El tercer estudio elaborado por el Observatorio de las Finanzas Corporativas incide en que las empresas españolas sólo podrán salir de la crisis si consiguen ganar en competitividad, no sólo de costes, sino también en procesos productivos, calidad de productos, tecnología y cuota de mercado
VALENCIA (VP). Las conclusiones del tercer informe elaborado por el Observatorio Global de las Finanzas Corporativas y que lleva por título 'Capital Riesgo, M&A y competitividad de la empresa española', están bien claras: el mapa de la empresa española se encuentra muy atomizado en relación con Europa y Estados Unidos, por lo que es necesario un redimensionamiento del entramado empresarial, que permita crear unas compañías más competitivas y eficientes entre sí y fuera de nuestras fronteras. Es necesario que las empresas se concentren, lo que permitiría unas sociedades más grandes y fuertes de cara al exterior.
Según el estudio, presentado en el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), la competitividad se ha convertido en el principal caballo de batalla de la empresa española para superar la crisis actual, toda vez que la devaluación de la moneda es una herramienta perdida tras la incorporación al euro. No sólo hay que competir en costes, sino también en procesos productivos, calidad de productos, tecnología y cuota de mercado. De ahí que el informe incida especialmente en la necesidad de reestructurar el atomizado mapa empresarial español con el fin de ganar en tamaño, en eficiencia y por tanto también en capacidad negociadora y de acceso a nuevos mercados.
DESARROLLO DEL MERCADO EXPORTADOR
Con el incremento del tamaño, las empresas se podrían enfrentar a otro de sus principales retos: abrir las puertas a la exportación. Ahora, insiste el estudio, la empresa española exporta pocos productos y de baja calidad. Pero junto con la concentración, también hay que imponer políticas económicas que desarrollen las exportaciones, incentivando la innovación y la inversión en Investigación y Desarrollo. Son necesarios cambios estructurales que intensifiquen la presencia de las empresas en el exterior, sobre todo, en sectores de alta calidad.
REFORMAS ESTRUCTURALES NECESARIAS
El estudio también pone el foco en las necesarias reformas estructurales que tendría que poner el Gobierno para facilitar este proceso de reestructuración. Entre estas recomendaciones, el Observatorio de las Finanzas Corporativas insiste en la necesidad de una reforma del mercado laboral que facilite a la pyme crear empleo. "Las empresas necesitan que se cambie el actual mercado de trabajo. Su actual rigidez dificulta la creación de empleo y encarece la contratación a través del despido. Es uno de los principales factores que está restando competitividad a la empresa española y hay que tomar las medidas necesarias cuanto antes", mantiene el informe.
Pero, siendo importante la reforma laboral, los expertos del IEB inciden también en la necesaria disminución de la burocracia administrativa. Según se ha podido constatar, las compañías españolas se encuentran con el doble de trabas administrativas que el resto de Europa, lo que dificulta el desarrollo de su negocio. La simplificación de los procesos en la creación y desarrollo de una sociedad al igual que una mejora de los procedimientos a la hora de establecer una empresa en el exterior daría agilidad al tejido empresarial.
INTEGRACIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO Y LA EMPRESAEl informe destaca por último que la educación es uno de los pilares más importantes a la hora de desarrollar la competitividad. Por eso, destaca, la interrelación entre las Universidades y centros de formación con las empresas resulta básica para que se pueda crear el talento y la creatividad. Según recomienda el estudio, "no hay que olvidar la formación más completa y continúa a lo largo de la vida del trabajador, para que en cada momento esté actualizado y pueda adaptarse a los posibles cambios".
En último término, el informe del Observatorio de las Finanzas Corporativas insiste en que la empresa española tiene que ser competitiva mediante la especialización productiva, sobre todo, la relacionada con las nuevas tecnologías. Y mantiene además que es necesario que el Gobierno incluya en su agenda estrategias nacionales de competitividad, como sí realizan otros países como Irlanda, Reino Unido o Taiwán, en los que existen organismos formales con competencias en competitividad con objetivos establecidos.
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