Las cuatro 'patronas' de la Asociación de Empresarias y Profesionales Evap/BPW Valencia que ganaron una silla en la Cámara de Comercio de Valencia tras las pasadas elecciones, quieren dejar su huella. Valenciaplaza.com ha hablado con ellas sobre sus impresiones y sus metas como consejeras de la institución
VALENCIA PLAZA (LIDIA MASERES). Están seguras de si mismas y se creen lo que hacen. Y no sólo lo dicen ellas, se percibe en el ambiente. El pasado día 14 de abril hicieron pleno. Las cuatro mujeres pertenecientes a la Asociación de Empresarias y Profesionales Evap/BPW Valencia que se presentaron a las elecciones de la Cámara de Comercio de Valencia salieron elegidas entre sus competidores, todos hombres. Apenas han pasado 15 días desde que ganaran su silla, pero ya tienen un listado de tareas con el que dar nuevos aires a la entidad. Ellas son Carmen Garrote (grupo 25, comercio al por menor en establecimientos especializados), Eva Blasco (grupo 42, agencias de viajes y otras actividades del transporte), María Jesús Viguer (grupo 30, comercio de productos químicos) y María José Mainar (grupo 46, servicios a las empresas).
Hablan a la vez porque tienen muchas cosas que decir. Y coinciden prácticamente en todo, hasta en su favorito para suceder al todavía presidente de la Cámara valenciana, Arturo Virosque. Las cuatro apoyan a José Vicente Morata (vicepresidente de la Confederación Empresarial Valenciana, CEV), de quien dicen es un "excelente" profesional. Exceptuando a Viguer, que fue la primera mujer en formar parte de la ejecutiva hace 12 años, para el resto han sido sus primeras elecciones como candidatas. Actualmente hay ocho mujeres y 52 hombres en el pleno, aunque todavía falta la elección, por parte de CEV, de los vocales colaboradores y de los asesores, entre los que también hay féminas."Ha sido muy duro, qué casualidad que todas las que nos hemos presentado hayamos tenido competencia", asegura la presidenta y socia fundadora de Evap, Mainar.
Dicen que han sido unos meses arduos: rivales duros de roer, el desconocimiento del tejido empresarial valenciano sobre el proceso y el sistema votaciones de la Cámara, la campaña en la calle y en las redes sociales, etc. "Teníamos serias dudas de que saldríamos elegidas", afirman al unísono. "Luchamos a muerte y no nos confiamos, como les he pasado a ellos", declara Viguer.
La desigualdad entre sexos sigue siendo la música de fondo, y "a menos que no cambie la educación, seguirá siéndolo". "Llegamos donde queremos, pero nos cuesta el doble", apunta Mainar, "sobre todo en el mundo empresarial", añade. El primer paso está dado, pero ninguna se ha presentado a la presidencia. Según dicen, no se lo han planteado, todavía. En España, sólo dos mujeres ocupan dicho cargo.
La lista de cambios que urgen tanto en la Cámara como en el sistema empresarial valenciano se la saben de memoria. Desde una actualización del censo de la institución para que, como les ha ocurrido a algunos, no les invaliden votos, más información y formación para los asociados o hasta la exigencia de una mayor representatividad de algunos grupos como el de servicios, que aglutina a 13.000 empresas dispares cada una con sus prioridades. Los nuevos aires que quieren llevar a la Cámara empiezan por ellas mismas. "Somos más rentables" dice una. "La institución está anticuada, y nuestra aportación es grande", dice otra.
CAMBIOS PARA SUS SECTORES
Los grupos empresariales a los que representan necesitan cambios, tanto logísticos como de mentalidad. La primera en hablar es Garrote, quien argumenta que los pequeños empresarios tienen que empezar a creerse que lo que tienen entre manos es un negocio, sea cual sea tu tamaño. Apostar por las nuevas herramientas es su propuesta.
Eva Blasco, de la industria del turismo, argumenta que su sector está tocado por la crisis mundial por lo que, como otros tantos, declara que debería haber más apoyos reales para la implementación de nuevas políticas. Asimismo, reclama una mayor representatividad en la Cámara valenciana, ya que el turismo es uno de los grandes motores de la Comunitat.
El sector sanitario, a cuya cabeza se encuentra Viguer, tampoco se queda atrás. "Estamos muy predeterminados por la Administración y los farmacéuticos tampoco piensan que son empresarios", asegura minutos antes de marcharse de la reunión. Por último Mainar, quien también pide más apoyos para su sector, el estratégico. "Proporcionaría el desarrollo y el crecimiento que necesitan las compañías para salir del bache".
SUSPENSO PARA EL GOBIERNO CENTRAL
La gestión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero frente a la coyuntura económica también sale a relucir. La toma de decisiones tardías y la actitud de los empresarios, cada uno luchando de forma independiente por lo suyo, no hacen más que agravar el problema. "Hay una laxitud total y los políticos están más entretenidos en tirarse los trastos a la cabeza que en hacer las cosas bien", sentencia Viguer. Y cuanto a la ministra de Economía, Elena Salgado, (la primera que ocupa este cargo de responsabilidad), Mainar le da un voto de confianza: "La historia la juzgará, pero también tenemos derecho a equivocarnos".
La financiación para los que se acogen al autoempleo, las ayudas a determinados sectores, los problemas con los bancos, la reforma laboral y el abaratamiento del despido son las principales preocupaciones de los empresarios valencianos. Los interrogantes se repiten, ¿Por qué se incentiva a unos y no a otros?
Viguer apuesta por una reforma laboral y nuevos tipos de contratación para la gente joven. "Habría que abaratar el despido. Da miedo contratar, parece que te vayas a casar con el trabajador". Según argumenta, incrementaría la confianza de todos los sectores.
Demás de estas propuestas individuales, pero ratificadas por todas, piden a las administraciones públicas una mayor confianza en las pymes, ya que al fin y al cabo, representan a un porcentaje muy elevado del tejido valenciano. "Todas las ayudas son para las grandes. Las pymes son las primeras en dar trabajo y también en cerrar la puerta", afirman.
Los quebraderos de cabeza de la ejecutiva nacional y autómica por los temas de corrupción parece que, por momentos, aparque a un lado el problema financiero. Como apunta Mainar, están más a lo suyo que a lo que realmente interesa, cómo salir de esta crisis.
"Los políticos están para servir a los ciudadanos, que son quienes les han elegido", sentencia Garrote. Para Viguer, se está jugando con el dinero de los trabajadores. "De momento todo está en los tribunales y me parece fatal sean del color que sean. Si los casos que se están juzgando son verdad, caiga quien caiga". Además, añade que la mejor forma de cortar la financiación ilegal y el enriquecimiento de los políticos sería obligándoles a hacer una declaración de bien antes y después de abandonar su cargo.
"Somos independientes, y diferentes, aunque no queramos". Las empresarias valencianas saben que les queda camino por recorrer. Según la última información de la CNMV (actualizada a finales de 2009), las consejeras rara vez ocupan puestos ejecutivos. Tan solo un 7% de ellas son catalogadas como ‘consejeras ejecutivas' -menos que en 2008- lo que hace que la presencia de mujeres en la comisión ejecutiva de las compañías apenas supera el 5%.
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