ROMA/FRANCFORT (EP). La candidatura del gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, para suceder a partir del próximo mes de noviembre al francés Jean Claude Trichet en la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) ha recibido un impulso prácticamente definitivo, a expensas de la postura definitiva que adopte Alemania, después de que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, haya mostrado publicamente su apoyo al banquero italiano.
"Francia estará muy feliz de apoyar a un italiano para la presidencia del Banco Central Europeo", afirmó Sarkozy en el transcurso de una rueda de prensa conjunta en Roma con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
Al ser cuestionado sobre Draghi, el presidente galo subrayó que "este apoyo no es porque sea italiano, sino porque es un candidato excelente".
Asimismo, Sarkozy apuntó que el primer ministro italiano había aceptado ceder a un candidato francés el puesto que actualmente ocupa en el Consejo Ejecutivo del BCE el italiano Lorenzo Bini Smaghi.
Tras el apoyo explícito de Sarkozy, sumado al de su propio país, Mario Draghi se convierte en el principal favorito para suceder al frente del BCE a Jean Claude Trichet, cuyo mandato de ocho años expira el próximo 31 de octubre, aunque se prevé que los líderes de la zona euro cierren en junio un acuerdo sobre el próximo presidente de la entidad.
PENDIENTE DE MERKEL.
De hecho, el último obstáculo significativo en el camino del italiano hacia la presidencia del BCE corresponde a la postura que adopte Alemania al respecto, especialmente después de que su candidato y máximo favorito al cargo, el presidente del Bundesbank y miembro del Consejo del BCE, Axel Weber, anunciara por sorpresa su intención de abandonar la presidencia del banco central alemán y renunciar a suceder a Trichet.
No obstante, el propio ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble, admitió tras la renuncia de Weber que Draghi representaba el candidato más realista para presidir el BCE, aunque la postura de Alemania, clave en la elección del próximo presidente de la institución, vendrá marcada por la canciller germana, Angela Merkel.
Entre el resto de candidatos a la presidencia del BCE son el luxemburgués Yves Mersch y el finlandés Erkki Liikanen, presidentes de los bancos centrales de sus respectivos países, aunque con un escaso currilculum internacional, así como el alemán Klaus Regling, director del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, que, sin embargo, carece de experiencia al frente de un banco central.
De confirmarse finalmente la designación del banquero italiano, sumada al nombramiento en 2010 del portugués Constancio como vicepresidente de la entidad, se pondría fin a varias tradiciones en el seno de la jerarquía del BCE, ya que históricamente los líderes europeos habían equilibrado ambos cargos con la elección para estos dos cargos de un representante de un país periférico y otro del área central, así como de un 'halcón' (ortodoxos en política económica) y una 'paloma' (con carácter más político).
Draghi, de 63 años, fue nombrado gobernador del Banco de Italia en enero de 2006, convirtiéndose así en miembro del Consejo de Gobierno del BCE y del Banco Internacional de Pagos.
Discípulo de los Nobel de Economía Franco Modigliani y Robert Solow, el economista italiano ocupó la dirección ejecutiva del Banco Mundial entre 1984 y 1990. Asimismo, con anterioridad a su nombramiento como banquero central en 2006, Draghi fue responsable del Tesoro italiano en los años 90 y trabajó para Goldman Sachs International entre 2002 y 2005.
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