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VALENCIA. Las numerosas escisiones del PP dentro de la provincia de Alicante han molestado notablemente a la dirección nacional del partido, que ha visto como menguaban las posibilidades de alzarse con diversas alcaldías, algunas de gran importancia.

El enfado en Génova -calle donde se ubica la sede nacional del PP- por esta situación, además de los conflictos en la confección de listas, han derivado en un toque de atención al líder del PPCV, Francisco Camps, para que alcanzara una paz inmediata, según informaron fuentes del partido. No obstante, al máximo responsable del PP valenciano esta imposición le dejaba en una postura incómoda de cara a sus fieles en Alicante, a quienes molestaría un acercamiento al presidente provincial, José Joaquín Ripoll, considerado afín al expresidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana.

La solución adoptada por Camps para calmar las aguas fue encargar la misión de pacificadores a los presidentes provinciales de Valencia y Castellón, Alfonso Rus y Carlos Fabra. Estos dirigentes se reunieron ayer con Ripoll, un encuentro del que informó Las Provincias y que este diario ha confirmado. Según señalaron las fuentes consultadas, no hubo ningún representante de la dirección regional. "Rus y Fabra nunca han cargado contra Ripoll y se sienten identificados con él como presidentes provinciales", señaló un diputado del PP a este diario.

Así, los presidentes provinciales departieron sobre la situación actual del partido de cara a las elecciones autonómicas y locales y tanto Rus como Fabra trataron de trasladar un mensaje de tranquilidad al presidente alicantino quien, tras esto, fortalece su aspiración de repetir al frente de la Diputación si el PP vence en las elecciones.

EL ENROQUE DE CASTEDO Y EL SHOW DE BENIDORM: LAS GOTAS QUE COLMARON EL VASO

Desde Génova, además de las escisiones en diversos municipios, han molestado especialmente los conflictos de Alicante capital y Benidorm. La postura de la alcaldesa Sonia Castedo de impedir la entrada como número dos de la lista al presidente alicantino no fue bien recibida por la dirección nacional. Finalmente, ignoraron la petición de Castedo, quien planteó un pulso, y ratificaron a Ripoll como número dos.

Por otro lado, en Benidorm no han visto voluntad de acuerdo por parte de la regional ni de la provincial para evitar el escándalo. Ahora, desde Génova lamentan que esta plaza, convertida en un feudo mediático muy relevante por ser cuna de la socialista Leire Pajín y, además, por haber sido un municipio gobernado por los socialistas gracias a un tránsfuga, ha dejado de tener valor añadido para los ‘populares'. "Antes podíamos ser ofensivos allí para recuperar la alcaldía pero ahora, después de lo ocurrido, mejor que de Benidorm se hable poco", comentó un dirigente popular alicantino a este diario.

De esta manera, Génova quiere dar por concluida la fractura abierta tras las candidaturas autonómicas y locales. Según señalan las citadas fuentes, la dirección nacional "ha dado un toque de atención al PP valenciano para que arregle sus asuntos y no vuelva a ponerle en compromisos". La reunión entre los presidentes provinciales puede abrir, para el PPCV, un periodo de tranquilidad... al menos hasta que pasen las elecciones.