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VALENCIA. La actual conselleria de Industria, Comercio e Innovación ha sufrido desde hace más de 30 años constantes variaciones. La cartera nació el 10 de abril de 1978, en el periodo preautonómico y su primer mandatario fue Leonardo Ramón Sales, quien estuvo al frente de la entonces llamada Conselleria de Industria y Comercio.

Tres décadas después, este área siempre ha pervivido en la administraciones independientemente del signo político de las mismas, aunque su papel ha sido en muchas ocasiones secundario o indefinido. En unas ocasiones ha vivido directamente integrada como cartera de reparto en la todopoderosa Economía, y otras ha tenido cierto cartel como área independiente. Sin embargo, la sensación general es que, con el transcurso de los años, la que debería ser un puntal del Consell se ha quedado en ‘joven promesa' administrativa.

En la actualidad, la cartera de Industria, que debería ser un referente para el tejido empresarial, ha perdido relevancia. Cambios de nombres y competencias que no han terminado de cuajar. En tiempos de crisis económica y necesario impulso industrial, los empresarios demandan mayor protagonismo para un área que ha sido arrinconada como la ‘hermana pobre' de Economía.

INDUSTRIA, SIEMPRE PRESENTE PERO A MENUDO AUSENTE

Tras el debut experimental de Leonardo Ramón Sales, el Gobierno valenciano todavía preautonómico presidido por Enrique Monsonís situó al socialista Segundo Bru al frente de la potente Conselleria de Economia, Comercio e Industria. Con el acceso al poder de Joan Lerma, Bru continuó dirigiendo la cartera en la primera legislatura autonómica, aunque las competencias y nomenclatura cambiaron: Conselleria de Industria, Comercio y Turismo.

El relevo de Segundo Bru fue el también socialista Andrés García Reche. Desde 1987 hasta julio de 1993 se vivió uno de los periodos más estables de la conselleria en lo que a competencias y nomenclatura se refiere. Además, en estos seis años se activaron diversas iniciativas -impulso a Impiva, nacida bajo el mandato de Segundo Bru en 1984, creación de la red de institutos tecnológicos- que sacaron brillo a la considerada ‘hermana pequeña' de Economía, por lo que García Reche es considerado el mejor gestor que ha pasado por la cartera.

Tras la salida de García Reche cogió las riendas Martín Sevilla Jiménez, quien coordinó las operaciones en esta cartera durante dos años, hasta que finalizó el reinado de Joan Lerma en 1995 con la victoria en las urnas de Eduardo Zaplana.

Nuevo partido en el poder y cambios en Industria. Turismo desaparece de las competencias y el gestor designado pasa a ser Diego Such, quien comandaría el área toda la legislatura aunque en mitad de ella variara la propia cartera, pasando a denominarse Conselleria de Trabajo, Industria y Comercio.

En julio de 1999, Such finaliza un mandato marcado por un buen ritmo de actividad que en años venideros fue decayendo. Su relevo fue Fernando Castelló, quien accedió a la cartera con la denominación anterior, Industria y Comercio. Más tarde, se le añadiría la competencia de Energía -año 2002-, para que impulsara el Plan Eólico. Este proceso absorbió la mayor parte del protagonismo de la gestión de Castelló quien fue sustituido al final de la legislatura en 2003.

PERIODO GRIS

A partir de ese momento comienza un período gris para la que debería ser cartera empresarial por excelencia. La sexta legislatura comienza con el nombramiento del alcoyano Miguel Peralta, afín a Eduardo Zaplana, como conseller. La cartera recupera uno de sus nomenclaturas más antiguas: Conselleria de Industria, Comercio y Turismo. El responsable alicantino no dura mucho en el puesto y es enviado a Justicia. La cartera cambia de nuevo. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, da un giro de tuerca y por primera vez desaparece el concepto de ‘Industria' del enunciado. Nace la conselleria de Empresa, Universidad y Ciencia, con el exrector de la Universidad Politécnica de Valencia Justo Nieto al frente.

El proyecto concluye la legislatura con un balance más bien "flojo", según los empresarios. Justo Nieto, más cómodo en la rama universitaria, no llegó a alcanzar la sintonía con el sector empresarial. El mandato del exrector -de 2004 a 2007- concluyó sin pena ni gloria y éste mostró su intención de no continuar, decisión que Camps acogió de buen grado.

La séptima legislatura comenzó con una de las ya habituales sorpresas de Francisco Camps en los nombramientos. Belén Juste, exdirectora de Feria Valencia, recibía la llamada del presidente de la Generalitat para estrenar una conselleria ‘nueva': Industria, Comercio e Innovación. Dos años después, en agosto de 2009, la reestructuración del Gobierno valenciano desvió a Juste a Turismo. Vicente Rambla, portavoz del Consell y vicepresidente primero, fue designado para llevar la batuta de la cartera. Los medios interpretaron este cambio como una pequeña degradación para el dirigente entrante y también para la saliente. Rambla dejaba de ser portavoz y a Juste se le encomendaban tareas de menor peso.

Tras casi una década en declive, la conselleria de Industria ha frenado su caída en los dos últimos años con la gestión de Vicente Rambla. Sin éxitos de relumbrón y con brillantez medida, el responsable castellonense ha mejorado las vías de comunicación con el sector empresarial de la Comunitat. Ahora, mientras coge fuerza la posible salida de Gerardo Camps de la conselleria de Economía y su relevo por parte del propio Rambla, el deseo por parte del tejido industrial valenciano es el refuerzo a una cartera que tiene enormes posibilidades.

Las medidas de austeridad solicitadas por el PP nacional en caso de repetir triunfo electoral obligarán a una reducción de consellerias. Pese a que se ha especulado con la inclusión de Industria en una macroárea, las fuentes consultadas del Gobierno valenciano creen que Francisco Camps querrá impulsar de nuevo una cartera que ha perdido brillo en los últimos años. "Si traslada a Vicente Rambla, buscará a un dirigente de peso para reforzarla", señalan las citadas fuentes.