VALENCIA. "Roberto López-Abad no forma parte del actual organigrama de la caja de ahorros". Esa es la respuesta oficial en Caja Mediterráneo cuando se pregunta por el exdirector general. López-Abad dejó su puesto el 9 de noviembre de 2010 para incorporarse a Banco Base, la entidad que había creado en común CAM, Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura. Estuvo dedicado en exclusiva al banco unos seis meses. Pero la ruptura del acuerdo le dejó en el limbo.
¿Dónde está y qué hace el director general honorario y vitalicio de CAM? "Aunque no aparece en los papeles, está dedicado de lleno al plan de futuro de la caja", explica a ValenciaPlaza.com una fuente próxima al núcleo de dirección de la entidad. "Su trabajo está centrado fundamentalmente en dos cosas: buscar posibles inversores y preparar a Banco CAM para acoger todo el negocio financiero cuando se traslade", explica.
En la práctica, López-Abad actúa "como director general adjunto" de María Dolores Amorós, actual directora general, en curioso un intercambio de papeles entre ambos respecto a la etapa previa al frustrado proyecto de fusión. Si la dirección formal de la caja la prepara para trasladar el negocio al banco, la que permanece en la sombra, prepara al banco para recibirlo.
Pero, ¿en calidad de qué actúa López-Abad? Aquí las explicaciones se vuelven más confusas. El directivo llegó en noviembre a Banco Base. Él, junto al exsecretario general de la caja, José Pina, fueron los únicos que se incorporaron al proyecto conjunto de las cuatro cajas dejando sus trabajos anteriores. Los que aportaron Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura mantuvieron sus vínculos laborales con sus respectivas entidades.
"Durante el tiempo que duró el pacto y que estuvo funcionando, Banco Base no pagó ni una factura ni una nómina", afirma otra fuente, en este caso vinculada a los exsocios de CAM en la fusión.
"Cualquier gasto que se generaba se dividía de acuerdo al porcentaje de participación de cada caja y eran éstas las que atendían estos pagos", asegura. En esa misma línea, cada caja pagaba el sueldo de los directivos que tenía destinados al proyecto. Ese era el caso también de López-Abad y de Pina, según las fuentes vinculadas a CAM consultadas por este periódico.
Al romperse el acuerdo a principios de abril, todos los directivos dejan Banco Base, con la excepción de López-Abad y Pina. CAM adquiere la ficha bancaria a sus ya excompañeros de viaje y le cambia el nombre y la sede social de Madrid a Alicante. A los pocos días recupera a Pina para el nuevo organigrama, pero no a López-Abad.
Formalmente, por tanto, Roberto López-Abad es el único empleado de Banco CAM, con el cargo que tenía cuando llegó, director, y su sueldo se lo abona la caja, como hacía en la etapa de la fusión fallida. Y por tanto es desde esa posición desde la que participa en todo el proceso de recapitalización de CAM. "¿Cómo íbamos a prescindir de una persona como Roberto si es quien ha estado desde el primer momento en las negociaciones y conoce mejor que nadie la situación? Es un activo clave", señalan desde el entorno de la dirección de CAM.
Todo apunta a que la confianza de la caja en su exdirector general se mantiene inquebrantable, y por tanto que se le tiene muy en cuenta para el futuro. Con todo, en la entidad se es consciente de que no tienen la última palabra.
Una vez el Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria (FROB) inyecte los 2.800 millones en Banco CAM, será este organismo público quien tenga el control del capital. Ahora se calcula que puede llegar a controlar el 70%, aunque todo está pendiente de una valoración externa de la entidad que ya se ha encargado. "Sabemos que nombrarán a parte del consejo y la caja cambiará seguramente a los que tiene nombrados", explica la misma fuente.
Este es otro de los hechos curiosos de la ruptura. Banco CAM tiene cuatro consejeros nombrados: Modesto Crespo, María Dolores Amorós, Roberto López-Abad y Ginés Pérez. Nadie ha revocado sus nombramientos. Pero todo apunta a que se modificarán. De los 14 miembros del consejo del banco, al menos cuatro serán independientes. "Creemos que el FROB no nombrará a más de cinco", estiman desde CAM. Los otros los elegirá de nuevo la caja.
Sobre el futuro del actual consejo de Caja Mediterráneo y toda su estructura: Todas las comisiones -control, retribuciones, inversiones...- dejarán de existir cuando se traslade el negocio al banco. "Si la caja existe, hasta 2013 no habrá cambios en la composición del consejo", explican desde la entidad. Es una cuestión de calendario.
Pero las funciones de ese consejo de administración quedarán muy limitadas: Conocer la evolución del banco del que será accionista y destinar los posibles dividendos que perciba a la Obra Social. El resto estará en manos de un banco cuyo control escapará a la caja con sede en Alicante.
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