LONDRES (EUROPA PRESS, Eva Martínez Millán). Sin embargo, los hitos no acabarían ahí en caso de mudarse a Downing Street con su esposa, Samantha, y sus, de momento, dos hijos, puesto que la familia espera un nuevo miembro para verano, tras la tragedia de la muerte el pasado año del primógenito, Ivan, quien padecía una severa discapacidad. Cameron se convertiría en el primer ministro más joven en dos siglos y quien aspira a tener como vecino en el número 11, su fiel aliado George Osborne, sería el ministro del Tesoro más joven de la historia moderna.
No obstante, el candidato conservador deberá someterse antes al veredicto de los votantes, el mismo que ha venido ansiando desde que, en 2007, Gordon Brown recibiese el testigo de Tony Blair sin pasar por el refrendo de las urnas. El líder 'tory' había reclamado reiteradamente la convocatoria de elecciones y, al final, ha visto cómo el retraso por parte del 'premier' reducía las diferencias en las encuestas. Su partido pasó de disfrutar una ventaja de más de 25 puntos a ver actualmente la mayoría absoluta cada vez más lejos.
Aún así, desde hace dos años los conservadores no se han apeado de la cabeza en los sondeos. La llegada del actual líder en diciembre de 2005 supuso una renovación para un partido que, desde la derrota en 1997 tras 18 años en el poder, había venido recambiando candidato cada convocatoria electoral sin cambiar su suerte. De hecho, las maneras de Tony Blair han sido un referente para Cameron, que se ha llegado a definir como un "heredero" del rostro principal del Nuevo Laborismo.
Estas elecciones de 2010 podría suponer un punto de inflexión. Sin embargo, los estudios demoscópicos ofrecen a Cameron un sabor agridulce, puesto que parecen privarlo de la hegemonía a la que ha venido aspirando estas semanas de campaña. Su intención es gobernar en solitario, aunque sea con apoyos puntuales, pero la complicada situación económica y los recortes que el déficit exigirán al próximo Gobierno serán un complicado caballo de batalla para un Ejecutivo en minoría.
ASPIRACIONES
En cualquier caso, el dirigente conservador se mantiene fiel a su apelación para hacerse con el apoyo mayoritario, a pesar de ser consciente de que el sistema electoral vigente le exige más papeletas que las que Brown necesita para continuar en Downing Street. En sus cinco años al frente de los conservadores, sin embargo, ha intentado cambiar la imagen del partido para ampliar la base electoral, con apuestas en materia de derechos civiles, con el apoyo a las uniones gay, o la concienciación en materia de cambio climático.
Procedente de la considerada alta sociedad británica, estudió en los centros más exclusivos, Eton en primer lugar y Oxford una vez dio el paso en la universidad, unos antecedentes usados en ocasiones en su contra para presentarlo como un privilegiado. Su trayectoria profesional ha estado prácticamente dedicada a la política y, aún en la veintena, llegó a trabajar como asesor para el, hasta ahora, último primer ministro conservador, John Major.
En su carrera sólo hay un lapso durante el que desempeñó como relaciones públicas para la compañía Carlton, si bien desde que consiguió su escaño en 2001 por la segura circunscripción de Witney se centró de nuevo en exclusiva en la política, de la que su mayor aspiración es conseguir lo que califica como la 'Gran Sociedad', una apuesta, según explicó en esta carrera del 6 de mayo, por menos Gobierno y más ciudadanía.
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