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VALENCIA. La comparación carece de rigor financiero y es más que nada un juego de cifras y comparaciones para profanos, pero la ocurrencia del bancario valenciano resulta muy pedagógica. Es fácil que a cualquier ciudadano normal le resulte difícil, cuando no imposible, medir cuánto representa en realidad  la ayuda que la UE y el Fondo Monetario Internacional han decidido prestar finalmente a Grecia después de largas negociaciones y tensos tiras y aflojas.

La ayuda establecida para este primer año asciende a 110.000 millones de euros (la gran mayoría aportados por la UE y el resto por el FMI). Sí, pero ¿cómo explicarle a un ciudadano cuánto significa esa cifra realmente para que haya costado tanto trabajo reunirla?

Y hete aquí que al ejecutivo se le encendió la idea: equivale aproximadamente al valor de los activos totales del grupo Bancaja (Banco de Valencia incluido), es decir, la suma de todo lo que de valor tiene la entidad. Si fuera una vivienda, equivaldría a la suma del solar, de la construcción, de los muebles, los cuadros, la grifería, los electrodomésticos, la vajilla, la cubertería de plata...

¿Mucho? ¿poco? En realidad es una cifra muy importante, inasequible para todos. ¿Pero es demasiado para salvar un país y a todos sus habitantes de la bancarrota?