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VALENCIA (VP). Las Cámaras de Comercio buscan nuevas formas de financiación tras la supresión de la cuota participativa obligatoria. La vía más novedosa que estudian es la 'encomienda' de servicios  que las administraciones públicas subcontratarían. El pago de una cuota voluntaria para socios y el cobro de los cursos, hasta ahora gratuitos, son las opciones complementarias.

Precisamente la discrepancia con el Gobierno sobre la eliminación de las cuotas empresariales es lo que movió a Javier Gómez-Navarro, presidente del Consejo Superior de las Cámaras de Comercio, a presentar su dimisión el miércoles pasado. Gómez-Navarro alegó motivos estrictamente personales y como gesto de "responsabilidad institucional".

Tras seis años en la entidad, el ex ministro socialista se encontraba en una posición incómoda durante los últimos meses. No fue informado del cambio que suprimía una de las principales fuentes de financiación de las cámaras (el 60% de los ingresos camerales) y recibía presiones por parte de algunas de estas organizaciones para presentar un recurso de inconstitucionalidad contra la reforma que obligaría a las 88 Cámaras de Comercio -con 430 puntos de atención- a buscar nuevas alternativas de financiación.

De los 3.500.000 de empresas que hay en España, el 48% no pagan el impuesto cameral por no tener beneficios, un 12% paga 10 euros o menos al año, otro 12% paga entre 10 y 12 euros, y el resto lo forman las empresas cuya obligación oscila, por tramos, hasta los más de 60.000 euros que paga el 0,01% de las empresas. De todas ellas, 600.000 reciben anualmente, servicios de las cámaras, y 3.000 de ellas forman sus plenos, según los datos del Consejo Superior de Cámaras de Comercio de España.

Por lo que respecta a los autónomos, el 50% de los que ejercen la actividad empresarial pagan el Recurso Cameral Permanente -pagan el 0,15% de los rendimientos netos que declaren en el IRPF-, aunque todos pueden utilizar los servicios que prestan las cámaras.

Eliminada la posibilidad de financiación por cuotas de las empresas, el Consejo Superior de Cámaras de Comercio de España estudia las formas alternativas para su subsistencia. Contemplan tres vías. La primera sería mediante el pago de los cursos y servicios complementarios que hasta ahora ofrecían, la mayoría de forma gratuita, las 88 cámaras. Los que ya exigían un pago verían incrementados sus honorarios. Durante 2010, se impartieron 8.390 cursos de formación empresarial que contaron con 139.932 asistentes.

Además, contemplan establecer una cuota anual de socio para las empresas que quieran acceder a todos estos servicios sin necesidad de abonar por cada uno, pero la dificultad de su consenso radica en el amplio espectro de tramos en las cuotas actuales, desde los 10 euros, hasta los más de 60.000.

La segunda vía no variaría de la actual. Estos organismos ya recibían subvenciones por parte de las comunidades autónomas y entidades europeas para promocionar actividades como el establecimiento de lazos internacionales entre las empresas o de fomento de la contratación de mujeres. Durante el último año 654.118 empresas fueron indirectamente beneficiarias de los proyectos en red del Consejo de Cámaras cofinanciados con fondos europeos.

La tercera salida sería la más novedosa. Propone que las administraciones otorguen la gestión de entidades o espacios a las Cámara de Comercio mediante la fórmula de la encomienda de servicios, como sucede en países como Italia, donde las cámaras gestionan el registro mercantil, o Finlandia, donde se ocupan del autocontrol de la publicidad. Consistiría en realizar servicios ordenados desde el Gobierno Central o las autonomías y cobrar por ello.

Las Cámaras de Comercio se muestran en contra del fin del sistema actual de financiación y temen que reduzca su actividad y obligue a despedir personal -actualmente trabajan 3.000 personas- por falta de medios.

OPINIÓN DEL EMPRESARIADO

Entre las empresas hay disparidad de opiniones. La mayoría de las consultadas por Valenciaplaza.com esperarán hasta 2013 para confirmar si quieren pagar un tributo que no es obligatorio. En lo que  sí coinciden las distintas fuentes empresariales contactadas es en "la labor de internacionalización que realizan estos organismos" y esperan que continúen "con su labor del formación".

Pocas han querido dar una respuesta pública a la cuestión. Así, mientras CAM admite que su intención es "es seguir apoyando a la Cámara de Comercio de Alicante como hasta el momento", Clínica Baviera  califica de "muy acertado" que en un momento "de incertidumbre económica se aligere la carga tributaria que soportan las empresas". Afirman compartir "la idea que de sean las empresas beneficiadas de la actividad de las cámaras y asociaciones las que contribuyan a su mantenimiento".

Desde las patronales la respuesta es más unánime, en contra de la eliminación de las cuotas obligatorias. Resaltan el daño que sufrirán las pymes, grandes beneficiarias de las cámaras.

Desde Cierval se resalta la necesidad de buscar "fórmulas que permitan que las empresas puedan seguir recibiendo el apoyo y los servicios que hasta ahora han tenido de las Cámaras de Comercio". Y destacan la "importante labor de asesoramiento y soporte a las empresas que han desarrollado históricamente que no se debe perder".

La CEV considera que el pago voluntario de la cuota a las cámaras "no va a ser beneficiosa para las Pymes". Recuerdan que la eliminación de la cuota obligatoria "no supone un ahorro económico significativo para las PYMES ya que contribuyen con cuantías muy módicas al mantenimiento de las Cámaras".

Además, señalan que las Cámaras de Comercio y las Confederaciones Empresariales "deberían dar un impulso a la coordinación actualmente existente, y de la que Valencia es un buen ejemplo, para racionalizar y coordinar las fortalezas de ambas instituciones, optimizar recursos humanos y técnicos, eliminar duplicidades y ofrecer a las empresas servicios coordinados, unificados, eficientes y al mínimo coste".