Estas son algunas de las conclusiones de un informe sobre el sector de la banca privada en la Comunitat Valenciana en el periodo 2008-20010 realizado por Banif, la banca privada del Banco Santander, cuya presentación corrió a cargo de Alfonso Coloma, director de Organización Banif en Levante, y Mariano García Cobaleda, director de la oficina de Banif en Pintor Sorolla.
Los expertos de Banif, que hicieron una completa radiografía a lo acontecido en los dos últimos AÑOS, no dudaron en señalar que 2008 fue “el escenario ideal para la tormenta perfecta”. Un ejercicio que ha marcado lo sucedido en los mercados a lo largo de los últimos meses y, entre otros aspectos, que ha provocado “haber aprendido la lección tanto o más que nuestros cliente”, según Coloma.
Gandía, con 687 clientes potenciales (y un volumen de 663.000 euros), Mislata (385 y 336), Paterna (575 y 555), Sagunto (561 y 592) y Torrent (691 y 604) son las poblaciones valencianas, según dicho informe, con mayor potencialidad a la hora de canalizar sus ahorros a través de la banca privada.
Cobaleda, por su parte, informó que el patrimonio medio del cliente de la oficina valenciana de Banif de Pintor Sorolla -la otra fue inaugurada el pasado verano y está ubicada en el Paseo de la Alameda-, ronda el millón de euros.
Entre otras conclusiones del informe, los expertos de Banif adviertieron que el 64% del mercado de banca privada sigue estando en manos de bancos tradicionales, lo que a su juicio representa una oportunidad de crecimiento. Más si cabe teniendo en cuenta que desde 2005, la cuota de entidades especializadas y departamentos de banca privada integrados en grandes bancos comerciales no ha dejado de crecer.
Según el informe, que sitúa a Banif como líder junto a BBVA Patrimonios en el número de Sicav -con datos de la CNMV-, así como líder indiscutible por volumen administrado entre las entidades de banca privada al cierre del primer trimestre del año -con 32.070 millones de euros-, el cliente busca actualmente preservar el patrimonio de las oscilaciones del mercado, anteponer la solvencia y la confianza de las entidades a otros factores a la hora de seleccionar la suya, exigir cercanía, información constante y mayor acceso a los especialistas, demandar productos más sencillos que protejan el capital y optimicen la inversión, así como desconfiar de rentabilidades elevadas en el corto plazo.
Para ello demanda más asesoramiento como fórmula para obtener rendimientos atractivos en la inversión, dados los bajos niveles de los tipos de interés, eligiendo instituciones que le ayuden a suerar su desconcierto hacia la actividad inversora.
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