Opinión unánime sobre las agencias de rating: hay que asumir su veredicto, las malas calificaciones significan un mayor coste para las emisiones de deuda y reducirlo exige una sacrificio del gasto de las Administraciones a todos los niveles. Participan el panel de Valenciaplaza.com (de izquierda a derecha en la imagen superior) Francisco Álvarez, Joaquín Maudos, Covadonga Fernández, José Luis Martínez, Juan Latorre, Jordi Palafox, Rafael Montero y Javier Alfonso
-La deuda de la Comunitat recibe el peor 'rating' a largo plazo de todas las comunidades autónomas
VALENCIA (VP). La deuda de la Generalitat Valenciana ocupa la última posición en el ranking autonómico de las calificaciones realizadas por las agencias internacionales de rating. Estas agencias, fuertemente cuestionadas por su trabajo en épocas anteriores, son analizadas por ocho expertos de la plaza financiera valenciana que responden a las preguntas realizadas por este diario. Aquí están sus respuestas:
-Javier Alfonso, delegado del diario El Economista en Valencia
¿Le concede usted credibilidad a las agencias de ‘rating'?
Les concedo influencia. La credibilidad es algo que se gana cada día y se puede perder en cualquier momento, pero no creo que los pequeños inversores estén muy pendientes de ellas. Sus calificaciones son una referencia para grandes inversores y no hay duda de que a mejor nota, mejor precio de colocación. No obstante, creo que la histeria de estos días ante cualquier variación o ante un simple rumor es algo provocado por los pescadores que quieren revolver el río.
¿Qué efectos puede tener la actual calificación de la deuda valenciana sobre la economía y las finanzas regionales?
A la Generalitat y el IVF les costará más colocar la deuda que a otras con mejor nota y eso se traduce en mayor coste para la comunidad más endeudada en relación al PIB. No obstante, creo que los grandes movimientos de capital se hacen por países o por monedas antes que por comunidades autónomas.
¿Qué habría que hacer para reconducir la situación? ¿A quién corresponde esta tarea?
A todos. Se está poniendo mucho el acento en la reforma del mercado laboral, que es necesaria pero de efectos a medio plazo, y habría que centrarse en medidas que ayudasen más a las empresas a crear empleo o a no seguir destruyéndolo, como una rebaja temporal de las cotizaciones sociales, que además abarataría la producción y nos haría más competitivos. Y otra reforma de la que ningún político se atreve a hablar, la de las Administraciones públicas, cada día más ineficientes y derrochadoras.
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-Francisco Álvarez, presidente de Ética Family Office y ex director general de la Bolsa de Valencia
¿Le concede usted credibilidad a las agencias de rating?
A partir del momento en el que agencias dieron calificaciones crediticias AAA a las famosas hipotecas ‘subprime' dichas agencias perdieron credibilidad. Como se saben vigiladas imagino que, desde entonces, se esmeran en su trabajo, aunque es sorprendente que Stándard&Poors le dé una solvencia AA a la deuda española mientras Moody's y Fitch le da AAA. Dicho esto, si la fórmula aplicada por las tres agencias es la misma para las 17 comunidades autónomas españolas debemos aceptar la clasificación que han realizado.
¿Qué efectos puede tener la actual calificación de deuda sobre la economía y las finanzas valencianas?
Los mismos que ha tenido para Grecia y para España. Las entidades financieras compradoras de deuda siguen confiando en los ‘ratings', y si estos bajan dichas entidades exigirán unos intereses superiores para comprar la deuda, lo que significa que los habitantes de la Comunidad Valenciana pagarán más caro las emisiones de deuda futuras, sabiendo que una gran parte de dichas emisiones servirán para pagar la deuda pasada. En cualquier país, cuando la emisión de deuda se paga muy cara, este hecho tiene un impacto negativo en todos los sectores económicos.
¿Qué habría que hacer para reconducir la situación? ¿A quién corresponde esta tarea?
Cuando un país, o en nuestro caso una comunidad autónoma, incrementa su deuda y ve sus ingresos reducidos, es decir, que llega a la situación en la que estamos, no hay más remedio que reducir gastos. Esa reducción deben proponerla los mismos que han generado la deuda, esto es ‘de cajón'.
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-Covadonga Fernández, analista de Self Bank
¿Le concede usted credibilidad a las agencias de ‘rating'?
A raíz del estallido de esta crisis se ha puesto muy en duda el papel de las agencias de calificación crediticia como consecuencia de los fallos en los modelos de calificación y la emisión de calificaciones de productos estructurados que no reflejaban los riesgos implícitos en los mismos. Si hay que sacar una lectura positiva de todo este período es haber aprendido de los errores para evitar cometerlos en el futuro. En este sentido, los distintos organismos internacionales han puesto en práctica una serie de medidas para garantizar el buen funcionamiento de estas agencias con lo que la confianza en las mismas deberá ir recuperándose.
¿Qué efectos puede tener la actual calificación de deuda sobre la economía y las finanzas regionales?
Las agencias tienen un papel muy importe dentro del mercado puesto que contribuyen a reducir la asimetría de información que existe entre emisores e inversores y permiten una asignación más eficiente de los riesgos y de los recursos de todos los que participan en el mercado. Del ‘rating' que otorguen dependen los costes de financiación del emisor, puesto que cuanto peor sea la calificación crediticia de una emisión, más caro resultará para la entidad emisora financiarse.
¿Qué habría que hacer para reconducir la situación? ¿A quién corresponde esta tarea?
Son los organismos internacionales los responsables de establecer el marco regulatorio adecuado para garantizar la transparencia, independencia y objetividad de las agencias de calificación crediticia. En el último año tanto la SEC en EE.UU. como la Comisión Europea u organismos como IOSCO han establecido una serie de propuestas para evitar que se vuelvan a repetir las deficiencias mostradas en esta crisis que acaban afectando a la estabilidad financiera de los mercados. Uno de los principales cambios es eliminar los conflictos de intereses derivados del hecho de que fuesen los emisores los que pagasen directamente a las agencias de ‘rating'. La tarea está ahora en manos de las autoridades regulatorias, quienes deben asegurar el cumplimiento de las medidas propuestas.
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-Juan Latorre, socio de KPMG España
¿Le concede usted credibilidad a las agencias de ‘rating'?
¿Confían los mercados en las agencias de ‘rating'? ¿Afecta la calificación al coste de la deuda? Dado que la respuesta es sí, me temo que lo fácil es matar al mensajero y no afrontar la realidad. Su opinión, nos guste o no, tiene un coste real.
¿Qué efectos puede tener la actual calificación de deuda sobre la economía y las finanzas valencianas?
Lógicamente, y al igual que le ocurre a España, una reducción de las calificaciones significa casi automáticamente un coste superior para las arcas nacionales o autonómicas.
¿Qué habría que hacer para reconducir la situación? ¿A quién corresponde esta tarea?
Fundamentalmente ajuste, ahorros de costes, reducción del déficit, mayor actividad económica, más ingresos futuros por impuestos. Así tendríamos de nuevo una reducción del déficit y entraríamos en los parámetros fijados por la Unión Europea. Para todo esto, lógicamente, falta todavía bastante tiempo. Según una encuesta reciente realizada por KPMG a nivel empresarial en España, el 50% de los encuestados cree posible el inicio de la recuperación en 2011.
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-José Luis Martínez Campuzano, economista jefe de Citybank en España
¿Le concede usted credibilidad a las agencias de ‘rating'?
Claro. Pero es cierto que en muchas ocasiones las decisiones de las agencias calificadoras y el momento en que deciden alterar el ‘rating' no son bien explicadas, y mucho menos entendidas.
¿Qué efectos puede tener la actual calificación de deuda sobre la economía y las finanzas valencianas?
La calificación de la deuda valenciana sigue siendo inmejorable, pero creo que es la desconfianza sobre el futuro lo que nos hace mucho daño. Ya no es sólo cuestión de precio.
¿Qué habría que hacer para reconducir la situación? ¿A quién corresponde esta tarea?
Más control, transparencia y hasta regulación. Dada su importancia en el mercado
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-Joaquín Maudos, profesor de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE
¿Le concede usted credibilidad a las agencias de rating?
A pesar de los errores cometidos en el pasado, desgraciadamente los mercados se guÍan por sus valoraciones, por lo que no tenemos más remedio que seguir sus ‘rating'. Su credibilidad se ha puesto en cuestión como consecuencia del error en la valoración de Lehman Brothers, y es por ello por lo que hay propuestas como la de la Comisión Europea de regular su funcionamiento y incluso proponer la creación de agencias publicas.
¿Qué efectos puede tener la actual calificación de deuda sobre la economía y las finanzas valencianas?
La rebaja de la semana pasada de la calificación crediticia de España por parte de S&P de AA+ a AA (con tendencia negativa) es una mala noticia que ha sido consecuencia, en parte, del contagio de la crisis de la deuda en Grecia y, en menor medida, en Portugal. La rebaja del ‘rating' encarece la emisión de deuda en los mercados, no sólo la publica, sino también la privada cuando tiene que competir con la pública. Esto significa una muy mala noticia para la banca española, dadas las dificultades en el acceso a la financiación en los mercados mayoristas (interbancario, deuda o titulizaciones); Además de que hay restricciones en cantidad, la rebaja del ‘rating' supone un encarecimiento en la financiación que acaba afectando negativamente a la inversión y, por tanto, al crecimiento económico.
En el caso de las finanzas valencianas también es una mala noticia, tanto para la emisión de deuda pública (que se encarece y afecta a nuestro déficit) como de deuda de las entidades de depósito valencianas. Afortunadamente, la rebaja de la semana pasada de S&P no ha sido secundada por las otras dos agencias de ‘rating' (Fitch y Moody's).
¿Qué habría que hacer para reconducir la situación? ¿A quién corresponde esta tarea?
Es necesario reformar de forma urgente tres aspectos: el mercado de trabajo, el sector bancario y aprobar un plan de austeridad creíble de reducción del déficit publico. En el primer caso, la línea a seguir es la propuesta planteada en el manifiesto de los "100 economistas" que proponen un contrato único encaminado a luchar contra la actual dualidad entre empleados fijos y temporales. La segunda exige una rápida reestructuración del sector bancario, acelerando la puesta en practica del FROB y los cambios en la ley de cajas de ahorros. Y en el caso del déficit público, hay que volver a las cifras del plan de estabilidad para dar señales creíbles a los mercados.
La tarea corresponde obviamente al Gobierno, si bien es necesaria la colaboración de todas las fuerzas políticas y sociales. Hace falta un pacto de Estado, como el que tuvo lugar en los llamados Pactos de la Moncloa.
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-Rafael Montero, secretario general de Cierval
¿Le concede usted credibilidad a las agencias de ‘rating'?
El problema no es si le damos o no credibilidad nosotros a las agencias. El tema es que el mercado, los fondos de inversión y los inversores en general sí les conceden credibilidad y se mueven por sus calificaciones para valorar la deuda de cada Estado.
Las agencias perdieron credibilidad cuando estalló la crisis de las "subprime" porque habían calificado mal los riesgos, pero es la única medida a nivel internacional que tenemos para valorar el riesgo de las emisiones de deuda pública.
Una buena calificación significa que el Estado correspondiente puede colocar su deuda a tipos de interés más reducidos y, al contrario, una mala calificación significa que la deuda tiene más problemas para ser colocada o ha de serlo a tipos de interés más elevados.
En consecuencia, en relación con la deuda del Reino de España, la bajada en su calificación implica más gastos financieros y más problemas.
¿Qué efectos puede tener la actual calificación de deuda sobre la economía y las finanzas regionales?
La deuda valenciana asciende en estos momentos a unos 15.000 millones de euros y está calificada como de buena calidad.
En las actuales circunstancias supone: dificultades para colocar nueva deuda o renovaciones, un mayor coste financiero en el caso de que sea colocada y la imposibilidad de incrementarla para nuevos proyectos.
-¿Qué habrá que hacer para reconducir la situación? ¿A quién corresponde esta tarea?
Esto ya es opinable, pero en principio sería necesario: reducir el déficit de las Administraciones reduciendo especialmente el gasto, incrementar la productividad de las empresas y las Administraciones, incrementar la competitividad y dar confianza a los mercados adoptando medidas claras, concretas y realizables.
Respecto a quién tiene que hacerlo, evidentemente la mayor responsabilidad descansa sobre las Administraciones, en especial el Gobierno de la Nación que es quién tiene las competencias más importantes y, encima, preside en estos momentos la UE.
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-Jordi Palafox, catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Valencia
¿Le concede usted credibilidad a las agencias de rating?
La credibilidad relevante no es la individual sino la de los mercados; esto es la de los inversores que pueden comprar cantidades importantes de activos. Los hechos demuestran que las agencias han cometido errores y que existe un fallo de base en el diseño de los ‘ratings' autorizado por las autoridades de regulación que consiste en que es el emisor el que paga a la agencia y no el interesado en comprar la emisión -o parte relevante de ella- por su evaluación. Pero, excepto casos de manipulación de mercados, los inversores se suelen ajustar al proverbio tradicional de "cuando el río suena agua lleva".
¿Qué efectos puede tener la actual calificación de la deuda valenciana sobre la economía y las finanzas regionales?
La calificación actual de la deuda de la Generalitat no es mala, aunque podría ser mejor. Las agencias saben que el Estado (la Administración central) está detrás y de ahí el ‘rating' muy superior al de algunas emisiones privadas de empresas de prestigio que están a un paso de la calificación de bonos basura. Un deterioro de ‘rating' lo que implica es la necesidad de emitir a un tipo superior y por tanto, en este caso, más coste para los contribuyentes valencianos.
¿Qué habrá que hacer para reconducir la situación? ¿A quién corresponde esta tarea?
La finanzas de la Generalitat tienen, desde mi punto de vista, dos problemas. Uno se deriva del sistema de financiación autonómica que nos coloca en una mala situación de partida y ante la cual el Consell ha demostrado escasa habilidad o capacidad para corregirla.
El otro es la política de gasto de la Generalitat que, como se decía de los latifundios andaluces, es manifiestamente mejorable. Las grandes partidas de gasto son las de personal de Educación y Sanidad que son bastante rígidas. Pero eso no quiere decir que en el resto de menor cuantía (incluyendo las empresas públicas) no se pueda hacer una gestión más eficiente y sobre todo más austera que no genere la impresión de despilfarro como la que tenemos muchos (o al menos algunos) valencianos.
Una reducción del gasto, en una etapa de caída de los ingresos por la crisis, reduciría el déficit y la necesidad de endeudarse y, por tanto, los costes para los contribuyentes. Y mejoraría el ‘rating' de las agencias. La responsabilidad de todo ello es del Consell, pero en última instancia es de los ciudadanos una mayoría de los cuales, a través de las preferencias reveladas que son las elecciones, aceptan esta actuación a los gestores públicos.
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