VALENCIA/MADRID (VP/EFECOM). El Banco de España dio el visto bueno ayer a todos los planes de reestructuración y refinanciación de las cajas de ahorros españolas, incluido el de Caja Mediterráneo (CAM), que pide una inyección de dinero público de 2.800 millones de euros. La aprobación de las hojas de ruta supone un nuevo paso para lavar la imagen y aclarar las cuentas internas de todo un sector financiero mirado con lupa por inversores y organismos internacionales.
Tal y como se esperaba, el Banco de España aceptó el proyecto de CAM de crear en solitario el Banco CAM, al que se trasladará todo su negocio para, posteriormente, dar entrada a los fondos públicos que le permitirán alcanzar los ratios exigidos por el supervisor.
Esta inyección del Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria (FROB) implica un desembarco en el capital de la entidad que puede superar con mucho la mayoría del accionariado, lo que de hecho supondría la toma del control de la gestión por parte del Estado. El futuro consejo de administración, por tanto, no tendrá a los actuales consejeros de CAM en sus sillas.
El futuro de ese banco es más incierto en estos momentos, aunque lo más probable es que se opta por vender esa participación pública cuanto antes. Para ello es posible que se separen los activos válidos de los más tóxicos. Además, las entidades interesadas en hacerse con la entidad o con parte de ella exigirán algún tipo de garantías al Banco de España de que, cuando entren, no se van a encontrar con sorpresas desagradables en sus cuentas. Quien menos avales pida por ese riesgo, tendrá más puntos en ese proceso de colocación.
La solución definitiva puede alargarse varios meses, pese a que el organismo que dirige Miguel Ángel Fernández-Ordóñez querría ver cerrado todo el proceso antes del verano. Una opción que, a estas alturas y tras el fracaso de los intentos con varios bancos y cajas de arreglar las cosas antes de la decisión de ayer, parece compleja.
CUATRO FUSIONES AL FROB
Además de CAM, cuatro fusiones (NovacaixaGalicia, CatalunyaCaixa, Unnim y Caja España-Duero) plantean la opción de solicitar ayudas al FROB. Esto no quiere decir que finalmente el Estado inyecte todo el capital que requieren para cumplir con los nuevos criterios de solvencia, ya que, por ejemplo, si Caja España-Duero cerrara su unión con Unicaja, no requeriría ninguna ayuda.
En un comunicado, el supervisor explica que las cuatro alianzas bajo un Sistema Institucional de Protección (SIP) sólo recurrirían a una inyección del Estado en última instancia, si no lograran salir a bolsa o encontrarán un inversor significativo.
Esto confirma que Bankia, Banca Cívica, Banco Mare Nostrum y la unión de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria han elegido como primera fórmula de capitalización su salto al parqué o la colocación de al menos un 20% de su capital en inversores privados.
En el caso de la nueva alianza liderada por Cajastur, el supervisor añade que requeriría 519 millones de euros siempre que no coloque a un inversor privado una participación significativa de su capital.
A partir de ahora y antes del próximo 28 de abril, las entidades que plantean la opción de recibir una inyección del Estado tendrán que aprobar en sus consejos de administración un plan más concreto, que el Banco de España estudiará y en el caso de aprobarlo, lo remitirá al Ministerio de Economía y la Comisión Europea.
Esdtas dos instituciones serán en última instancia las que autoricen la inyección de dinero público a través del FROB.
El Banco de España añade que los cuatro bancos (Barclays, Bankinter, Deutsche Bank y Bankpyme) que no cumplían con los nuevos criterios de solvencia han anunciado que ampliarán capital o emitirán bonos convertibles en acciones para lograrlo.
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