenciana, mientras que Camps supera el 90% de notoriedad-.
La mejor manera para el líder del PSPV de darse a conocer es entrar en debate directo o cruce de declaraciones con el propio presidente de la Generalitat y candidato del PPCV pero, hábilmente, los estrategas cercanos al jefe del Consell han evitado proporcionarle esa vía para obtener reconocimiento: Francisco Camps nunca se refiere a Jorge Alarte. En todo caso, son sus segundos de abordo los que entran ‘al trapo' con el líder socialista.
La vuelta de Camps tras su operación estuvo, además, tácticamente bien orquestada. Contraprogramaron los actos del PSPV, ganándoles la mano con sus planes de futuro para una conselleria tan importante como Economía. El mismo día que Alarte presentaba su programa económico -cuyo contenido era merecedor de un espacio informativo- Camps dio un golpe de mano reuniendo a decenas de importantes empresarios para anunciar sus planes respecto a las áreas de Economía, Hacienda, Industria y Administraciones Públicas, logrando la atención mediática de forma unánime y generando buena dosis de debate con la novedosa propuesta.
Desde el PPCV también se ha gestionado con inteligencia -y racanería al elector- los debates entre aspirantes de PP, PSPV, EU y Compromís. Hoy se celebrará el encuentro bajo la insulsa fórmula de cuatro candidatos a debatir por turnos y con el tiempo acotado por representación. No habrá cara a cara tampoco entre Camps y Alarte. La decisión de celebrar el debate el primer día de campaña -se preveía más adelante, pocos días antes del 22-M- permite evitar un efecto reactivo o de efervescencia ante una hipotética derrota televisada del líder del PP. En cualquier caso, el anterior secretario general del PSPV, Ignasi Pla, estuvo más vivo que Francisco Camps en el debate de 2007 y no le valió de mucho. La influencia del encuentro electoral puede intuirse más bien nula -salvo resbalón antológico- con los niveles de audiencia que maneja Canal 9 un viernes al filo de la medianoche (23.30 horas).
Es por ello que se intuye que la campaña electoral iniciada hoy continuará la línea algo cansina y adormecida en los próximos días, con un Francisco Camps jugando ‘a la contra' y con el candidato socialista, Jorge Alarte, deseando morder. El PPCV se engalanará para su mitín central del 17 de mayo en la plaza de Toros de Valencia, donde volverá a cumplimentar un lleno espectacular. Pocos días antes, el PSPV deberá enfrentarse también al coso taurino, ante el que puede sufrir un poco más para obtener el éxito.
Por lo demás, y salvo llamada judicial al candidato del PPCV la ‘causa de los trajes' -cada vez más improbable- se espera una campaña de dejar pasar los días sin que ocurra nada, baza del PPCV, que es quien lidera, mientras que para los socialistas será una lucha contrarreloj. Parece casi más interesante desde el punto de vista meramente analítico,observar la pugna entre Esquerra Unida y Compromís por entrar en Les Corts. EU lleva la delantera según todos los sondeos, pero la fuerte presencia en los municipios de la coalición que forman Bloc-Iniciativa-Verds puede ofrecer mucha batalla. Estas formaciones obivarán, sin duda, las estrategias de salón para lanzarse una campaña a 'pecho descubierto' de la que depende, en gran medida, su futuro y supervivencia.
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