VALENCIA. La falta de crédito bancario ha animado a algunas empresas inmobiliarias valencianas a agudizar el ingenio. Lejos de lamentarse por la pérdida de negocio sufrida desde que estalló la burbuja inmobiliaia y a los malos momentos vividos desde entonces debnido, principalmente, a la pesada losa de su deuda financiera, ambas compañías se han puesto manos a la obra para mantenerse en activo y funcionar con lo que les queda y sigue teniendo demanda. Las nuevas actividades, menos 'enriquecedoras' que el ladrillo del boom, consiguen no obstante generar una tesorería constante con menores riesgos.
Soler Futura y Viviendas Jardín son dos de las empresas valencianas que están demostrando que pueden funcionar sin depender de los créditos bancarios ni de la promoción inmobiliaria. Las dos han tenido que desprenderse de sus oficinas en el centro de Valencia, en la calle Pintor Sorolla, en el caso de Soler Futura, y en Colón, en el de Viviendas Jardín, para ajustarse el cinturón y soltar simbólica y efectivamente peso inmobiliario.
El Grupo Soler Futura ha dejado 'hibernar' la parte inmobiliaria del negocio para entregarse de lleno a la gestión de clubes deportivos, según comenta a Valenciaplaza.com Javier Soler, director general de Soler Futura. El hijo menor de Bautista Soler inició este negocio, que actualmente cuenta con la gestión de cuatro centros deportivos, con la construcción del centro 'Dos a Dos' en Quart de Poblet.
Ocio y negocio
A mediados de enero abrió su último centro deportivo en K-7 cuyos costes de ejecución y construcción prácticamente corrieron por parte de la compañía. Únicamente financió a través de leasing un 0,4% de los 1,5 millones de euros de inversión. El negocio de los centros deportivos le ha permitido conseguir al grupo una facturación de 4,5 millones de euros en 2010 y esperar una cifra de 5,5 millones para el presente año, con el nuevo centro deportivo.
Ahora Javier Soler dedica su tiempo y negocio a una de sus aficiones favoritas, el pádel. Precisamente esta afición y la escasa oferta de centros para practicar este deporte fueron las razones por las que el menor de los Soler entrara en el negocio de los clubes deportivos. "Llamaba para reservar pista pero siempre estaban ocupadas, porque había preferencia para los socios", comenta Javier Soler.
Diversificando, como también hizo su padre con las salas de cine, ha conseguido mantenerse en pie en plena crisis. Y la creciente afición a este deporte está favoreciendo la consolidación de la actividad, que ha conseguido restar protagonismo al ladrillo en el Grupo Soler Futura.
Hasta que vuelva el crédito
Actualmente, la inmobiliaria del grupo, Iniciativas y Diseños, se encuentra en proceso de liquidación tras pasar por un concurso de acreedores. Ha entregado al administrador concursal todos sus solares e inmuebles para reducir su deuda y no prevé iniciar ningún nuevo proyecto inmobiliario hasta que la banca, uno de sus competidores más feroces, no vuelva a financiar la compra de viviendas.
"Los compradores siguen necesitando financiación y las entidades financieras sólo dan crédito para la compra de sus viviendas en stock por lo que se hace difícil cerrar ventas entre las promotoras", explica Soler a este diario. Sin los bancos, esta promotora, como muchas otras, no pueden funcionar: no puede comprar suelo, construir y mucho menos vender. Por tanto, Javier Soler, prefiere esperar a que lleguen tiempos mejores.
Viviendas Jardín se pasa al alquiler
Más cercana al negocio inmobiliario se ha quedado la firma Viviendas Jardín. Los servicios de gestión de alquileres y finalización de obras son ahora su fuerte. La compañía sigue trabajando codo con codo con promotores y entidades financieras pero desde otro ángulo. Acaba obras para promotores o para entidades financieras que se han quedado con viviendas por acabar y también les ofrece la posibilidad de gestionarles el alquiler una vez acabadas.
El nuevo negocio de la empresa ha llegado "más por obligación que por vocación", según comenta Félix Sanz, su director general, a Valenciaplaza.com. La parte promotora de la firma también está hibernando. Y mantiene suelo finalista para promover cuando el mercado vuelva a la normalidad.
El cambio de rumbo de Viviendas Jardín ha favorecido, a su vez, que las ventas de viviendas vuelvan poco a poco a la compañía, reduciendo su stock. No son operaciones sobre plano, pero son ventas al fin y al cabo. Precisamente son las usadas-nuevas, las viviendas alquiladas, las que más posibilidades de venta tienen ahora para la empresa. Esta razón ha favorecido que la empresa entrara en el negocio de gestión de alquileres para si misma y para terceros. Y no le va del todo mal. Durante el año pasado la empresa gestionó más de 15.000 pernoctaciones.
Acabar las obras propias y ajenas
Según explica Félix Sanz, los servicios de finalización de obra también llegaron por la misma línea. "Observamos que las nuevas necesidades del mercado eran las mismas que las de la compañía. Muchas promociones se quedaron colgadas, por finalizar, porque muchos constructores tuvieron que cerrar y no acabaron las obras". La crisis pilló a la empresa con 2.000 viviendas en marcha, con su préstamo al promotor. Pero este contratiempo no impidió que la promotora acabara las viviendas en el plazo previsto.
Aunque los nuevos negocios de Viviendas Jardín sigan una evolución favorable, la empresa sigue refinanciando su deuda. La refinanciación iniciada en 2008 seguirá hasta este año con una prórroga hasta 2013. Este proceso ha permitido a Viviendas Jardín reducir su deuda de manera notoria. En dos años la ha recortado en 400 millones de euros. Y le han permitido vivir con bancos y promotores como clientes sin necesitar nueva financiación. Sanz está convencido de que las nuevas actividades de la empresa acabarán definitivamente con su deuda.
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