VALENCIA. La ley de la política, igual que la gravedad, indica que todo lo que sube debe de bajar. Altos cargos del PP valenciano, otrora con buena estrella o notable consideración, han disminuido su poder de influencia por problemas judiciales, decisiones equivocadas o, simplemente, avatares de la política.
Uno de los damnificados de la legislatura ha sido Ricardo Costa, que inició el mandato como número dos del partido y portavoz parlamentario. El exsecretario general del PPCV pagó los platos ratos por la erupción del caso Gürtel. Su pulso contra la número dos del PP nacional, María Dolores de Cospedal, fue uno de los momentos estelares de la política valenciana en la legislatura. Hablar no es gratis, y el dirigente castellonense se vio fuera de la dirección regional tras una rueda de prensa que será largamente recordada. Tras unos meses arrinconado, fue recuperado como portavoz de Economía en Les Corts y repite en la lista por Castellón para ser diputado, lo que generó malestar en Génova. Un período duro para Ricardo Costa.
El presidente provincial alicantino, José Joaquín Ripoll, vinculado a Eduardo Zaplana, también ha pasado una legislatura con turbulencias y altibajos. Venció en el congreso provincial al candidato de Camps, Manuel Pérez Fenoll, por un puñado de votos. La situación prometía, pero la sombra de la corrupción con el caso ‘Brugal' cortó en seco la aspiración de Ripoll de transitar por una legislatura tranquila. Ripoll tuvo arrestos para ganar la partida a Sonia Castedo y entrar como número dos en la candidatura de Alicante para optar con opciones a continuar al frente de la Diputación. La ruidosa marcha de su escudera en Benidorm Gema Amor le ha perjudicado, al igual que las escisiones del PP a cargo de exdirigentes de su cuerda en diversos municipios. Si los resultados electorales no le dejan en evidencia y supera su trance judicial, repetirá en la Diputación. Se mantendrá, que no es poco, pero más debilitado.
CONSELLERS 'FUERTES' QUE PIERDEN FUELLE
El vicepresidente segundo y conseller de Economía, Gerardo Camps, no ha tenido una legislatura cómoda. Los problemas económicos de la Generalitat y la crisis general no han dejado mucho espacio al lucimiento del dirigente. La desatención a los empresarios ha provocado una falta de sintonía con muchos de los actores de su cartera, quienes han terminado pidiendo a media voz un cambio en la conselleria. El presidente Francisco Camps baraja resituarlo como portavoz en Les Corts e invitar a Mariano Rajoy a que lo recupere para el Gobierno central tras una hipotética victoria del PP en las elecciones generales de 2012. Coincidencia o no, Francisco Camps ya ha anunciado que ‘troceará' en tres partes la Consellería de Economía actual, con lo que, si Gerardo Camps se queda, lo hará muy probablemente con menores competencias.
También ha perdido algo de fuerza el vicespresidente tercero y conseller de Medio Ambiente, Juan Cotino. Pese a todavía ser poderoso con la batuta del sector democristiano, sus roces con otros consellers o con el propio presidente provincial de Valencia, Alfonso Rus, le han pasado cierta factura. Ha obtenido pírricas victorias con la inclusión de algún afín como candidatos locales pero ha cosechado peores derrotas en el partido o en Les Corts, como la aprobación de la Ley de Custodia Compartida. Según apuntan fuentes del PP, fue uno de los defensores de la táctica inicial de Gürtel de ‘negarlo todo' en la causa de los trajes.
Una estrategia errónea e, incluso, calificada como "torpe" por varios presidentes autonómicos como Ramón Luis Valcárcel (Murcia), Núñez Feijoo (Galicia), o Esperanza Aguirre (Madrid). Cotino también fue salpicado por la sombra de la presunta corrupción en torno a la empresa familiar Sedesa (situada entre las constructoras que habría abonado presuntamente facturas a Orange Market) y, además, recibió varias acusaciones de la oposición de beneficiar a esta empresa para la construcción de residencias de la tercera edad. Estas acusaciones en Les Corts, terminaron con el desagradable incidente en que Cotino dedicó unas desafortunadas palabras a Mònica Oltra (Compromís) en las que dudó de que supiera "quién era su padre".
Las fuentes de la Generalitat consultadas por este diario también señalan como debilitadas a las conselleras Trini Miró y Belén Juste. Sin poder territorial ni orgánico, su gestión no ha sido "destacada", según reconocen las citadas fuentes y creen que saldrán del Gobierno valenciano ya que, además, sus carteras pueden quedar integradas en otras. Sin embargo, estarán presentes como diputadas en Les Corts.
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