Fabra asegura estar compaginando su trabajo político con "las nuevas ideas" que pondrá en marcha "dentro de unos meses" cuando vuelva a hacerse cargo de la Cámara. Aunque los proyectos y líneas estratégicas que adoptará no han trascendido, el político apunta a posibles soluciones para paliar la caída de ingresos de la institución. "Todavía no ha aparecido por aquí", afirman desde la Cámara. Según fuentes empresariales, "no va a variar nada, simplemente quiere llegar a la jubilación tranquilamente y seguirá siendo una herramienta de la Diputación".
Fabra retomará el cargo a los 65 años y con un largo historial de affaires con la Justicia que, si bien han sido tolerados en su entorno político, pueden no aceptarse igual entre el empresariado. Se encuentra imputado por diversos delitos de tráfico de influencias, por cohecho y por causa fiscal. En su defensa, alega que le había tocado la lotería varias veces. Un caso que ha sido estudiado ya por ocho magistrados que hn ido abndonando paulatinamente el puesto para ir al sector privado o solicitado su traslado.
Su currículum empresarial incide en un vicio compartido con sus homólogos en las cámaras que inquieta en los círculos empresariales. La fuerte politización de estos cargos hace sospechar a parte del empresariado de la Comunitat, que las estrategias se plantean más por funcionarios del Partido Popular (se trata de un cargo vitalicio), que por experimentados empresarios.
En 1972, Fabra accedió a la secretaría de la Junta Provincial de Menores y dos años más tarde a la Cámara de Comercio de Castellón. En 1977 empieza a militar en UCD, para pasarse a Alianza Popular en 1983. Tras las elecciones municipales de 1995, deja de lado su actividad en la Cámara tras proclamarse presidente de la Diputación, puesto que desempeña como quinta generación en su familia. En 2009 la Diputación que preside editó un libro que ensalza la figura de Francisco Franco.
UN LARGO PARÉNTESIS
Sin embargo, en los 16 años que ha estado públicamente apartado de la Cámara, podría no haber tomado tanta distancia con la organización, pues el cargo quedó en manos de su hombre de confianza, Vicente Casañ Casañ, secretario general en funciones. Su perfil es tan político como el de su predecesor, aunque libre de sospechas judiciales. Este licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia, lleva tres décadas dentro de la Cámara de Comercio. Ejerció la abogacía desde 1978 hasta 2001, fue secretario general adjunto de la Cámara desde 1979 hasta 1995 y concejal del Ayuntamiento de Benicasim desde 1982 hasta 1990. También ha sido miembro de la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Benicasim desde 1986 hasta 1990.
Los que han trabajado con él lo describen como un hombre "inteligente y muy eficiente" además de considerarlo "un fiel a Fabra", y más allá, afirman que "no da un paso sin que Fabra lo autorice". Actualmente también es miembro del Comité Económico y Social de la Comunitat Valenciana y del Consejo de Administración del Puerto de Castellón.
Dada esta estrecha relación con el todavía presidente de la Diputación de Castellón, se ha acusado a la institución de ser el "brazo derecho de la Diputación, junto al Hospital Provincial". Así, los distintos convenios entre las dos entidades, según fuentes consultadas, supondrían una simbiosis entre la Administración pública y el organismo económico castellonense.
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